domingo, 6 de noviembre de 2022

LOS SIETE CIELOS



islam y los siete cielos


A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm


Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm

 

El Sagrado Corán habla de “Los Siete Cielos” y los Intérpretes o Exégetas (Mufassirún) basados en las Tradiciones (“Ahadîz”), las opiniones anteriores, y la deducción intelectual, y a veces la ciencia física, tratan de explicar este concepto de “Siete Cielos”. Debemos, antes que nada, decir que en la Tradición Ibrâhîmica, Judaísmo, Cristianismo e Islam, solamente El Sagrado Corán se refiere específicamente a un número al mencionar “Los Cielos”, aunque a veces no lo especifica. El Libro de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) menciona “Cielo120 veces, y “Cielos190 veces, en total 310 veces.

Las Antiguas Escrituras Sagradas tienen una idea menos desarrollada sobre el tema, lo conciben sobre todo como “Un Lugar Elevado”, que a veces asocian al más allá, al Paraíso, al descenso de los Ángeles, al Trono de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), o allí donde los Ángeles contemplan el Rostro de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), o bien al ascenso o descenso de Profetas, como ‘Îsâ (Jesús) y Maryam (María), o a un rayo aniquilador (como en la historia de Ilyâs (Elías)), etc.

El Antiguo Testamento utiliza con mayor frecuencia la palabra “Cielos” en plural, y el Nuevo TestamentoCielo” en singular. Raramente se refieren ambos a una pluralidad de Cielos posibles, pero el Antiguo Testamento distingue entre el Firmamento o Bóveda Celeste de las estrellas, y el Cielo o los Cielos que están por encima de esta, y donde “Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) tiene su Morada”.

El Sagrado Corán agrega más información sobre los Cielos, y a veces se refiere a uno solo, por ejemplo “Cielo del Mundo”:

¡Bendito sea Aquel en cuyas manos está la Soberanía y es Poderoso sobre todas las cosas! Quien creó la muerte y la vida para probaros y ver cuál de vosotros sería mejor actuando. Y Él es el Poderoso, el Perdonador. El que creó siete cielos, uno sobre otro. No verás en la Creación del Misericordioso ninguna imperfección. Vuelve la vista: ¿Ves algún fallo? Vuelve a mirar una y otra vez, y la vista regresará a ti, derrotada y exhausta. Hemos adornado el cielo de este mundo con luceros [Estrellas Fugaces], dispuestos para lapidar a los demonios. Y a ellos les hemos preparado el castigo del Sa‘îr”. (La Soberanía 67: 1-5)

Con intención científica nos incita a que observemos el Cielo y lo estudiemos para descubrir si presenta alguna falla o imperfección, lo que impulsó la Ciencia Astronómica en el Islam.

El Sagrado Corán menciona, entonces, “Siete Cielos Superpuestos”, organizados armónicamente. El “Cielo del Mundo” se especifica respecto de la tierra, del espacio-tiempo en que existimos, por lo que se deduce la posible existencia de otros Cielos y Otros Mundos, cada uno con su propia organización, por lo que indica como “Siete” los planos de la realidad creada, número simbólico que indica una cantidad numerosa, tanta como Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) quiere. Menciona las Luminarias o Astros de nuestro mundo, como propios del mismo, no de otros planos del Universo. y por fin, alude a seres imperceptibles por nosotros, los Demonios (Sayâtîn), de cuya existencia todos los pueblos del pasado dan testimonio, e incluso se presentan en fenómenos anormales o paranormales que la psicología actual puede estudiar.

La ignorancia actual se parece a la ignorancia antigua de creer que la tierra se terminaba en un gran abismo, del que caían las naves que se aventuraban allí. La ignorancia actual es todavía peor, porque hoy se cree que sus afirmaciones son verdad “científica”. El humano de hoy está rodeado de realidades que ignora, pero que niega, se imagina un mundo conocido por él al detalle, cuando su ciencia es deficiente y no tiene ninguna definición, por ejemplo, del número uno, de la energía, de la extensión del Universo, de lo que hubo antes del hipotético “Big-Bang”, de la materia si es partícula u onda, de si hubo o no otras humanidades en nuestro mismo planeta, de si hay o no otros mundos habitados, de la totalidad de los sistemas que forman nuestro cuerpo, del funcionamiento cabal del cerebro, de los fenómenos psíquicos tan variados y distintos que casi no se puede decir que forman un sistema coherente, ni ningún sistema, y muchos otros temas que la ciencia ignora, o no ha descubierto todavía, pero que golpean su puerta para que responda. Y a pesar de todo ello, la ciencia es sin duda una actividad incomparable del género humano, altamente elogiosa.

¡Hombres! Adorad a vuestro Señor que os ha creado a vosotros y a los que os precedieron. Tal vez así seáis temerosos. Aquel que ha hecho para vosotros de la tierra un lecho y del cielo un techo, y hace caer agua del cielo y que gracias a ella broten frutos como provisión para vosotros: Así pues, no atribuyáis parecidos a Al-lâh a sabiendas”. (La Vaca 2: 21-22)

El “Cielo del Mundo” es el que llueve, iniciando el ciclo ecológico con la aparición de la Vida Vegetal en la tierra. Paralelamente existe un ciclo de Vida Biológica (el Ritmo Circadiano: Regula los cambios en las características físicas y mentales que ocurren en el transcurso de un día. La palabra Circadiano significa “alrededor de un día”) sometido al día y a la noche, al sol y la luna:

Hemos hecho de la noche un vestido, hemos hecho del día un medio de vida, hemos edificado sobre vosotros siete firmamentos, hemos puesto una lámpara reluciente”. (La Noticia 78: 10-13)

El Ritmo Circadiano es un “ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas. Los Ritmo Circadiano se ven afectados principalmente por la luz y la oscuridad, y están controlados por un área pequeña en el medio del Encéfalo. Pueden afectar el sueño, la temperatura del cuerpo, las hormonas, el apetito y otras funciones del cuerpo… El Ritmo Circadiano a veces se llama Reloj Biológico”.

Dice El Sagrado Corán:

¡Por el cielo surcado de órbitas!”. (Los Vientos que Arrastran 51: 7)

Se refiere así a la regularidad del movimiento de los Astros, o bien a la armonía y belleza de los Cielos cuando observamos las formas luminosas extraordinarias de las Galaxias, como es posible observarlas desde el Siglo XX.


La Creación del Universo

¿Es que no ven los que se niegan a creer que los cielos y la tierra estaban juntos y los separamos? ¿Y que hemos hecho a partir del agua toda cosa viviente? ¿No van a creer?”. (Los Profetas 21: 30)

Son dos verdades cósmicas incuestionables, la homogeneidad inicial de la materia de la que surgió el Universo, luego diferenciado en partes particulares, con su propia constitución, un “Cielo” más sutil y elevado, y una “Tierra” más compleja en su composición y desarrollo. E hicimos del agua toda cosa viviente, vegetales y animales, todo lo que presenta vida biológica, a partir de la reproducción sexuada o asexuada, generando nuevos individuos semejantes a los del inicio. Este tema solo fue desarrollado en la época moderna, pero El Sagrado Corán lo menciona hace Siglos.

Di: ¿Cómo es que os negáis a creer en Aquel que creó la Tierra en dos días y Le atribuís semejantes? Él es el Señor de los mundos. Y puso sobre ella cordilleras, la bendijo y repartió con medida sus provisiones, en cuatro días completos, para los que lo quieran saber. Luego se dirigió [Su voluntad (Istawâ)] al cielo que era humo; y le dijo junto con la Tierra: Venid a de buen grado o a la fuerza; dijeron: Venimos a Ti obedientes. Y en dos días lo culminó en siete cielos, a cada uno de los cuales Le inspiró su cometido. Hemos embellecido el cielo de este mundo con lámparas y protección: Ese es el decreto del Poderoso, el Sabio”. (Fussilat 41: 9-12)

Esta es la serie entera de la Creación del Universo, que no menciona un “Big-Bang” o gran explosión, la cual es contradictoria con: “Venid a de buen grado o a la fuerza”. Respondieron ambos: “Venimos a Ti obedientes”. Si el Universo se hubiese iniciado violentamente prevalecería el caos, no el orden y el equilibrio que reinan en él, a pesar de sus episodios violentos, que en el conjunto sirven a su evolución. Las Leyes Cósmicas son evidencia de lo que acabamos de decir:

Di: Observad lo que hay en los cielos y en la tierra. De nada sirven los signos ni los enviados a la gente que no cree”. (Yûnus 10: 101)

Dice El Sagrado Corán:

Realmente, vuestro Señor es Al-lâh, que creó los cielos y la tierra en seis días, y después se asentó en el Trono. Hace que la noche y el día se sucedan ininterrumpidamente. Y creó el Sol, la Luna y las estrellas, sometiéndolos a Su voluntad. ¿Acaso no son Suyos la creación y el mandato? Bendito sea Al-lâh, el Señor de los mundos”. (Al-A‘râf 7: 54)

Y también dice:

Al-lâh es Quien ha elevado los cielos sin pilares que podáis ver, y luego se asentó en el Trono; sometió al Sol y a la Luna, recorriendo cada uno de ellos [en su Órbita] según un plazo fijado; Él decreta todos los asuntos y explica detalladamente los signos para que así tengáis la certeza del encuentro con vuestro Señor”. (El Trueno 13: 2)

Al-lâh es Quien creó los cielos y la Tierra y lo que hay entre ellos en seis días; a continuación se asentó en el Trono. Fuera de Él no tenéis quien os proteja ni quien interceda por vosotros. ¿Acaso no vais a recapacitar?”. (La Postración 32: 4)

Respecto de:

Creó los cielos y la tierra en seis días”. (Al-A‘râf 7: 54)

En la obra Tafsîr de Al-Qúmmi se registra que el Imâm Yá’far As-Sádiq dijo: “En seis momentos”, (T, VIII, p. 172), es decir en seis etapas como hoy se reconoce.


Los otros seres que coexisten con nosotros

Di: Se me ha inspirado que unos genios han escuchado y han dicho: Hemos oído un Corán maravilloso, que conduce a la guía recta; así que hemos creído en él y no asociamos con nuestro Señor a nadie. Y que Él, Altísima sea la majestad de nuestro Señor, no ha tomado ni compañera ni hijo”. (Los Genios 72: 1-3)

Esta Aleyas sugieren que existen otros planos de la existencia aparte del que nosotros conocemos, planos a los que llamaremos “de los Genios (Yînn)”, para darles un nombre, porque allí hay tanta diversidad como la que nosotros experimentamos en nuestro mundo espacio-temporal. “Genios (Yînn)” es el nombre genérico que les da El Sagrado Corán, son seres distintos a los humanos, aunque reconocen ser siervos de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) Exaltado, y que también tienen conocimiento del Señor. Su mentor es llamado “Iblîs” por El Sagrado Corán, el que los desvió de la verdad:

Sino que los necios de nosotros solían decir mentiras enormes contra Al-lâh. Cuando pensábamos que ni los hombres ni los genios podrían decir mentiras contra Al-lâh”. (Los Genios 72: 4-5)

En el Libro de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) los Genios (Yînn) se describen a sí mismos:

Entre nosotros los hay que son justos y los hay que no lo son: Éramos grupos diversos. Supimos entonces que no podríamos escapar de Al-lâh en la tierra ni salir huyendo. Y realmente, cuando oímos la guía, creímos en ella. Quien crea en su Señor, no tendrá que temer menoscabo ni opresión. Entre nosotros hay sometidos [Musulmanes] a Al-lâh y hay injustos. Quienes se sometieron a Él habrán cogido la buena dirección. Pero los injustos serán leña del Ŷahannam. Si fueran con rectitud por el camino, derramaríamos sobre ellos bendiciones en abundancia,para con ello ponerlos a prueba: A quien se aparte del recuerdo de su Señor, lo conduciremos a un penoso y duro castigo”. (Los Genios 72: 11-17)

Tan importante es aún que estos seres están vinculados a los humanos y pueden generar experiencias que estos últimos adolecen, como así también los humanos pueden influir en ellos:

Y algunos hombres de los humanos se refugiaban en hombres de los genios de manera que les hacía aumentar su osadía en el mal”. (Los Genios 72: 6)

Sus conocimientos técnicos y del mundo físico son mayores a los de los humanos, su dominio de la energía y de los fenómenos cósmicos es superior, aunque su profundidad espiritual es menor, y dependen de los humanos para captar conocimientos espirituales profundos, por lo que se hacen siervos de estos últimos que tienen mayor poder espiritual, como en el caso de Sulaymân (Salomón) y los Genios (Yînn). Como muestra de su conocimiento cósmico dicen:

Y cuando hemos ido a buscar la noticia al cielo [hemos tocado] lo hemos encontrado lleno de una fuerte vigilancia y de estrellas fugaces. Y ciertamente, solíamos tomar posiciones en él para sentarnos a escuchar, pero ahora quien intenta escuchar encuentra una estrella fugaz apuntándole. Y nosotros no sabemos si se quiere un mal para los que hay en la tierra o si su Señor quiere guiarlos”. (Los Genios 72: 8-10)

Por último, también los Genios (Yînn), como los humanos, desean conocer los cielos, y los estudian, pero aún más, quieren ascender a los Astros e investigarlos, para lo cual forjan naves que les permita hacerlo:

¡Genios y hombres juntos! Si podéis salir de los confines del cielo y la tierra, hacedlo. Pero no tendréis salida si no es con un poder”. (El Misericordioso 55: 33)

El término “poder” (sultán en árabe) significa también “fuerza”, y se refiere a algo concreto, material, energético, no solo a la observación abstracta de los Astros. La Aleya engloba a ambos tipos de seres, Genios (Yînn) y hombres, indicando que ambos necesitan del mismo recurso técnico para lograr el mismo fin.


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Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.

 

 

domingo, 30 de octubre de 2022

DAVID EN EL CORÁN

 

el profeta david en el islam

A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm


Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm


El Profeta Dâud (David) es bien conocido en las tres Religiones Abrahámicas, el Islam, el Cristianismo y el Judaísmo. Es una figura central en la Historia Judía, reinando en el Reino Unido de Israel y Judá, desde 1010–970 a. e. c.

Dâud (David) también es una figura común en el arte y la iconografía a lo largo de los Siglos y su historia incluso se ha popularizado en la cultura del Siglo XX, sobre todo en la icónica canción Hallelujah de Leonard Cohen.


La Piedad de Dâud (David)

En el Islam, Dâud (David) es reconocido como Profeta, Mensajero y Rey. Su historia difiere ligeramente de las Tradiciones Bíblicas y en ocasiones ha sido motivo de desacuerdo.

Los Musulmanes (Muslimun) no aceptamos los pecados de Adulterio (Zina) y asesinato atribuidos a Dâud (David) en la Biblia porque el Islam nos enseña que los Profetas no cometen tales crímenes.

Los Musulmanes (Muslimun) también creemos que lo que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) nos dice en El Corán, y lo que el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) nos explica en sus tradiciones, es la última palabra sobre cualquier tema. Es en estas dos fuentes donde encontramos que el papel más importante de Dâud (David) fue su Piedad (Taqwa). Su justicia es destacada y su sumisión a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dio forma a su ascenso al poder.

Dâud (David) es descendiente de Judá, el hijo del Profeta Ya‘qûb (Jacob), quien a su vez es descendiente del Profeta Ibrâhîm (Abraham). Él es uno de los Profetas a los que se les dio un Libro Revelado por Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala); los Salmos, conocidos en el Islam como Zabûr.

Zabûr se traduce de diversas formas como canción, música, canto e historia. Se sabe que Dâud (David) usó su hermosa voz para alabar a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Y los Eruditos del Islam interpretan esto como recitar los Salmos (Zabûr) de la misma manera que se recita El Corán.


La batalla contra Yâlût (Goliat)

Mucho antes de su profecía y antes de que se revelaran los Salmos (Zabûr), aproximadamente en el año 1010 a. e. c., Dâud (David) era el hermano menor de tres hombres que fueron a la guerra contra los Filisteos.

En un momento de la guerra en el que el Rey Tâlût (Saúl) parecía estar liderando el bando perdedor, fue el joven Dâud (David) quien cambió el rumbo.

El Corán nos dice que entre el ejército había muchas personas que habían perdido su Fe (Îmân) en Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Él (Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)) los prueba a orillas de un río y Dâud (David) es uno de los pocos que le demuestran a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) que su Fe (Îmân) es fuerte e inquebrantable.

Cuando regresan a la batalla, Dâud (David) mata a Yâlût (Goliat). El Corán no da detalles del incidente, sin embargo, los Textos Bíblicos dicen que Dâud (David) usó su honda para matar al hombre gigante.

Los Eruditos Islámicos nos dicen que las Historias Bíblicas que no contradicen ni van en contra de El Corán pueden ser verdad porque la Torâ (Taurat) fue un Mensaje revelado de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) que solo se corrompió con el tiempo.

Dâud (David) era una persona sin importancia en la comunidad, estaba con el ejército solo para mantener informado a su padre del destino de sus hermanos. De repente, de la noche a la mañana, fue empujado a una posición exaltada. La gente esperaba que Dâud (David) fuera el sucesor del Rey Tâlût (Saúl) y el Rey Tâlût (Saúl) casó a Dâud (David) con su hija. Es en este momento cuando Dâud (David) recibe el don de Profeta.

Y los derrotaron con el permiso de Al-lâh. Dâud [David] mató a Yâlût [Goliat], y Al-lâh le concedió el reino y la sabiduría; y le enseñó lo que Él quiso. Y si no fuera porque Al-lâh hace que unos hombres impidan el mal a otros, la tierra se corrompería, pero Al-lâh es Poseedor del favor para todos los mundos”. (La Vaca 2: 251)


El líder humilde

Después de matar a Yâlût (Goliat), Dâud (David) no se jactó de su nueva fama y posición. Más bien se fue al desierto, donde glorificó a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), cantando Sus alabanzas y contemplando Sus favores.

Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) hizo que las montañas y los pájaros cantaran con Dâud (David) por las tardes y por las mañanas. Dâud (David) estaba agradecido y humilde y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) le concedió este milagro. No solo podía cantar con los pájaros y las montañas, sino que también podía entender los idiomas de los pájaros y las bestias.

Dâud (David) era muy piadoso. Dividió su día en cuatro partes, en una se ganaba la vida y descansaba, en otra escuchaba las quejas de su pueblo, en la tercera predicaba sermones y en la última parte alababa a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y oraba. (Las Historias de los Profetas. Profeta Dâud (David). Ibn Katir)

El Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) usó la historia y el estilo de vida de Dâud (David) para ayudar a los Creyentes (Mu‘minin) a comprender la naturaleza de la Piedad (Taqwa), el Arrepentimiento (Tawba) y la Sumisión a la voluntad de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala).

La Oración (Salât) que más ama Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) es la Oración (Salât) de Dâud (David). El Ayuno (Sawm) que más ama Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) es el de Dâud (David). Dormía la mitad de la noche, se levantaba en Oración (Salât) por un tercio y luego dormía un sexto. Ayunaría cada dos días… (Al-Bujârî)

El error al que se hace referencia aquí es lo que El Corán llama, el Relato de los Litigantes. Un día, cuando Dâud (David) estaba en su lugar de Oración (Salât), dos hermanos treparon el muro y le pidieron a Dâud (David) que juzgara entre ellos. De hecho, eran dos Ángeles enviados para probar a Dâud (David).

Dâud (David) se sorprendió cuando entraron a su habitación y comenzaron a contarle la naturaleza de su disputa. Un hermano tenía noventa y nueve ovejas y quería la única oveja que poseía su hermano.

Dâud (David) falló a favor del hermano que tenía una sola oveja sin escuchar el caso completo. De repente se dio cuenta de que había cometido un error y que esto era una prueba de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Se inclinó ante Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) pidiendo perdón.

El Profeta Dâud (David) fue un gobernante justo y honorable que trajo paz y prosperidad a la Tierra. Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) hace a Dâud (David) vicegerente de la Tierra para juzgar entre los seres humanos en la verdad.

Centralizó el poder, desarrolló una importante organización militar e hizo su capital en Jerusalén. Dâud (David) también entregó el Mensaje de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y usó su voz melodiosa para deleitar a las personas y recordarles a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Cuando recitaba los Salmos (Zabûr), la gente, los animales, los pájaros y todo lo que existe en la naturaleza escucharon y glorificaron a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala).


Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.


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