A‘udu
Billâhi Min As-Saitâni Rayîm
Bismillâh
ar-Rahmân ar-Rahîm
SUS
EXCELENCIAS Y NOMBRES
Relató
At-Tirmidî
una transmisión de Ubaiy
ibn Ka‘b,
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“No ha revelado Allah
(SWT)
en la Torâ
(At-Taurat)
ni en el Inyîl
(El
Evangelio)
nada como la “Madre del Corán”
(Al-Fâtiha),
que son las siete Aleyas
ejemplares. Y dijo Allah
(SWT):
Están repartidas entre Mí
y Mi
siervo, y para él lo que haya pedido”.
En
un relato de Al-Bujârî
se transmitió de Abû
Sa’îd ibn al-Mu‘al-la,
que dijo: “Estaba rezando en la Mezquita
cuando me llamó el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
y no le respondí. Al terminar le dije: ¡Mensajero
de
Allah
(SAWS)!
Estaba rezando. Me dijo él: “¿Es que no ha dicho Allah
(SWT)?:
“¡Oh
creyentes! Responded a Allah
y al Mensajero cuando os llaman a lo que os da vida, y sabed que
Allah
media entre el hombre y su corazón y que seréis reunidos para
volver a Él”.
(Los
Botines de Guerra 8: 24)
A
continuación añadió: “Te enseñaré un Sura
que es la más inmensa de todas los Suras
del Corán,
antes de que salgas de la Mezquita.”
Después me tomó de la mano, y cuando se disponía a salir le
pregunté: ¿No me dijiste que me ibas a enseñar la más inmensa de
las Suras
del Corán?
Dijo: “Alhamdulillâh
Rabbi Al-Alamin.
Son las siete Aleyas
ejemplares y el inmenso Corán
que me ha sido dado”.
De
Muŷâhid:
“Iblîs,
Allah
(SWT)
lo maldiga, gimió lamentándose cuatro veces: Cuando fue maldecido;
cuando se fue del Paraíso;
cuando Muhammad
(SAWS)
fue
enviado; y cuando se reveló la Sura
Al-Fâtiha,
que fue en Medina”.
Entre
los Ulemas
hay diferencia de opinión sobre la preferencia de unas Suras
y Aleyas
sobre otras, y la preferencia de unos nombres de Allah
(SWT),
el Altísimo,
sobre otros; de manera que unos dijeron: No hay preferencia de unas
sobre otras, porque todas, tanto Aleyas
como Suras,
son la palabra de Allah
(SWT),
así como tampoco hay preferencia entre los nombres de Allah
(SWT).
Dijo
Yahiâ
ibn Yahiâ:
“La preferencia de una parte del Corán
sobre otra es un error, ya que cuando se prefiere una cosa sobre otra
es porque esa otra está incompleta. Sin embargo, la palabra de Allah
(SWT)
es perfecta y no tiene fisura alguna”.
Dijo
Al-Bustî:
“La expresión, “No hay en la Torâ
(At-Taurat)
ni en el Inyîl
(El
Evangelio)
nada igual a la Madre del Corán”,
significa que Allah
(SWT),
el Altísimo,
no da al lector de la Torâ
(At-Taurat)
ni al del Inyîl
(El
Evangelio)
la recompensa que le dará al recitador de la “Madre del Corán”;
ya que Allah
(SWT)
ha preferido a esta Ummah
(pueblo) sobre el resto de los pueblos, y le ha dado más mérito por
la recitación de Su
“palabra”
que el que le ha dado a los demás, como un favor hacia ellos”.
Y
significa: “La Sura
más grande”. Es decir, en la recompensa y no en que una parte del
Corán
sea mejor que otra. Otro grupo dijo que se refiere a la preferencia,
y que lo que contienen las palabras de Allah
(SWT),
el Altísimo:
“Y
vuestro dios es un Dios
Único.
No hay Dios,
excepto Él,
el Compasivo,
el Misericordioso”.
(La
Vaca 2: 163)
La
Aleya
El Trono (Al-Kursî),
y final de la Sura
La Reunión;
y la Sura
La Adoración Pura
son pruebas de la unicidad de Allah
(SWT)
y son atributos que no se encuentran en otras.
La
preferencia estriba en los significados admirables y no en la
cualidad. En el Hadîz
de Ubaiy
ibn Ka‘b
se transmitió que le dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“¡Ubaiy!
De las Aleyas
que conoces del Libro
de
Allah
(SWT),
¿cuál es la más grande?” Le respondí:
“Allah,
no hay dios sino Él,
el Viviente,
el Sustentador
[que
se mantiene a
Si
mismo
y a
Su
Creación].
Ni la somnolencia ni el sueño se apoderan de Él.
Suyo
es cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. ¿Quién puede
interceder ante Él
si no es con Su
permiso? Sabe lo que tienen tanto delante de ellos como detrás
[es
decir, lo que ha de venir y todo lo que desconocen].
Y no abarcan nada de Su
conocimiento, a menos que Él
quiera. El escabel de Su
trono abarca los cielos y la tierra, y su mantenimiento no le causa
fatiga. Él
es el Altísimo,
el Inmenso”.
(La
Vaca 2: 255)
Dijo:
Me golpeó en el pecho y me dijo: “¡Felicitación por tu
conocimiento, Abû
al-Mundir!”.
Al-Fâtiha
contiene atributos que no contienen otros Suras,
hasta el punto que se ha dicho que contiene todo el Corán.
Son veinticinco palabras que abarcan todas las ciencias del Corán.
La nobleza de Al-Fâtiha
estriba en que Allah
(SWT)
la dividió entre Él
y Su
siervo; en que la cercanía a Allah
(SWT)
llega a través de ella; y en que no hay acción que alcance su
recompensa. De acuerdo a ese significado, Al-Fâtiha
ha alcanzado el grado de “La Madre del Inmenso
Corán”.
De la misma forma que el Sura
112
del Corán:
“Di:
Él,
Allah
es Uno”.
(La
Adoración Pura 112: 1)
Equivale
a un tercio del Corán
en recompensa para quien la recite, porque el Corán
está constituido por Tawhîd
(Lâ
Ilâha Illâ Allah),
leyes y exhortaciones, y esta Sura
es todo él Tawhîd
(Lâ
Ilâha Illâ Allah).
Cuando
el Profeta
(SAWS)
dijo: “Lo mejor que he dicho yo y los Profetas
anteriores a mí es: Lâ
Ilâha Illâ Allah Wahdahu Lâ Sarîka Lahu.
(No hay dios sino Allah
(SWT),
sólo y sin asociado)”. Es el mejor Dikr
porque contiene palabras que abarcan todas las ciencias del Tawhîd
(Lâ
Ilâha Illâ Allah).
Y Al-Fâtiha
abarca el Tawhîd
(Lâ
Ilâha Illâ Allah),
la adoración, la exhortación y el recuerdo.
AL-FÂTIHA
TIENE DOCE NOMBRES
-
El primero: “As-Salât”
(La Oración),
como dijo Allah
(SWT),
el Altísimo:
“He dividido el Salât
entre Yo
y
Mi
siervo en dos mitades”.
-
El segundo: “Al-Hamd”
(La Alabanza),
porque se menciona en ella, igual que en la Sura
Los Botines de Guerra,
El
Arrepentimiento,
etc.
-
El tercero: “Fâtiha-ul-kitâb”
(La Apertura
del Libro),
porque con ella se abre la recitación del Corán,
con ella se abre la escritura del Mushaf
y con ella se abren las oraciones.
-
El cuarto: “Umm-al-Kitâb”
(La Madre
del Libro).
Dijo Allah
(SWT),
el Altísimo:
“Él
es Quien
te ha revelado el Libro. Contiene aleyas precisas que son la base del
Libro, y otras ambiguas. Aquellos de corazón extraviado siguen sólo
las ambiguas con el fin de sembrar la discordia e interpretarlas
capciosamente, pero sólo Allah
conoce su verdadera interpretación. Y los arraigados en el
conocimiento, dicen: Creemos en Él,
todo procede de nuestro Señor;
pero no recapacitan sino los dotados de intelecto”.
(La
Familia de ‘Imrân 3: 7)
Sin
embargo, Anas
e Ibn
Sirîn
dicen que la madre del Libro
es la Tabla
Protegida
(Lauh
al-Mahfûz).
Dice Allah
(SWT),
el Altísimo:
“Y
ciertamente, está en la madre del Libro; ante Nosotros
es excelso, sabio”.
(Los
Adornos 43: 4)
Es
decir, la Tabla
Protegida
(Lauh
al-Mahfûz)a,
fuente de todos los libros revelados.
-
El quinto: “Umm-al-Corán”
(La Madre del Corán).
Relató At-Tirmidî,
de Abû
Huraira,
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Alhamdulillâh
(Al-Fâtiha)
es la madre del Corán,
es la madre del Libro
y son las siete Aleyas
ejemplares”. Se llamó la madre del Libro
porque
se comienza con su escritura en el Mushaf
, y se comienza con su recitación en el Salât.
Dijo Yahiâ
ibn Ya‘mar:
La madre de los pueblos es Meca,
la madre de Jurasan
es Maru
y la madre del Corán
es la Sura
Al-Hamd
(Al
Fâtiha).
Es decir el origen y principio del Corán
que comprende todas sus ciencias.
-
El sexto: “Al-Matânî”
(Las ejemplares), pues con ella se comienza cada Rakâ‘a
en el Salât
.
-
El séptimo: “Al-Corán
al-‘Azîm”
(El Inmenso
Corán).
Se llama así porque abarca la exaltación a Allah
(SWT),
Poderoso
y Majestuoso,
a través de Sus
atributos de perfección y majestuosidad; el mandato de adoración
solamente a Él;
el reconocimiento de la incapacidad manifiesta de aportar algo de él;
la imploración a Él
de la guía hacia el camino recto, y el combate a los extraviados y a
los contumaces negadores de la verdad.
-
El octavo: “As-Sifâ’”
(La cura). Se transmitió de Abû
Sa‘îd al-Judrî
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“En el Sura
Al-Fâtiha
hay cura para toda enfermedad”.
-
El noveno: “Ar-Ruquia”
(El talismán). Esto fue por el Hadîz
de Abû
Sa‘îd al-Judrî
que el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
dijo al hombre que hizo el Talismán
con la Sura
Al-Fâtiha:
“¿Qué te ha hecho saber que es un Talismán?”.
Dijo: ¡Mensajero
de
Allah
(SAWS)!
Algo que ha sido puesto en mi corazón.
-
El décimo: “Al-Asâs”
(La base). Un hombre se quejó a As-Sa‘bî
de un dolor que tenía en su costado, y le dijo: “Debes usar la
base del Corán
que es la Al-Fâtiha
del Libro,
pues oí decir a Ibn
‘Abbâs:
Cada cosa tiene una base, la base de este mundo es Meca,
porque pende de ella; la base de los Jardines es el Jardín
del Edén,
que es el ombligo de los Jardines
sobre el que se ha construido el Paraíso;
la base del Fuego
es el Ŷahannam
, que es el séptimo escalón hacia abajo sobre el que se han
construido los demás; la base de la Creación
es Âdam;
la de los Profetas
es Nûh
(Noé);
la de la Tribu
de Israel
es Ya‘qûb
(Jacob);
la base de los libros es el Corán;
la base del Corán
es Al-Fâtiha;
la base de Al-Fâtiha
es el Bismillâh
; y si te duele algo, con Al-Fâtiha
se cura”.
-
El undécimo: “Al.Wâfia”
(El completo). Dijo Sufiân
Ibn ‘Uyaina
que Al-Fâtiha
no se divide ni se presta a la abreviatura. Y aunque se puede hacer
con el resto de las Suras
recitando la mitad en un Rakâ‘a
y la otra mitad en el otro, con Al-Fâtiha
no se puede hacer.
-El
duodécimo: “Al-Kâfia”
(El suficiente). Dijo Yahiâ
ibn Abû Katîr:
“La Sura
Al-Fâtiha
basta por sí solo y puede prescindir de los demás, mientras que los
demás no pueden prescindir de Al-Fâtiha”.
El argumento de esta afirmación
está
en el relato de Muhammad
ibn Jal-lâd al-Iskandarânî
que dijo el Profeta
(SAWS):
“Umm
al-Corán
puede ocupar el lugar de otra Sura
pero no al contrario”.
SU
REVELACIÓN
La
Ummah
afirma por consenso que Al-Fâtiha
contiene siete Aleyas,
excepto Husain
al Ŷu‘fï
que dice que son seis, y ‘Amr
ibn ‘Abîd
que son ocho porque cuenta “Iyyâka
Na‘budu”
como una Aleya
. Sin embargo estos dos dichos son rebatidos por el Corán:
“Y,
realmente, te hemos concedido siete de las ejemplares
[alusión
a las siete Aleyas
de la Sura
Al-Fâtiha],
y el inmenso Corán”.
(Al-Hiŷr
15: 87)
Y
el Hadîz:
“He dividido el Salât
...”.
La
Ummah
también afirma por consenso que Al-Fâtiha
pertenece al Corán.
Y aunque se haya dicho: “Si fuese Corán,
‘Abdullâh
ibn Mas‘ûd
la habría incluido en su Mushaf
, como Al-Mu’awwidatân.
La respuesta,
sin embargo, está en el relato de Abû
Bakr al-Anbârî,
que fue preguntado ‘Abdullâh
ibn Mas‘ûd:
“¿Por qué no escribes Al-Fâtiha
en tu Mushaf?
Contestó: Porque si lo hiciera tendría que escribirlo con cada una
de las Suras”.
Dijo Abû
Bakr:
“Es decir, que en cada Rakâ‘a
la opción es la de comenzar con Al-Fâtiha
antes de cada Sura
recitada a continuación”. Y dijo: “He preferido resumir, no
incluyéndola, y he confiado en que los musulmanes la mantengan
presente y la preserven en el Salât”.
Hay
diferencias de opinión en cuanto a si es Mequinense
o Medinense.
Dijeron Ibn
‘Abbâs,
Qatâda
y otros que es Mequinense.
Mientras que Abû
Huraira,
Muŷâhid
y otros dijeron que es Medinense.
Se dijo: La mitad se reveló en Meca
y la otra mitad en Medina.
Según contó Abû
al-Lait as-Samarqandï,
la primera opinión es la más correcta, como lo prueba el dicho de
Allah
(SWT),
el Altísimo,
en el Corán:
“Y,
realmente, te hemos concedido siete de las ejemplares
[alusión
a las siete Aleyas
de la Sura
Al-Fâtiha],
y el inmenso Corán”.
(Al-Hiŷr
15: 87)
La
Sura
Al-Hiŷr
es Medinense
por consenso. Y la obligatoriedad del Salât
se hizo en Meca
sin que se conozca jamás en el Islam
que el Salât
se haya hecho sin Al-Fâtiha,
como lo prueba el Hadîz:
“No hay Salât
si no es con Al-Fâtiha
del Libro”.
El
Qâdî
Ibn
at-Tayyib
mencionó que hay diferencias de opinión entre la gente en cuanto a
lo primero que se reveló del Corán.
Se ha dicho: “La Sura
El Arropado,
o Sura
El Coágulo,
o Sura
Al-Fâtiha”.
Al-Baihaquî
menciona en el libro “Las
Pruebas de la Profecía”
una transmisión de Abû
Maisara ‘Amr ibn Surahbîl,
que el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
dijo a Jadîŷa:
“Cuando me aíslo solo oigo una llamada que ¡por Allah
(SWT)!
temo que sea una orden.” Dijo ella: Allah
(SWT)
te protegerá y no te hará nada, porque tú cumples con tu
responsabilidad, mantienes tus lazos familiares y hablas con la
verdad. Cuando entró Abû
Bakr
sin que estuviera allí el Profeta
(SAWS),
le dijo Jadîŷa:
¡Oh ‘Atîq!
Ve con Muhammad
(SAWS)
a ver a Waraqa
ibn Nawfal.
Al entrar el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
cogió Abû
Bakr
su mano y le dijo: Ven con nosotros a ver a Waraqa.
Le contestó: “¿Quién te lo ha dicho?” Dijo: Jadîŷa.
De manera que fueron a verle y le contó: “Cuando estoy a solas
oigo una llamada tras de mí que dice: ¡Muhammad
(SAWS),
Muhammad
(SAWS)!
Y salgo corriendo”. Le contestó Waraqa:
¡No lo hagas! Cuando otra vez oigas la voz, espérate a escuchar lo
que dice, después vienes y me informas. Cuando estuvo a solas, oyó
la llamada: ¡Muhammad
(SAWS)!
Di: Bismillâh
ar-Rahmân ar-Rahîm,
Alhamdulillâh
Rabbi
al-‘Âlamîn...,
hasta el final de Al-Fâtiha.
Di: Lâ
Ilâha Illâ Allah.
Acudió a Waraqa
y al mencionarle lo sucedido le dijo éste: ¡Alégrate y alégrate!
Realmente, doy testimonio de que tú eres el que ha anunciado ‘Îsâ
ibn Maryam;
que eres como el confidente Mûsâ
(Moisés);
Profeta
enviado; se te ordenará el Yihâd
después de este día. Y si lo alcanzo a ver yo lo haré contigo”.
Cuando murió Waraqa,
dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“He visto al sacerdote en el Jardín
con vestidos de seda porque tuvo confianza en mí y me creyó”. Es
decir, Waraqa.
Dijo
Ibn
‘Atiya:
Algunos Ulemas
pensaron que Ŷibrîl
(Gabriel),
sobre el la paz, no había descendido con la Sura
Al-Fâtiha,
por el relato de Muslim
en una transmisión de cuando oyó una voz por Ibn
‘Abbâs,
que dijo: Estaba sentado Ŷibrîl
(Gabriel)
con el Profeta
(SAWS)
encima de él. Y al levantar (Ŷibrîl
(Gabriel))
su cabeza dijo: Esta es una puerta del cielo que se ha abierto hoy y
que jamás se ha abierto hasta hoy. Y descendió de ella un Ángel,
y (Ŷibrîl
(Gabriel))
dijo: Este es un Ángel
que ha descendido hoy a la tierra y que jamás ha descendido hasta
hoy. Entonces le saludó y dijo: Alégrate por dos luces que te he
traído y que no se le han dado a ningún Profeta
anterior a ti: La Al-Fâtiha
del Libro
y el final de la Sura
La Vaca;
y siempre que las recites se te recompensará por cada letra.
Se
ha confirmado que una vez que se dice “Allâhu
Akbar”
para el comienzo del Salât,
se recita Al-Fâtiha
directamente y sin silencios. Sin embargo, se ha relatado que se dice
antes: “Subhânaka
Allâhumma Wa Bihamdika, Tabâraka Ismuka Wa Ta‘âla Yadduka Wa Lâ
Ilâha Gairuka”
(¡Gloria a Ti,
oh Allah
(SWT)
y con Tu
alabanza. Tu
nombre y exaltación está por encima de todo y no hay dios sino
Tú!).
Dijo
Ibn
al-Mundir:
Se confirmó que el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
cuando decía “Allâhu
Akbar”
en el Salât,
se callaba un momento antes de la recitación y decía: “¡Oh Allah
(SWT),
aléjame de mis faltas de la misma forma que has alejado el oriente
del occidente! ¡Oh Allah
(SWT),
límpiame de las faltas de la misma forma que se limpia la ropa
blanca de la suciedad! ¡Oh Allah
(SWT),
lávame de las faltas, con agua, nieve y frio!”. Abû
Huraira
usaba esta invocación.
Según
los Imames
As-Sâfi‘î,
Ahmed
y Mâlik:
La recitación de Al-Fâtiha
es obligatoria en cada Rakâ‘a
y para todos en general; a la luz del Hadîz
del Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“No hay Salât
(válido) para quien no recite en él la Sura
Al-Fâtiha”.
Y otro: “Quien rezara un Salât
sin recitar la Madre del Corán
(Al-Fâtiha)
sería incompleto”. Dijo Abû
Huraira:
Me mandó el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
decir: No hay Salât
si no es con la recitación de Al-Fâtiha
y lo que exceda. Y de la misma forma que una postración o una
inclinación en un Rakâ‘a
no eximen de hacerla en otra Rakâ‘a,
tampoco la recitación de Al-Fâtiha
en un Rakâ‘a
exime de hacerlo en otra.
De
Abû
Sa‘îd al-Judrî se
transmitió, que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“No hay Salât
(válido) para quien no recite en cada Rakâ‘a
Alhamdulillâh
(Al-Fâtiha)
y una Sura,
ya sea en la oración obligatoria o no”.
En
Sahîh
Muslim
se transmitió de Abû
Huraira,
que el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
dijo a uno a quien le enseñaba el Salât:
“Y haz eso en todo tu Salât”.
Y si no se recitara Al-Fâtiha
habría que volver y recitarlo como se vuelve para hacer una
inclinación o una postración que no se haya hecho; ya que la Rakâ‘a
sin la recitación de Al-Fâtiha
no sería válida según el Fiqh.
Y a favor de dicho argumento, es decir de que Al-Fâtiha
se recita en cada Rakâ‘a,
está el relato de Abû
Dâûd
de una transmisión de Nâfi‘a
ibn
Muhammad al-Ansârî
que dijo: “Se retrasó ‘Ubâda
ibn as-Sâmit
en el Salât
de Faŷr,
de manera que el Muecín
Abû
Na‘îm
dio el Iqâma
e hizo el Salât
de Imâm
con la gente. Llegamos ‘Ubâda
y yo y nos situamos en la fila tras Abû
Na‘îm
que recitaba en voz alta; y ‘Ubâda
recitó Al-Fâtiha.
Al terminar pregunté a ‘Ubâda:
¿He oído que recitabas Al-Fâtiha
mientras que Abû
Na‘îm recitaba
en voz alta? Contestó: ¡Así es! Rezó con nosotros el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
algunas
oraciones en las que se recita en voz alta y se le hizo confusa la
recitación. Al terminar se dirigió hacia nosotros diciendo:
“¿Vosotros recitáis cuando yo hago la recitación en voz alta?”
Contestaron algunos: Nosotros así lo hacemos. Dijo: “¿Quién me
disputa con el Corán?
No recitéis nada del Corán
mientras yo lo haga en voz alta, excepto Al-Fâtiha”.
Se
relató de Yâbir
ibn ‘Abdullâh,
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“El Imâm
es garante; de manera que lo que haga, hacedlo vosotros”. Y Allah
(SWT),
el Altísimo,
dice en el Corán:
“Y
mientras el Corán se esté recitando, escuchadlo con atención y
guardad silencio, tal vez obtengáis misericordia”.
(Al-A‘râf
7: 204)
Relató
Abû
Dâûd
que dijo Abû
Sa‘îd al-Judrî:
Se nos ha ordenado recitar Al-Fâtiha
del Libro
y lo que nos sea fácil además. Este Hadîz
es la prueba de que cuando el Profeta
(SAWS)
le dijo al Beduino:
“Recita lo que te sea fácil del Corán”,
se refería a lo que excediera de Al-Fâtiha.
Y ese es el Tafsîr
de cuando Allah
(SWT),
el Altísimo,
dice:
“Ciertamente,
tu Señor
sabe que te levantas
[por
la noche a rezar]
durante
algo menos de dos tercios o durante la mitad o un tercio, y también
una parte de los que están contigo. Allah
que mide la noche y el día, sabe que no podréis ser constantes en
ello y se ha vuelto a vosotros con indulgencia. Así pues, recitad
del Corán lo que os sea fácil. Él
sabe que entre vosotros hay enfermos, que algunos viajan por la
tierra buscando el favor de Allah
y que
otros
luchan por la causa de Allah.
De modo que recitad de él lo que os sea fácil, estableced el Salât,
entregad el Zakât y hacedle a Allah
un préstamo generoso. El bien que ofrezcáis para vosotros mismos,
lo encontraréis junto a Allah,
mejor y de una inmensa recompensa. Y pedid el perdón a Allah,
porque realmente Allah
es Perdonador
y Misericordioso”.
(El
Arrebujado 73:
20)
Dijo
Mâlik:
La Sunnah
de la recitación es que se haga Al-Fâtiha
y otro Sura
en los dos primeros Raka‘ât
y en los otros dos Al-Fâtiha
solamente. Así pues, la recitación de Al-Fâtiha
es obligatoria en cada Rakâ‘a
conforme a la Escuela
Mâlikî.
Y eso es lo correcto en esa cuestión.
Relató
Muslim,
de Abû
Qatâda,
que dijo: El Mensajero
de
Allah
(SAWS)
solía rezar con nosotros y recitaba en el Salât
del mediodía y el de la tarde en los dos primeros Raka‘ât
el Al-Fâtiha
y dos Suras,
dejándose oír a veces. Alargaba el primer Rakâ‘a
mientras que acortaba el segundo, así como en el Salât
de Faŷr.
Y en otro relato: Y recitaba Al-Fâtiha
en los dos últimos Raka‘ât.
En
la recitación del Salât,
todo lo que sea añadir más a la recitación de Al-Fâtiha
no es obligatorio, según el relato de Muslim
en una transmisión de Abû
Huraira
que dijo: “En cada Salât
hay recitación; lo que nos dejó oír el Profeta
(SAWS)
os lo hemos dejado oír a vosotros, y lo que nos ocultó lo hemos
ocultado a vosotros. Así pues, quien recitara la Madre del Corán
estaría en lo correcto y quien se excediera recitando más, aunque
fuesen una o dos Aleyas
, sería mejor.
Quien
no hubiese aprendido Al-Fâtiha
ni nada del Corán,
por incapacidad o por alguna otra excusa, debería recordar a Allah
(SWT)
en el lugar y momento de la recitación con lo que le fuera posible,
como decir: Allâhu
Akbar;
Lâ
Ilâha Illâ Allah;
Alhamdulillâh;
Subhâna
Allah;
Lâ
Hawla Wa Lâ Quwwata Illâ Billâh,
cuando rece solo o con el Imâm
cuando
recita en voz baja, según un relato de Abû
Dâûd
y otros de ‘Abdullâh
ibn Abû ‘Aufâ
que dijo: “Acudió un hombre al Profeta
(SAWS)
y
le preguntó: Realmente, no puedo tomar nada del Corán
y memorizarlo. Enséñame algo que pueda decir en su lugar; dijo:
“Di: Subhâna
Allah
Walhamdu
Lillâh Wa Lâ
Ilâha Illâ Allah
Wa
Allâhu Akbar Wa Lâ Hawla Wa Lâ Quwwata Illâ Billâh”.
Dijo el hombre: ¡Mensajero
de
Allah
(SAWS)!
Eso es para Allah
(SWT).
¿Y para mí qué? Dijo: “Di: Allâhumma
Arhamnî Wa ‘Âfinî Wa Ahdinî Wa Arzuqnî”.
(¡Oh Allah
(SWT),
Ten misericordia de mí, dame la salud, la guía y la provisión!) Si
aún así se viera incapacitado para pronunciar estas expresiones, se
debería esforzar en hacer su Salât
con el Imâm,
ya que éste cargaría con lo que le correspondiera decir y recitar
en el Salât.
Sin que ello signifique que abandone su esfuerzo por aprender a
recitar Al-Fâtiha
y otras Suras
en la medida de su capacidad, sin cesar en su empeño hasta su muerte
de forma que Allah
(SWT)
lo haya excusado.
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