miércoles, 5 de diciembre de 2018

EL BUEN TRATO A LOS ANIMALES



Allah (SWT), creador de los seres humanos y de los animales, ha dispuesto a los animales para servirnos. Dependemos de ellos para comer y beber su leche. Traemos animales a nuestros hogares por amor y compañerismo. Sobrevivimos enfermedades críticas y vivimos más tiempo gracias a investigaciones biomédicas en animales. Visitamos los zoológicos y acuarios para la apreciación de la espectacular diversidad de la vida en la tierra. Nos beneficiamos de los perros entrenados que detectan drogas, guían a los ciegos y asisten a los incapacitados. Allah (SWT) dice en el Corán:
Y los animales de rebaño los ha creado para vosotros: en ellos tenéis con qué calentaros, beneficios y os alimentáis de ellos. Es hermoso para vosotros cuando los recogéis al atardecer y cuando los lleváis a pastar por la mañana. Y transportan vuestros fardos hasta tierras a las que no podríais llegar sino tras grandes esfuerzos. Ciertamente, vuestro Señor es Benévolo, Compasivo. Y los caballos, mulos y asnos, para que cabalguéis en ellos y para luciros. Y [Allah (SWT)] crea lo que no conocéis”. (La Abeja 16: 5-8)

La misericordia del Islam se extiende no sólo a los seres humanos sino que alcanza a todas las criaturas vivientes. El Islam prohíbe la crueldad con los animales. Hace mil cuatrocientos años, mucho antes que el moderno movimiento por los derechos de los animales comenzara, el Islam solicitó bondad hacia los animales y ¡la crueldad con ellos fue estipulada como una razón suficiente para que una persona mereciese el Infierno!

En una ocasión, el Profeta (SAWS) habló del perdón de Allah (SWT) debido al tratado de los humanos para con los animales. Les contó a sus compañeros la historia de un hombre que tuvo sed en su camino. Encontró un pozo, saltó dentro de él, y sació su sed. Cuando salió vio un perro jadeando, lamiendo el barro debido a su extremada sed. Este hombre pensó: “El perro está tan sediento como yo” y el hombre volvió a bajar al pozo y llevó agua al perro. Allah (SWT) apreció su buen acto y lo perdonó. Los compañeros preguntaron: “Oh Profeta de Allah (SAWS), ¿somos recompensados por el buen trato que le damos a los animales? Él dijo: “Si, hay una recompensa por (hacer el bien) a cualquier ser viviente”. (Sahîh Al-Bujârî)

En otra ocasión, el Profeta Muhammad (SAWS), describió el castigo que mereció una mujer que fue enviada al Infierno por maltratar a su gato, a quien mantuvo encerrado, no lo alimentó ni lo dejó libre para que se alimentara él mismo. (Sahîh Al-Bujârî)

En otra instancia dijo: “Si un ser humano mata a un pájaro u otro animal sin derecho, Allah (SWT) lo cuestionará en el Día del Juicio”. Le preguntaron: “¿Cuál es ese derecho, Oh Mensajero de Allah (SAWS)?” Él respondió: “Que lo mate para alimentarse, y no que corte su cabeza y luego tire al animal”. (An-Nasai)

El Islam establece normas para el degüello de los animales para alimento. El Islam insiste en que la manera debe ser lo menos dolorosa posible para el animal. El Islam requiere que los instrumentos no sean afilados frente al animal, también prohíbe matar un animal frente a otro. Nunca, antes del Islam, el mundo ha presenciado tal preocupación por los animales.

El buen trato a los animales establecido por el Islam puede resumirse con los siguientes puntos:
1.- El Islam requiere que a las mascotas o animales de granja se les provea el alimento apropiado, agua y lugar adecuado para vivir. En una ocasión el Profeta (SAWS) vio un camello consumido por el hambre, y dijo: “Ten temor de Allah (SWT) con respecto a estos animales que no pueden pedir. Si los utilizas, trátalos adecuadamente (alimentándolos), y si los comes, trátalos adecuadamente (engordándolos y haciendo que estén saludables)” (Abu Dawud)

2.- Un animal no debe ser torturado. En una ocasión el Profeta (SAWS) vio a un animal con una marca en su cara. Él dijo: “¿No te has enterado que he maldecido al que marca a los animales en sus caras o les pega?” (Abu Dawud, Sahîh Muslim)
El Profeta (SAWS) aconsejó a su esposa que tratara bondadosamente a un camello indisciplinado en el que iba. (Sahîh Muslim)
El Profeta (SAWS) prohibió hacer que los animales se peleen entre ellos por puro entretenimiento. (Abu Dawud, At-Tirmidî)

3.- El Islam prohíbe utilizar animales o pájaros como blanco para practicar tiro. Cuando Ibn ‘Umar, uno de los compañeros del Profeta Muhammad (SAWS) vio unas personas practicando tiro con arco y flecha con una gallina como blanco, dijo: “El Profeta (SAWS) ha maldecido a cualquiera que haga de algo viviente blanco (para su práctica)”. El Profeta Muhammad (SAWS) también dijo: “Quien mate a un pájaro u otro animal sin su debido derecho, Allah (SWT) preguntará por él”. Se dijo: “¿Oh Mensajero de Allah (SAWS)! ¿Cuál es el debido derecho?”. Él respondió: “¡Matar para comer… y no sacar su cabeza, y tirarla!” ”. (Targhib)
Tirar a palomas vivas fue en algún momento un evento olímpico y hoy en día aun está permitido el tiro a palomas en muchos lugares.

4.- Separar pájaros recién nacidos de sus madres no esta permitido en el Islam.

5.- Esta prohibido mutilar cualquier animal cortándole las orejas, uñas u otras partes del cuerpo.

6.- Un animal enfermo bajo nuestro cuidado debe ser tratado adecuadamente.

A través de estas reglas y normas legisladas con respecto a los animales, el musulmán comprende que las criaturas no deben ser utilizadas ni abusadas por nuestro deseo, sino que, como los seres humanos, tienen derechos que deben ser respetados para asegurar la justicia y merced del Islam para todos los habitantes de la tierra.

El gato en el Islam

El Profeta Muhammad (SAWS) amaba a todos los animales de la creación, pero como un buen árabe apreciaba particularmente a los camellos y a los caballos. Sin embargo, el Profeta (SAWS) tenía un animal preferido entre todos: el gato. Tuvo varios de ellos y los amaba entrañablemente, muy especialmente a su gata “Muezza”. En cierta ocasión la gatita se había quedado dormida sobre la manga de la túnica del Profeta (SAWS) y como éste tenía que acudir a la oración, prefirió cortar sus vestiduras antes que perturbar el sueño de su favorita. Muhammad (SAWS), el fundador del Islam, un bendecido por Allah (SWT) mismo, el líder de los primeros musulmanes, no tuvo corazón para molestar a su mimada mascota y perturbar su plácido sueño. Cuando regresó de la Mezquita, Muhammad (SAWS) recibió una reverencia de Muezza en gratitud. Entonces acarició tres veces a su gata predilecta.

Se dice que era muy frecuente que el Mensajero de Allah (SAWS) predicara tranquilamente ante sus seguidores, manteniendo a “Muezza” o a algún otro gato entre sus brazos. También se ha dicho que gracias a que Muhammad (SAWS) acariciaba a los gatos pasando su mano a lo largo de su espalda, les dio la capacidad de caer siempre de pie, pues con cada amorosa caricia, los mininos recibían la bendición del Profeta (SAWS).

Muhammad (SAWS) amaba tanto a los gatos que dijo que eran animales “puros” y que por lo tanto podían entrar en el Paraíso. A pesar de sus muchas obligaciones, siempre encontraba un momento para brindarles su amor y sus caricias. A lo largo de los siglos, muchos árabes y muchos musulmanes han seguido su ejemplo y hasta el día de hoy, los gatos son muy considerados en el mundo islámico, siendo siempre bienvenidos en todos los hogares y en todas las Mezquitas.

Al-Bujârî, que recopilo la mayoría de los Ahadîz de Muhammad (SAWS), era un hombre amante de los gatos y se sabe que vivía rodeado de ellos, por lo tanto es probable que haya puesto énfasis en los Ahadîz relacionados con el felino.

El perro en el Islam

En la época prei-slámica, los árabes usaban en general a los perros. Esto continuó así en los primeros años del Islam, en los cuales los musulmanes tenían perros porque estaban acostumbrados a tenerlos. Lo siguieron haciendo después de la Hégira a Medina, hasta que el Profeta Muhammad (SAWS) se lo prohibió. La razón de dicha prohibición se especifica en el Sahîh Muslim, con la autoridad de Umm Maymuna, que cuenta que el Profeta (SAWS) se despertó una mañana cuando estaba con ella y le dijo: “Ŷibrîl (Gabriel) prometió que iba a venir a verme hoy y no lo hizo. ¡Por Allah (SWT)! Nunca ha faltado a su palabra”. El Profeta (SAWS) pasó el resto del día esperando. Teníamos un muñeco que mandó retirar. Tomó agua, y roció el lugar donde había estado el muñeco. Esa noche, Ŷibrîl (Gabriel) fue a verlo. El Profeta (SAWS) le dijo que le prometió ir a verlo ayer. Y Ŷibrîl (Gabriel) le contestó que los Ángeles no entran en las casas donde hay perros o imágenes. Por la mañana Sidnâ Muhammad ordenó matar a todos los perros inmediatamente. Ordenó matar a los perros de los huertos pequeños y abandonar a los de huertos grandes.

Abu Dawûd menciona que el perro que había en casa del Profeta (SAWS), así como el muñeco, pertenecían a Al-Hassan o Al-Hussein.

La orden de seguir matando a los perros fue abrogada, como se narra en otro Hadîz recogido por el Imâm Muslim. Permitió conservar los perros que se utilizan para cazar o para guardar los rebaños, y que si un perro lamía un recipiente, este tenía que ser limpiado siete veces.

Y el Imâm Muslim narró, con la autoridad de Ŷâbir ibn ‘Abdullâh: “El Mensajero de Allah (SAWS) ordenó matar a los perros. Incluso aunque apareciera una mujer del desierto con un perro, había que matarlo. Más tarde prohibió seguir matando a los perros, y dijo: “Tener cuidado con un perro completamente negro, porque es el Shaytán” ”.

En resumen, la orden de matar a los perros fue general, el permiso para quedarse con ellos fue para algunos, y se ordenó qué hacer con los recipientes ensuciados por perros.

Es permisible (Mubah) tener perros para cazar, pastorear y guardar los campos. Su evidencia para esta autorización viene de los Ahadîz recogidos por los Imames Al-Bujârî y Muslim con la autoridad de ‘Abû ‘Abdullâh ibn ‘Umar: “Oí como el Profeta (SAWS) dijo: Quienquiera que tenga un perro excepto para la agricultura y el pastoreo, el peso de sus buenas acciones disminuirá en quintales”.

Y el Imâm Muslim transmitió que:Abû Huraira dijo que tuvo un perro mientras tuvo un huerto”.

Estos Ahadîz son universales, y se refieren a todos los perros excepto para los usos mencionados, porque utilizan unas palabras que denotan universalidad. Aligerar o disminuir el peso de las buenas obras sugiere prohibición, y prohibir es convertir algo en Harâm (Prohibido).

En consecuencia, algunos sabios entienden que este aligerar no supone una prohibición total, referida a todos los usos de los perros, porque se habla de disminuir la recompensa y no se prohíbe totalmente. Por esta razón dicen que se pueden tener perros para la agricultura, el pastoreo y la caza, y la prohibición de tenerlos no es absoluta.

El perro es mencionado en tan solo tres ocasiones en el Corán y en ninguna de ellas de forma negativa, es más, en dos de esas ocasiones se alaba como compañero.
En la Sura La Mesa Servida, Allah (SWT) dice:
Te preguntan qué es lícito para ellos. Di: Se os ha permitido todo lo beneficioso; y [podéis comer] lo que hayan atrapado para vosotros los animales de presa que habéis adiestrado para la caza, tal como Allah os ha enseñado. Comer, pues, de lo que ellos capturen para vosotros. Y mencionar el nombre de Allah sobre ello [al soltarlos para que cacen], y temer a Allah; Allah es rápido en ajustar cuentas”. (La Mesa Servida, 5: 4).

En la Sura Al-A‘râf, Allah (SWT) dice:
Si hubiéramos querido, habríamos hecho que estos le sirvieran para elevarle en rango, pero él se inclinó hacia lo terrenal y siguió su deseo. Es como el perro, que si lo ahuyentas jadea y si lo dejas también; así ocurre con los que niegan la verdad de Nuestros signos. ¡Cuéntales la historia, tal vez reflexionen!”. (Al-A‘râf, 7: 176)

En esta Aleya acusa a quién ha sido guiado a la verdad pero elige seguir sus pasiones. Asemeja este tipo de gente a una persona que solo ahuya y jadea. Esta Aleya hace alusión a los constantes jadeos de los perros, independientemente de su actividad.

Por último, aparece en la historia de los jóvenes temerosos de su Señor que fueron guardados por su perro en el principio de la Sura La Caverna. Un grupo de hombres santos jóvenes que se presentan en el Corán como ejemplos de la religión, dormir con “su perro permanecía con las patas extendidas junto a la entrada”. Más adelante, en la Aleya 22, el perro siempre se cuenta como uno de los suyos, no importa la forma en que están numerados. “Dirán: Eran tres y con el perro cuatro. Y dirán: Cinco y el sexto el perro, haciendo conjeturas sobre lo desconocido. Y dirán: Siete y su perro el octavo. Di: Mi Señor sabe mejor su número que sólo unos pocos conocen y no discutas acerca de ellos si no es con un argumento claro ni consultes a nadie sobre ellos

De estos pasajes deducimos que la animadversión a los perros no procede del Sagrado Corán, pero entonces, ¿de dónde viene? La animadversión a los perros proviene de los Ahadîz.

Los siguientes dos Ahadîz podrían ser los culpables de la animadversión de los árabes por los perros.
El primer Hadîz recoge: “‘Â’isha: Las cosas que anulan la oración se mencionaron antes que yo (y los eran): un perro, un burro y una mujer”. Aquí se expone la primera connotación negativa hacia los perros, siendo culpables de distraer la oración.

El segundo Hadîz es más preciso y va contra un tipo de perro, los perros negros: “Y el perro negro ha de ser matado, de acuerdo a un Hadîz auténtico”. Solo los perros negros han de ser sacrificados ya que son considerados una bestia viciosa o incluso un Demonio.

Un Hadîz es un dicho o conversación que representa los dichos y las acciones del Profeta Muhammad (SAWS), relatadas por sus compañeros y recogidas por aquellos sabios que les sucedieron. Los Ahadîz están inmediatamente por debajo del Corán y dictan costumbres, maneras de comportarse y de conducta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario