sábado, 6 de octubre de 2018

SURA 100 SURA “LOS QUE GALOPAN” AL-‘ADIYÂT




A‘udu Billâhi Min As-Saitâni Rayîm

Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm

1.- ¡Por los que galopan resoplando, 2.- y hacen saltar chispas!

Es decir, los caballos dispuestos para la causa de Allah (SWT) que resoplan jadeantes. Al-Farrâ: “El resoplido es el sonido producido por la respiración de los caballos cuando han corrido velozmente”. Ibn ‘Abbâs: “Los animales que resoplan jadeantes son el caballo, el perro y el zorro”. Se ha dicho: “A los caballos se les ponía el bocado para que no relincharan y no fuesen descubiertos por el enemigo; y en esa situación respiraban con violencia”. Dijo Ibn al-‘Arabî: “Allah (SWT), el Altísimo, ha jurado por Muhammad (SAWS) cuando dijo:
Yân, Sîn. ¡Por el Corán sabio!”. (Yân Sîn 36: 1-2)

Y juró por su vida, cuando dijo:
¡Por tu vida! que estaban perdidos en su ceguera”. (Al-Hiyr 15: 72)

Y ha jurado por sus caballos, su relinchar y su polvareda; y las chispas que saltan cuando las pezuñas de los caballos entran en contacto con las rocas; cuando dijo: “¡Por los que galopan resoplando, y hacen saltar chispas!”.

Se relató del Mensajero de Allah (SAWS) que envió una expedición de gente hacia la Tribu de los Banû Kinâna, y las noticias de ellos se hicieron esperar, habiendo designado a Al-Mundir ibn ‘Amrin al-Ansârî como jefe de ellos, siendo uno de los notables. Los Hipócritas dijeron entonces que habían sido asesinados. Entonces descendió esta Sura como anuncio al Profeta (SAWS) de que estaban sanos, y como buena noticia de que se había producido la incursión sobre el pueblo al que habían sido enviados.

De entre los que dijeron que “los que galopan” se refiere a los caballos, están Ibn ‘Abbâs, Anas, Al-Hasan y Muŷâhid. Y concretamente, aquí se refiere a los caballos con los que llevaron a cabo sus expediciones los creyentes musulmanes. Se dijo en un Hadîz: “Quien no conozca la inviolabilidad del caballo del expedicionario, tendrá una parte de la Hipocresía”.

Un segundo dicho en la interpretación de “los que galopan” es el que se refiere a los camellos. Entre ellos está ‘Alî diciendo que se refiere a los camellos en su marcha hacia el Haŷŷ. Sin embargo, Ibn ‘Abbâs insiste en que se refiere a los caballos: “¿Es que no ves cuando dice?: “Levantando una polvareda”. ¿Y no levantan polvareda sino es por las pisadas de sus cascos? ¿Y acaso relinchan los camellos? Dijo ‘Alî: No es como dices. El día de la Batalla de Badr vi que no teníamos más que dos caballos, el del Miqdâd y el del Ibn Abû Martad; y a continuación le dijo ‘Alî: ¿Acaso emites veredictos a la gente en lo que no sabes? ¡Por Allah (SWT), que en la primera expedición del Islam no teníamos más que dos caballos: el caballo del Miqdâd y el de Zubair; ¿cómo van a poder resoplar los que galopan? Sino más bien los que galopan son los camellos desde ‘Ârafah a Muzdalifa y desde Muzdalifa a ‘Ârafah! Dijo Ibn ‘Abbâs: Y me remití a lo dicho por ‘Alî”. En este mismo sentido se expresaron Ibn Mas‘ûd, ‘Ubaid ibn ‘Âmir, Muhammad ibn Ka‘b y As-Sudî.

Y para quienes se refiere a los camellos en su galopar, sus resoplidos son debidos al alargamiento de la zancada y al estiramiento de sus cuellos en la marcha.

Abû Sâleh: “El jadear es propio de los caballos y el resoplido es de los camellos”. Dijo ‘Atâ: “No hay animales que jadeen aparte del caballo, el zorro y el perro”.

Y hacen saltar chispas”. Dijeron ‘Ikrima, ‘Atâ y Ad-Dahhâk que son los caballos los que hacen saltar chispas de fuego con el roce de sus cascos; y añade Ibn ‘Abbâs que sus pezuñas levantan polvareda.

Se relató de Ibn Abû Nayîh y de Muŷâhid que: “¡Por los que galopan resoplando, y hacen saltar chispas!”: Se produce durante el combate por la causa de Allah (SWT) y en el Haŷŷ. Ibn Mas‘ûd: “Son los camellos que al pisar las piedras hacen saltar chispas de fuego”.

3.- ¡Por los que salen de algarada al alba!

Según Ibn ‘Abbâs y la mayoría de los Exégetas: “Se refiere a los caballos cuando salen de incursión contra el enemigo por la mañana temprano, en el momento de más descuido”. Así dijo el Altísimo:
Cuando descargue sobre ellos, mal despertar tendrán los que ya habían sido advertidos”. (Los que se ponen en filas 37: 177)

Se ha dicho: “Por el propio orgullo, las algaradas se producen a la luz de la mañana”. Dijeron Ibn Mas‘ûd y ‘Alî, Allah (SWT) esté complacido de los dos: “Son los camellos cuando avanzan con sus monturas el Día del Sacrificio desde Minâ al lugar de concentración. Y la Sunnah es no acometerla hasta el amanecer”. Y la algarada es la incursión rápida y veloz.

4.- Levantando una polvareda, 5.- adentrándose en medio de la tropa.

Levantando una polvareda”. Es decir, los caballos levantan una densa polvareda por la violencia con que se produce la algarada hacia su lugar de concentración.

Adentrándose en medio de la tropa”. Es decir, en medio de las tropas enemigas. Dijo Ibn Mas’ûd: “Adentrándose en medio de la concentración de Muzdalifa”.

6.- Ciertamente, el hombre es ingrato con su Señor.

Esta es la respuesta al juramento. Es decir, el hombre niega pertinazmente las gracias y dones que recibe de su Señor. Así mismo dijo Al-Hasan: “Recuerda las desgracias y olvida las gracias y favores”.

Relató Umâma Al Bahilî que dijo el Mensajero de Allah (SAWS): “Al-Kanûd (el ingrato) es aquel que come solo, sin dar a los demás, y golpea a su esclavo”. ¿Queréis que os informe de quién es el más malicioso de todos vosotros? Contestaron: Claro que sí, Mensajero de Allah (SAWS). Dijo: Aquel que llega solo, niega el favor a los demás y azota a su esclavo”. Es decir, que el ingrato es el avaro y tacaño. Es el que niega hasta lo más insignificante y sin embargo, no agradece la abundancia concedida.

Dijo Ibn ‘Abbâs: “En esta Aleya, el ingrato se refiere al Infiel incrédulo (Kâfir)”. De ahí se dice que la tierra es ingrata y estéril cuando en ella no crece nada. Dijo Ad-Dahhâk que la Aleya se reveló a propósito de Al-Walîd ibn al-Muguîra.

Dijo Abû Bakr al-Wâsitî: “El ingrato es el que gasta los favores de Allah (SWT) en la desobediencia a Allah (SWT)”. Dijo Abû Bakr al-Warrâq: “La ingratitud es la de aquel que ve que el favor procede de él mismo y no de sus bienhechores”. Dijo At-Tirmidî: “El ingrato es el que ve el favor pero no a su autor”.

7.- Ciertamente, Él es testigo de ello.

Es decir, verdaderamente, Allah (SWT), Poderoso y Majestuoso, es testigo de los hechos del hijo de Âdam. Dijeron Al-Hasan, Qatâda y Muhammad ibn Ka‘b: “Realmente, el hombre es testigo de lo que él mismo hace”.

8.- Y es tenaz en su amor por los bienes.

Es decir, el hombre, sin discusión alguna, ama la riqueza y el dinero. En este sentido, dice Allah (SWT), el Altísimo:
Se os ha prescrito que cuando a alguno de vosotros se le presente la muerte dejando bienes, el testamento sea a favor de los padres y de los parientes más próximos según lo reconocido. Es un deber para los que tienen temor [De Allah (SWT)].[Esta Aleya está abrogada en su contenido legal por las disposiciones sobre la herencia que aparecen en la Sura Las Mujeres, de manera que el testamento queda como algo recomendable en beneficio de aquellos parientes o personas que no entran en la herencia]”. (La Vaca 2: 180)

El hombre siente un amor desmesurado por el dinero, llegando incluso a la avaricia. Como dice Allah (SWT), el Altísimo:
El Shaytán os infunde temor con la miseria y os manda [Al-Fahsâ] la avaricia, pero Allah os promete perdón de Su parte y favor. Y Allah es Espléndido, Conocedor”. (La Vaca 2: 268)

Es decir, la tacañería. Dijo Ibn Zaid: “Allah (SWT) llama a la riqueza un bien; y tal vez sea mal y bien. Sin embargo, la gente lo considera un bien, y por ello Allah (SWT) lo llamó un bien. Al Yihâd lo llamó mal diciendo:
Y regresaron [De Badr] con una gracia de Allah y favor, ningún mal les había tocado. Siguieron lo que complace a Allah y Allah es Dueño de un favor inmenso”. (La Familia de ‘Imrân 3: 174)

Dijo Al-Farrâ: “El orden en la Aleya antepone el desmesurado amor que siente el hombre por los bienes”.

9.- ¿Acaso no sabe que cuando se descubra lo que hay en las tumbas, 10.- y aparezca lo que encerraban los pechos, 11.- que, ciertamente, ese día su Señor estará perfectamente informado de ellos?

Es decir, cuando las tumbas sean revueltas y puestas boca abajo y derramen todo cuanto hay depositado en ellas en el Día de la Resurrección. Y se distinga de forma manifiesta lo que encierran los corazones tanto de bien como de mal. Verdaderamente, ese Día su Señor será conocedor de todo y no se le escapará nada, y retribuirá a cada uno por lo que hizo, tanto de bien como de mal.

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