sábado, 23 de marzo de 2019

LA APERTURA



A‘udu Billâhi Min As-Saitâni Rayîm

Bismillâh ar-Rahmân ar-Rahîm

SUS EXCELENCIAS Y NOMBRES

Relató At-Tirmidî una transmisión de Ubaiy ibn Ka‘b, que dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “No ha revelado Allah (SWT) en la Torâ (At-Taurat) ni en el Inyîl (El Evangelio) nada como la “Madre del Corán” (Al-Fâtiha), que son las siete Aleyas ejemplares. Y dijo Allah (SWT): Están repartidas entre y Mi siervo, y para él lo que haya pedido”.

En un relato de Al-Bujârî se transmitió de Abû Sa’îd ibn al-Mu‘al-la, que dijo: “Estaba rezando en la Mezquita cuando me llamó el Mensajero de Allah (SAWS) y no le respondí. Al terminar le dije: ¡Mensajero de Allah (SAWS)! Estaba rezando. Me dijo él: “¿Es que no ha dicho Allah (SWT)?:
¡Oh creyentes! Responded a Allah y al Mensajero cuando os llaman a lo que os da vida, y sabed que Allah media entre el hombre y su corazón y que seréis reunidos para volver a Él”. (Los Botines de Guerra 8: 24)

A continuación añadió: “Te enseñaré un Sura que es la más inmensa de todas los Suras del Corán, antes de que salgas de la Mezquita.” Después me tomó de la mano, y cuando se disponía a salir le pregunté: ¿No me dijiste que me ibas a enseñar la más inmensa de las Suras del Corán? Dijo: “Alhamdulillâh Rabbi Al-Alamin. Son las siete Aleyas ejemplares y el inmenso Corán que me ha sido dado”.

De Muŷâhid: “Iblîs, Allah (SWT) lo maldiga, gimió lamentándose cuatro veces: Cuando fue maldecido; cuando se fue del Paraíso; cuando Muhammad (SAWS) fue enviado; y cuando se reveló la Sura Al-Fâtiha, que fue en Medina”.

Entre los Ulemas hay diferencia de opinión sobre la preferencia de unas Suras y Aleyas sobre otras, y la preferencia de unos nombres de Allah (SWT), el Altísimo, sobre otros; de manera que unos dijeron: No hay preferencia de unas sobre otras, porque todas, tanto Aleyas como Suras, son la palabra de Allah (SWT), así como tampoco hay preferencia entre los nombres de Allah (SWT).

Dijo Yahiâ ibn Yahiâ: “La preferencia de una parte del Corán sobre otra es un error, ya que cuando se prefiere una cosa sobre otra es porque esa otra está incompleta. Sin embargo, la palabra de Allah (SWT) es perfecta y no tiene fisura alguna”.

Dijo Al-Bustî: “La expresión, “No hay en la Torâ (At-Taurat) ni en el Inyîl (El Evangelio) nada igual a la Madre del Corán”, significa que Allah (SWT), el Altísimo, no da al lector de la Torâ (At-Taurat) ni al del Inyîl (El Evangelio) la recompensa que le dará al recitador de la “Madre del Corán”; ya que Allah (SWT) ha preferido a esta Ummah (pueblo) sobre el resto de los pueblos, y le ha dado más mérito por la recitación de Su “palabra” que el que le ha dado a los demás, como un favor hacia ellos”.


Y significa: “La Sura más grande”. Es decir, en la recompensa y no en que una parte del Corán sea mejor que otra. Otro grupo dijo que se refiere a la preferencia, y que lo que contienen las palabras de Allah (SWT), el Altísimo:
Y vuestro dios es un Dios Único. No hay Dios, excepto Él, el Compasivo, el Misericordioso”. (La Vaca 2: 163)

La Aleya El Trono (Al-Kursî), y final de la Sura La Reunión; y la Sura La Adoración Pura son pruebas de la unicidad de Allah (SWT) y son atributos que no se encuentran en otras.

La preferencia estriba en los significados admirables y no en la cualidad. En el Hadîz de Ubaiy ibn Ka‘b se transmitió que le dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “¡Ubaiy! De las Aleyas que conoces del Libro de Allah (SWT), ¿cuál es la más grande?” Le respondí:
Allah, no hay dios sino Él, el Viviente, el Sustentador [que se mantiene a Si mismo y a Su Creación]. Ni la somnolencia ni el sueño se apoderan de Él. Suyo es cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. ¿Quién puede interceder ante Él si no es con Su permiso? Sabe lo que tienen tanto delante de ellos como detrás [es decir, lo que ha de venir y todo lo que desconocen]. Y no abarcan nada de Su conocimiento, a menos que Él quiera. El escabel de Su trono abarca los cielos y la tierra, y su mantenimiento no le causa fatiga. Él es el Altísimo, el Inmenso”. (La Vaca 2: 255)

Dijo: Me golpeó en el pecho y me dijo: “¡Felicitación por tu conocimiento, Abû al-Mundir!”.

Al-Fâtiha contiene atributos que no contienen otros Suras, hasta el punto que se ha dicho que contiene todo el Corán. Son veinticinco palabras que abarcan todas las ciencias del Corán. La nobleza de Al-Fâtiha estriba en que Allah (SWT) la dividió entre Él y Su siervo; en que la cercanía a Allah (SWT) llega a través de ella; y en que no hay acción que alcance su recompensa. De acuerdo a ese significado, Al-Fâtiha ha alcanzado el grado de “La Madre del Inmenso Corán”. De la misma forma que el Sura 112 del Corán:
Di: Él, Allah es Uno”. (La Adoración Pura 112: 1)

Equivale a un tercio del Corán en recompensa para quien la recite, porque el Corán está constituido por Tawhîd (Lâ Ilâha Illâ Allah), leyes y exhortaciones, y esta Sura es todo él Tawhîd (Lâ Ilâha Illâ Allah).

Cuando el Profeta (SAWS) dijo: “Lo mejor que he dicho yo y los Profetas anteriores a mí es: Lâ Ilâha Illâ Allah Wahdahu Lâ Sarîka Lahu. (No hay dios sino Allah (SWT), sólo y sin asociado)”. Es el mejor Dikr porque contiene palabras que abarcan todas las ciencias del Tawhîd (Lâ Ilâha Illâ Allah). Y Al-Fâtiha abarca el Tawhîd (Lâ Ilâha Illâ Allah), la adoración, la exhortación y el recuerdo.


AL-FÂTIHA TIENE DOCE NOMBRES

- El primero: “As-Salât” (La Oración), como dijo Allah (SWT), el Altísimo: “He dividido el Salât entre Yo y Mi siervo en dos mitades”.

- El segundo: “Al-Hamd” (La Alabanza), porque se menciona en ella, igual que en la Sura Los Botines de Guerra, El Arrepentimiento, etc.

- El tercero: “Fâtiha-ul-kitâb” (La Apertura del Libro), porque con ella se abre la recitación del Corán, con ella se abre la escritura del Mushaf y con ella se abren las oraciones.

- El cuarto: “Umm-al-Kitâb” (La Madre del Libro). Dijo Allah (SWT), el Altísimo:
Él es Quien te ha revelado el Libro. Contiene aleyas precisas que son la base del Libro, y otras ambiguas. Aquellos de corazón extraviado siguen sólo las ambiguas con el fin de sembrar la discordia e interpretarlas capciosamente, pero sólo Allah conoce su verdadera interpretación. Y los arraigados en el conocimiento, dicen: Creemos en Él, todo procede de nuestro Señor; pero no recapacitan sino los dotados de intelecto”. (La Familia de ‘Imrân 3: 7)

Sin embargo, Anas e Ibn Sirîn dicen que la madre del Libro es la Tabla Protegida (Lauh al-Mahfûz). Dice Allah (SWT), el Altísimo:
Y ciertamente, está en la madre del Libro; ante Nosotros es excelso, sabio”. (Los Adornos 43: 4)

Es decir, la Tabla Protegida (Lauh al-Mahfûz)a, fuente de todos los libros revelados.

- El quinto: “Umm-al-Corán” (La Madre del Corán). Relató At-Tirmidî, de Abû Huraira, que dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “Alhamdulillâh (Al-Fâtiha) es la madre del Corán, es la madre del Libro y son las siete Aleyas ejemplares”. Se llamó la madre del Libro porque se comienza con su escritura en el Mushaf , y se comienza con su recitación en el Salât. Dijo Yahiâ ibn Ya‘mar: La madre de los pueblos es Meca, la madre de Jurasan es Maru y la madre del Corán es la Sura Al-Hamd (Al Fâtiha). Es decir el origen y principio del Corán que comprende todas sus ciencias.

- El sexto: “Al-Matânî” (Las ejemplares), pues con ella se comienza cada Rakâ‘a en el Salât .

- El séptimo: “Al-Corán al-‘Azîm” (El Inmenso Corán). Se llama así porque abarca la exaltación a Allah (SWT), Poderoso y Majestuoso, a través de Sus atributos de perfección y majestuosidad; el mandato de adoración solamente a Él; el reconocimiento de la incapacidad manifiesta de aportar algo de él; la imploración a Él de la guía hacia el camino recto, y el combate a los extraviados y a los contumaces negadores de la verdad.

- El octavo: “As-Sifâ’” (La cura). Se transmitió de Abû Sa‘îd al-Judrî que dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “En el Sura Al-Fâtiha hay cura para toda enfermedad”.

- El noveno: “Ar-Ruquia” (El talismán). Esto fue por el Hadîz de Abû Sa‘îd al-Judrî que el Mensajero de Allah (SAWS) dijo al hombre que hizo el Talismán con la Sura Al-Fâtiha: “¿Qué te ha hecho saber que es un Talismán?”. Dijo: ¡Mensajero de Allah (SAWS)! Algo que ha sido puesto en mi corazón.

- El décimo: “Al-Asâs” (La base). Un hombre se quejó a As-Sa‘bî de un dolor que tenía en su costado, y le dijo: “Debes usar la base del Corán que es la Al-Fâtiha del Libro, pues oí decir a Ibn ‘Abbâs: Cada cosa tiene una base, la base de este mundo es Meca, porque pende de ella; la base de los Jardines es el Jardín del Edén, que es el ombligo de los Jardines sobre el que se ha construido el Paraíso; la base del Fuego es el Ŷahannam , que es el séptimo escalón hacia abajo sobre el que se han construido los demás; la base de la Creación es Âdam; la de los Profetas es Nûh (Noé); la de la Tribu de Israel es Ya‘qûb (Jacob); la base de los libros es el Corán; la base del Corán es Al-Fâtiha; la base de Al-Fâtiha es el Bismillâh ; y si te duele algo, con Al-Fâtiha se cura”.

- El undécimo: “Al.Wâfia” (El completo). Dijo Sufiân Ibn ‘Uyaina que Al-Fâtiha no se divide ni se presta a la abreviatura. Y aunque se puede hacer con el resto de las Suras recitando la mitad en un Rakâ‘a y la otra mitad en el otro, con Al-Fâtiha no se puede hacer.


-El duodécimo: “Al-Kâfia” (El suficiente). Dijo Yahiâ ibn Abû Katîr: “La Sura Al-Fâtiha basta por sí solo y puede prescindir de los demás, mientras que los demás no pueden prescindir de Al-Fâtiha”. El argumento de esta afirmación

está en el relato de Muhammad ibn Jal-lâd al-Iskandarânî que dijo el Profeta (SAWS): “Umm al-Corán puede ocupar el lugar de otra Sura pero no al contrario”.


SU REVELACIÓN

La Ummah afirma por consenso que Al-Fâtiha contiene siete Aleyas, excepto Husain al Ŷu‘fï que dice que son seis, y ‘Amr ibn ‘Abîd que son ocho porque cuenta “Iyyâka Na‘budu” como una Aleya . Sin embargo estos dos dichos son rebatidos por el Corán:
Y, realmente, te hemos concedido siete de las ejemplares [alusión a las siete Aleyas de la Sura Al-Fâtiha], y el inmenso Corán”. (Al-Hiŷr 15: 87)

Y el Hadîz: “He dividido el Salât ...”.

La Ummah también afirma por consenso que Al-Fâtiha pertenece al Corán. Y aunque se haya dicho: “Si fuese Corán, ‘Abdullâh ibn Mas‘ûd la habría incluido en su Mushaf , como Al-Mu’awwidatân. La respuesta, sin embargo, está en el relato de Abû Bakr al-Anbârî, que fue preguntado ‘Abdullâh ibn Mas‘ûd: “¿Por qué no escribes Al-Fâtiha en tu Mushaf? Contestó: Porque si lo hiciera tendría que escribirlo con cada una de las Suras”. Dijo Abû Bakr: “Es decir, que en cada Rakâ‘a la opción es la de comenzar con Al-Fâtiha antes de cada Sura recitada a continuación”. Y dijo: “He preferido resumir, no incluyéndola, y he confiado en que los musulmanes la mantengan presente y la preserven en el Salât”.

Hay diferencias de opinión en cuanto a si es Mequinense o Medinense. Dijeron Ibn ‘Abbâs, Qatâda y otros que es Mequinense. Mientras que Abû Huraira, Muŷâhid y otros dijeron que es Medinense. Se dijo: La mitad se reveló en Meca y la otra mitad en Medina. Según contó Abû al-Lait as-Samarqandï, la primera opinión es la más correcta, como lo prueba el dicho de Allah (SWT), el Altísimo, en el Corán:
Y, realmente, te hemos concedido siete de las ejemplares [alusión a las siete Aleyas de la Sura Al-Fâtiha], y el inmenso Corán”. (Al-Hiŷr 15: 87)

La Sura Al-Hiŷr es Medinense por consenso. Y la obligatoriedad del Salât se hizo en Meca sin que se conozca jamás en el Islam que el Salât se haya hecho sin Al-Fâtiha, como lo prueba el Hadîz: “No hay Salât si no es con Al-Fâtiha del Libro”.

El Qâdî Ibn at-Tayyib mencionó que hay diferencias de opinión entre la gente en cuanto a lo primero que se reveló del Corán. Se ha dicho: “La Sura El Arropado, o Sura El Coágulo, o Sura Al-Fâtiha”.

Al-Baihaquî menciona en el libro “Las Pruebas de la Profecía” una transmisión de Abû Maisara ‘Amr ibn Surahbîl, que el Mensajero de Allah (SAWS) dijo a Jadîŷa: “Cuando me aíslo solo oigo una llamada que ¡por Allah (SWT)! temo que sea una orden.” Dijo ella: Allah (SWT) te protegerá y no te hará nada, porque tú cumples con tu responsabilidad, mantienes tus lazos familiares y hablas con la verdad. Cuando entró Abû Bakr sin que estuviera allí el Profeta (SAWS), le dijo Jadîŷa: ¡Oh ‘Atîq! Ve con Muhammad (SAWS) a ver a Waraqa ibn Nawfal. Al entrar el Mensajero de Allah (SAWS) cogió Abû Bakr su mano y le dijo: Ven con nosotros a ver a Waraqa. Le contestó: “¿Quién te lo ha dicho?” Dijo: Jadîŷa. De manera que fueron a verle y le contó: “Cuando estoy a solas oigo una llamada tras de mí que dice: ¡Muhammad (SAWS), Muhammad (SAWS)! Y salgo corriendo”. Le contestó Waraqa: ¡No lo hagas! Cuando otra vez oigas la voz, espérate a escuchar lo que dice, después vienes y me informas. Cuando estuvo a solas, oyó la llamada: ¡Muhammad (SAWS)! Di: Bismillâh ar-Rahmân ar-Rahîm, Alhamdulillâh Rabbi al-‘Âlamîn..., hasta el final de Al-Fâtiha. Di: Lâ Ilâha Illâ Allah. Acudió a Waraqa y al mencionarle lo sucedido le dijo éste: ¡Alégrate y alégrate! Realmente, doy testimonio de que tú eres el que ha anunciado ‘Îsâ ibn Maryam; que eres como el confidente Mûsâ (Moisés); Profeta enviado; se te ordenará el Yihâd después de este día. Y si lo alcanzo a ver yo lo haré contigo”. Cuando murió Waraqa, dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “He visto al sacerdote en el Jardín con vestidos de seda porque tuvo confianza en mí y me creyó”. Es decir, Waraqa.

Dijo Ibn ‘Atiya: Algunos Ulemas pensaron que Ŷibrîl (Gabriel), sobre el la paz, no había descendido con la Sura Al-Fâtiha, por el relato de Muslim en una transmisión de cuando oyó una voz por Ibn ‘Abbâs, que dijo: Estaba sentado Ŷibrîl (Gabriel) con el Profeta (SAWS) encima de él. Y al levantar (Ŷibrîl (Gabriel)) su cabeza dijo: Esta es una puerta del cielo que se ha abierto hoy y que jamás se ha abierto hasta hoy. Y descendió de ella un Ángel, y (Ŷibrîl (Gabriel)) dijo: Este es un Ángel que ha descendido hoy a la tierra y que jamás ha descendido hasta hoy. Entonces le saludó y dijo: Alégrate por dos luces que te he traído y que no se le han dado a ningún Profeta anterior a ti: La Al-Fâtiha del Libro y el final de la Sura La Vaca; y siempre que las recites se te recompensará por cada letra.

Se ha confirmado que una vez que se dice “Allâhu Akbar” para el comienzo del Salât, se recita Al-Fâtiha directamente y sin silencios. Sin embargo, se ha relatado que se dice antes: “Subhânaka Allâhumma Wa Bihamdika, Tabâraka Ismuka Wa Ta‘âla Yadduka Wa Lâ Ilâha Gairuka” (¡Gloria a Ti, oh Allah (SWT) y con Tu alabanza. Tu nombre y exaltación está por encima de todo y no hay dios sino !).

Dijo Ibn al-Mundir: Se confirmó que el Mensajero de Allah (SAWS) cuando decía “Allâhu Akbar” en el Salât, se callaba un momento antes de la recitación y decía: “¡Oh Allah (SWT), aléjame de mis faltas de la misma forma que has alejado el oriente del occidente! ¡Oh Allah (SWT), límpiame de las faltas de la misma forma que se limpia la ropa blanca de la suciedad! ¡Oh Allah (SWT), lávame de las faltas, con agua, nieve y frio!”. Abû Huraira usaba esta invocación.

Según los Imames As-Sâfi‘î, Ahmed y Mâlik: La recitación de Al-Fâtiha es obligatoria en cada Rakâ‘a y para todos en general; a la luz del Hadîz del Mensajero de Allah (SAWS): “No hay Salât (válido) para quien no recite en él la Sura Al-Fâtiha”. Y otro: “Quien rezara un Salât sin recitar la Madre del Corán (Al-Fâtiha) sería incompleto”. Dijo Abû Huraira: Me mandó el Mensajero de Allah (SAWS) decir: No hay Salât si no es con la recitación de Al-Fâtiha y lo que exceda. Y de la misma forma que una postración o una inclinación en un Rakâ‘a no eximen de hacerla en otra Rakâ‘a, tampoco la recitación de Al-Fâtiha en un Rakâ‘a exime de hacerlo en otra.

De Abû Sa‘îd al-Judrî se transmitió, que dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “No hay Salât (válido) para quien no recite en cada Rakâ‘a Alhamdulillâh (Al-Fâtiha) y una Sura, ya sea en la oración obligatoria o no”.

En Sahîh Muslim se transmitió de Abû Huraira, que el Mensajero de Allah (SAWS) dijo a uno a quien le enseñaba el Salât: “Y haz eso en todo tu Salât”. Y si no se recitara Al-Fâtiha habría que volver y recitarlo como se vuelve para hacer una inclinación o una postración que no se haya hecho; ya que la Rakâ‘a sin la recitación de Al-Fâtiha no sería válida según el Fiqh. Y a favor de dicho argumento, es decir de que Al-Fâtiha se recita en cada Rakâ‘a, está el relato de Abû Dâûd de una transmisión de Nâfi‘a ibn Muhammad al-Ansârî que dijo: “Se retrasó ‘Ubâda ibn as-Sâmit en el Salât de Faŷr, de manera que el Muecín Abû Na‘îm dio el Iqâma e hizo el Salât de Imâm con la gente. Llegamos ‘Ubâda y yo y nos situamos en la fila tras Abû Na‘îm que recitaba en voz alta; y ‘Ubâda recitó Al-Fâtiha. Al terminar pregunté a ‘Ubâda: ¿He oído que recitabas Al-Fâtiha mientras que Abû Na‘îm recitaba en voz alta? Contestó: ¡Así es! Rezó con nosotros el Mensajero de Allah (SAWS) algunas oraciones en las que se recita en voz alta y se le hizo confusa la recitación. Al terminar se dirigió hacia nosotros diciendo: “¿Vosotros recitáis cuando yo hago la recitación en voz alta?” Contestaron algunos: Nosotros así lo hacemos. Dijo: “¿Quién me disputa con el Corán? No recitéis nada del Corán mientras yo lo haga en voz alta, excepto Al-Fâtiha”.

Se relató de Yâbir ibn ‘Abdullâh, que dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “El Imâm es garante; de manera que lo que haga, hacedlo vosotros”. Y Allah (SWT), el Altísimo, dice en el Corán:
Y mientras el Corán se esté recitando, escuchadlo con atención y guardad silencio, tal vez obtengáis misericordia”. (Al-A‘râf 7: 204)




Relató Abû Dâûd que dijo Abû Sa‘îd al-Judrî: Se nos ha ordenado recitar Al-Fâtiha del Libro y lo que nos sea fácil además. Este Hadîz es la prueba de que cuando el Profeta (SAWS) le dijo al Beduino: “Recita lo que te sea fácil del Corán”, se refería a lo que excediera de Al-Fâtiha. Y ese es el Tafsîr de cuando Allah (SWT), el Altísimo, dice:
Ciertamente, tu Señor sabe que te levantas [por la noche a rezar] durante algo menos de dos tercios o durante la mitad o un tercio, y también una parte de los que están contigo. Allah que mide la noche y el día, sabe que no podréis ser constantes en ello y se ha vuelto a vosotros con indulgencia. Así pues, recitad del Corán lo que os sea fácil. Él sabe que entre vosotros hay enfermos, que algunos viajan por la tierra buscando el favor de Allah y que otros luchan por la causa de Allah. De modo que recitad de él lo que os sea fácil, estableced el Salât, entregad el Zakât y hacedle a Allah un préstamo generoso. El bien que ofrezcáis para vosotros mismos, lo encontraréis junto a Allah, mejor y de una inmensa recompensa. Y pedid el perdón a Allah, porque realmente Allah es Perdonador y Misericordioso”. (El Arrebujado 73: 20)

Dijo Mâlik: La Sunnah de la recitación es que se haga Al-Fâtiha y otro Sura en los dos primeros Raka‘ât y en los otros dos Al-Fâtiha solamente. Así pues, la recitación de Al-Fâtiha es obligatoria en cada Rakâ‘a conforme a la Escuela Mâlikî. Y eso es lo correcto en esa cuestión.

Relató Muslim, de Abû Qatâda, que dijo: El Mensajero de Allah (SAWS) solía rezar con nosotros y recitaba en el Salât del mediodía y el de la tarde en los dos primeros Raka‘ât el Al-Fâtiha y dos Suras, dejándose oír a veces. Alargaba el primer Rakâ‘a mientras que acortaba el segundo, así como en el Salât de Faŷr. Y en otro relato: Y recitaba Al-Fâtiha en los dos últimos Raka‘ât.

En la recitación del Salât, todo lo que sea añadir más a la recitación de Al-Fâtiha no es obligatorio, según el relato de Muslim en una transmisión de Abû Huraira que dijo: “En cada Salât hay recitación; lo que nos dejó oír el Profeta (SAWS) os lo hemos dejado oír a vosotros, y lo que nos ocultó lo hemos ocultado a vosotros. Así pues, quien recitara la Madre del Corán estaría en lo correcto y quien se excediera recitando más, aunque fuesen una o dos Aleyas , sería mejor.

Quien no hubiese aprendido Al-Fâtiha ni nada del Corán, por incapacidad o por alguna otra excusa, debería recordar a Allah (SWT) en el lugar y momento de la recitación con lo que le fuera posible, como decir: Allâhu Akbar; Lâ Ilâha Illâ Allah; Alhamdulillâh; Subhâna Allah; Lâ Hawla Wa Lâ Quwwata Illâ Billâh, cuando rece solo o con el Imâm cuando recita en voz baja, según un relato de Abû Dâûd y otros de ‘Abdullâh ibn Abû ‘Aufâ que dijo: “Acudió un hombre al Profeta (SAWS) y le preguntó: Realmente, no puedo tomar nada del Corán y memorizarlo. Enséñame algo que pueda decir en su lugar; dijo: “Di: Subhâna Allah Walhamdu Lillâh Wa Lâ Ilâha Illâ Allah Wa Allâhu Akbar Wa Lâ Hawla Wa Lâ Quwwata Illâ Billâh”. Dijo el hombre: ¡Mensajero de Allah (SAWS)! Eso es para Allah (SWT). ¿Y para mí qué? Dijo: “Di: Allâhumma Arhamnî Wa ‘Âfinî Wa Ahdinî Wa Arzuqnî”. (¡Oh Allah (SWT), Ten misericordia de mí, dame la salud, la guía y la provisión!) Si aún así se viera incapacitado para pronunciar estas expresiones, se debería esforzar en hacer su Salât con el Imâm, ya que éste cargaría con lo que le correspondiera decir y recitar en el Salât. Sin que ello signifique que abandone su esfuerzo por aprender a recitar Al-Fâtiha y otras Suras en la medida de su capacidad, sin cesar en su empeño hasta su muerte de forma que Allah (SWT) lo haya excusado.

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