sábado, 28 de julio de 2018

EL INFIERNO



El Libro de la Escala se inicia con la venida de Ŷibrîl (Gabriel) al mundo para recoger a Muhammad (SAWS); juntos volarán hasta el cielo, pasando antes por el Templo de Jerusalén, con ayuda de una bestia llamada Alborac, peculiar monstruo mezcla de asno, hombre y pájaro.

El Profeta (SAWS) efectuará en primer lugar una visita al cielo y Paraíso, para posteriormente descender al Infierno, pero antes de penetrar en el cielo se producirá un primer encuentro con el Infierno. En él, Muhammad (SAWS) y Ŷibrîl (Gabriel) se encuentran con el Ángel Tesorero del Infierno, quien dice a Muhammad (SAWS): “quiénes de tu pueblo vayan al Infierno tendrán menos castigos que los demás”.

El Profeta (SAWS), ávido de conocimientos a lo largo de todo el fantástico viaje, efectúa diversas preguntas al tesorero, entre ellas destaca esta: “¿cómo fue creado el Infierno, cómo fueron creados los Ángeles que allí moran y qué clase de vida llevan?”.
La respuesta del Ángel informa a Muhammad (SAWS) sobre su creación y los peculiares Ángeles que allí habitan: “El Infierno fue creado al principio, Allah (SWT) hizo prender fuego sobre él durante setenta mil años, hasta que estuviera al rojo vivo. A continuación, sobre este fuego prendió otro durante el mismo tiempo, hasta que todo se hizo blanco y sobre este otro, hasta que todo quedo completamente y más tenebroso que ninguna cosa. Es un fuego que siempre permanece ardiendo intensamente en sí mismo y no provoca llama alguna. Sobre los Ángeles del Infierno,.... Allah (SWT) los creó del fuego, se alimentan del fuego y si salieran simplemente del fuego, morirían al instante, ya que no pueden vivir sin el fuego. Allah (SWT) los creó sordos y mudos e infundió en su corazón tal insensibilidad y tanta crueldad que nadie podría expresarlo.; no saben hacer otra cosa que torturar y atormentar con crueldad a los pecadores. Son insensibles con la humildad de los pecadores y los atormentan golpeándolos con enormes mazos de hierro (Corán: En verdad hemos enviado al infierno a nuestros ángeles fuertes insensibles y crueles para que cumplan y respeten nuestras órdenes y nos obedezcan en todo lo que les hemos mandado).”

Tras la visita de Muhammad (SAWS) al cielo y al Paraíso, Ŷibrîl (Gabriel) le informa de cual será la siguiente etapa en la visita: el Infierno. Allah (SWT) se lo quiere mostrar con sus penas y los tormentos de los infieles.

Tal como lo veas, así lo dirás y lo enseñarás a tu pueblo para que sepan quiénes van a ir y quiénes no van a ir a las penas del infierno; asimismo, también quiere que comuniques a tu pueblo que hagan lo que tú les ordenes que deben hacer”, dice Ŷibrîl (Gabriel) a Muhammad (SAWS). El fuego eterno es, sin duda, una amenaza convincente y motivo de obediencia Tras esta explicación penetrarán en el Infierno.

El Infierno está situado debajo de la tierra donde habitan los hombres y en él hay una tierra y un mar de fuego. Está formado por siete tierras, como iremos viendo el número siete también es mágico en la escatología islámica. Debajo de las tierras hay una piedra, sujetada por un Ángel, sostenido en un pez, debajo sólo existen tinieblas y viento huracanado. Con una cantidad infinitesimal de este viento destruyo Allah (SWT) a varios pueblos de la antigüedad y arrasará el mundo antes del Juicio, también servirá de tormento en el Infierno: arrancará la piel a los pecadores y los abrasará. Esta es en resumen la localización geográfica del averno musulmán.

La primera tierra es toda ella de fuego.

La segunda tierra está habitada por escorpiones como mulos, con infinidad de colas, en cada cola infinidad de anillos y en cada anillo infinidad de cuernos con infinidad de vasos llenos de un veneno
tan fuerte que si se colocará uno sólo de estos vasos en medio del mundo todo quedaría aniquilado. Su misión es desollar a los pecadores e inyectarles el veneno, cuyo poder les separa la carne de los huesos y de los nervios y los destruye por completo, tras esto Allah (SWT) los vuelve a recomponer para que vuelvan a sufrir más. Es una constante la reconstrucción de los cuerpos en el Infierno, que impide la muerte y obliga al réprobo a sufrir el castigo eternamente.

La tercera tierra: habitada por las tatas; bestias enormes mezcla de tierra y fuego que poseen un veneno tan fuerte que hace derretirse a los pecadores.

La cuarta tierra: Habitada por serpientes de enormes bocas con 18.000 dientes como palmeras, con 70.000 vasos cada uno y cada vaso terrorífico, suficiente para destruir el mundo con el poder de su veneno.
De buena gana querrían morir mil veces y más en un día, si no fuera porque Allah (SWT) no permite que esto suceda, para que los pecadores sufran más y más tormentos”.

La quinta tierra: llena de piedras sulfurosas gigantescas:
Hemos preparado en el infierno unas piedras para quemar y atormentar a los pecadores” (Corán).

Estas piedras, a pesar de ser grandes como montañas, son atadas al cuello del pecador y posteriormente encendidas de manera que arden quemando totalmente al pecador.
Los rostros de los pecadores quedarán enteramente cubiertos por el fuego” “¿Quiénes son los que no tendrán miedo cuando el Señor les provoque unos castigos en el infierno sobre sus rostros, después del día del juicio?”, “En el infierno nosotros añadimos un castigo sobre otro castigo a los pecadores, para que ellos se atormenten más y más cruelmente”. (Corán)

La sexta tierra: en ella se encuentran los libros con los pecados de los pecadores
Guárdate, pecador, pues en el Zahikika está el libro de tus merecimientos”. (Corán)

En esta tierra hay mares de aguas amarguísimas y muy calientes, tan terribles que una piedra grande y durísima se fundiría si fuera arrojada en ellas. Los pecadores se bañan y beben de esta agua.

La séptima tierra: Vivienda del Diablo, sus ejércitos y sus gentes. El Diablo está encadenado y rodeado de tinieblas, detrás de las tinieblas hay un castillo de fuego, sede del Diablo, rodeado de fosos llenos de terribles venenos.
Cerca del Infierno está situado un pozo lleno de fuego: “cuando Allah (SWT) quiera separar este mundo del otro, mandará abrir un pozo, todo él lleno de fuego y cerca del Infierno..... Es un fuego tan ardiente y tan fuerte que quemará el fuego del Infierno,......”.

Las Puertas del Infierno: Son siete, todas muy ardientes, delante de cada puerta hay infinidad de Diablos y hombres, que son atormentados en el Infierno y que van cada día a las puertas para contemplar los bienes del Paraíso, para que así se les dupliquen sus penas. Tras cada puerta hay setenta mil montañas, con setenta mil fuentes cada una, que hacen brotar setenta mil ríos, todo ello de fuego. Sobre cada río setenta mil castillos de otras tantas salas, donde hay la misma cantidad de horribles mujeres de fuego, que los abrazan y les infunden un terrible pavor. También existen multitud de árboles con frutos repugnantes con venenos terribles.

Siguiendo el texto encontramos el reparto de las penas del Infierno:
- La primera puerta y, por consiguiente, la primera tierra corresponderían a los que creen en imágenes e ídolos.
- La segunda a los que reniegan de la Ley de Allah (SWT).
- La tercera a los que amasan riquezas de malos modo.
- La cuarta a los jugadores y blasfemos.
- La quinta a los que no oran ni dan limosna.
- La sexta a los que no creen en Profetas:
Vosotros, que no creéis ni en mis profetas ni en mis mensajeros, mirad: el fuego de Halgahym será para vosotros y permanecerá para vuestra suerte”. (Corán)

- La séptima para los que engañan en fraudes y medidas.
- El resto, dividido en siete partes, para los que asocian a Allah (SWT) con otros dioses (cristianos) y para los que no siguen la voluntad de Allah (SWT).

En el Infierno existen cuatro pilares inmensos y existirá una bestia terrorífica encadenada a ellos, que acudirá a Allah (SWT) el Día del Juicio, para regresar al Infierno tras este.

El Puente de Azirat, que hay que atravesar para llegar al Paraíso está dividido en siete, en cada una de estas partes se pregunta a los fieles si han cumplido los preceptos del Islam : fe, oraciones, conocimiento del Corán, ayunos, peregrinación, abluciones, honra a su padre y a su madre. Los que
no hayan cumplido esto irán cayendo al Infierno.

También se habla de terribles escorpiones, dragones y serpientes.
Cuando las pieles de los pecadores estén quemadas les daremos nuevas pieles para que sufran más castigos”. (Corán)

Otros castigos: amputación de los labios con tenazas de fuego incandescentes, para los que siembran habladurías; a los mentirosos se les arranca la lengua; Adúlteros: colgados por ganchos de fuego de sus miembros viriles (sic), meretrices de la lujuria y la fornicación, colgadas de unos maderos por sus partes vergonzantes; ricos que no habían dado limosna ardiendo en un terrible fuego.

Tras todo esto, Muhammad (SAWS) mantiene la siguiente conversación con Ŷibrîl (Gabriel):
- “Muhammad (SAWS); ¿qué te han parecido todas las cosas, tan numerosas y tan importantes, que Allah (SWT) te ha mostrado gracias a su clemencia?”
- “En verdad que ningún corazón humano podría pensar el honor y el bien que Allah (SWT) me ha concedido, porque ha hecho que yo viera su poder y su gloria; me ha mostrado también los bienes y el honor que están preparados para los buenos, así como los tormentos que serán aplicados a los pecadores”.
- “Muhammad (SAWS), ¿tienes guardado en tu corazón todo lo que has visto?”.
- “Así es”.
- “Ve, pues y tal como lo has visto así se lo mostrarás a tu pueblo para que lo sepan y para que sigan el camino recto de la ley; que aprecien y que pongan todo su cuidado en ir al Paraíso y se guarden del Infierno”.

Al-Asari

El estudio del Al-Asari, quien sitúa el Infierno “debajo de la séptima tierra inferior”, es decir bajo la tierra, en esto como en la división en siete pisos coinciden la totalidad de las narraciones. Los nombres de los siete pisos, citados desde abajo son: Al-Hawiya, Al-Yahim, Saqar, Laza, Al-Hutama y Al-Sair, omite el nombre de la última tierra. La intensidad de los castigos es mayor a medida que se desciende.

En los castigos del Infierno saca a relucir su enorme imaginación y los describe con gran detalle. El tormento fundamental es el fuego, cuya intensidad es de tal calibre que si “se abriera en el Infierno un orificio como el ojo de una aguja, se quemaría la tierra debido a su calor”.

A esto añade la existencia de grandes serpientes y alacranes como mulas, de los cuales no podrán huir los condenados, salvo para caer en el fuego. Estos sufrirán la transformación de sus cuerpos: se ennegrecerán sus rostros, sus ojos se volverán azules, sus bocas se sellarán y su cuerpo quedará deformado de tal manera que “les colocarán una cadena en la boca que les saldrá por la parte posterior; la mano izquierda se la atarán al cuello; la derecha se la introducirán en sus vísceras y les quitarán lo que hay entre sus hombros”.

Otros tormentos son las cadenas, los vestidos de alquitrán, el agua hirviendo, que al beberla cortará las tripas. Ya dice el Corán:
Les añadiremos tormento al tormento, por la corrupción que sembraron”.

La condena más llevadera es calzar sandalias de fuego.
Los condenados son según Al-Asari muy numerosos, ya que de cada mil juzgados 999 irán al Infierno y al Paraíso. Cuando estos llegan al Infierno los Ángeles Guardianes salen a su encuentro con cadenas y grilletes, los atan, los arrastran y los arrojan al fuego, que por orden de Mâlik los rodea completamente. Una vez en el Infierno, se efectúa una separación por pisos entre los condenados:
- El primer piso y más caluroso está destinado a lo Hipócritas, los glotones y la familia del Faraón.
- El segundo a los Politeístas.
- El tercero, a los Sabeos.
- El cuarto a Iblis y sus seguidores.
- El quinto a los Judíos.
- El sexto, a los Cristianos.
- El séptimo y más suave a los musulmanes que hayan cometido pecados graves y hayan muerto sin arrepentirse, quienes finalmente saldrían del Infierno por intercesión del Profeta (SAWS).

La tradición cuenta una historia acerca de la procedencia del fuego en la tierra: Allah (SWT) envió a Ŷibrîl (Gabriel) junto a Mâlik, el guardián del Infierno, a fin de que le diera fuego y se lo llevase a Âdam para que calentase la comida. Mâlik le preguntó:
Oh Ŷibrîl (Gabriel) ¿cuánto fuego quieres?”.
Contestó:
Quiero la cantidad de un dátil”.
Mâlik dijo:
Si yo te diera la cantidad de un dátil, seguramente se derretirían los siete cielos y las siete tierras por causa de su calor”.
Y añadió:
Oh Ŷibrîl (Gabriel), si yo te diera lo que deseas no bajaría del cielo una gota de agua, ni germinaría una planta en la tierra”.
Luego Ŷibrîl (Gabriel) preguntó:
Allah (SWT) mío, ¿cuánto fuego cojo?”
Este contestó:
La cantidad de un átomo”.
Lo cogió y lo sumergió en setenta ríos, setenta veces. A continuación, llevó el fuego a Âdam, lo colocó sobre una de las montañas más elevadas y ésta se derritió, volviendo el fuego a su lugar y quedando su humo en las piedras y en el hierro hasta hoy. Este fuego es del humo de aquel átomo. Escarmentad, Oh creyentes. El castigo será eterno a pesar de los intentos de súplica de los condenados, que rogarán a Mâlik y a Allah (SWT) sin ser escuchados. Sólo podrán emitir una especie de rebuzno.

También habla Al-Asari de las puertas del Infierno, que son siete como en las otras redacciones. Pero estas puertas no son como las nuestras el Profeta (SAWS) preguntó a Ŷibrîl (Gabriel) acerca de la Gehenna:
¿Acaso tiene puertas como las nuestras?”.
Ŷibrîl (Gabriel) respondió:
No, sino que estarán abiertas unas debajo de otras. De una puerta a otra hay una distancia de setenta años. Cada una es el doble de setenta veces más calurosa que la que está contigua. En ellas se reparten los condenados según sus creencias religiosas, siendo los Hipócritas, los glotones y la familia del Faraón los situados en la primera puerta. Tras ellos encontramos a los Politeístas, a los Sabeos, a los seguidores de Iblis, a los Judíos, a los Cristianos y a los musulmanes, que se encuentran en el piso más externo”.

En torno al Infierno encontramos mil filas de Ángeles, cada una de ellas numerosísima, rodeando a una bestia fantástica con multitud de bocas, ojos, etc...que sería el mismo infierno personificado. Allah (SWT) llamará a esta bestia el Día del Juicio para que acuda a su presencia.

Los musulmanes condenados serán conducidos al fuego en tres grupos: el del jeque malvado, el del joven libertino y el de la mujer lujuriosa. Los ángeles se encargarán de ello cogiendo a los hombres por la barba y a las mujeres por el cabello. Ellos llorarán por no haber obedecido las enseñanzas del Profeta (SAWS) y rogarán ser perdonados por creer en un único Allah (SWT).

En el Infierno los Ángeles se encargarán de castigar a los condenados. El de mayor importancia es Mâlik, que posee un número de manos y pies igual al de los condenados, se encarga de encadenarlos y controla el fuego. Existen además 19 Ángeles Guardianes del Infierno, que pueden coger 10.000 Infieles en cada pie y cada mano, de manera que pueden atormentar a 40.000 a un tiempo. Cada uno de estos tiene a sus órdenes a un gran número de ángeles de luz, en cuyos corazones Allah (SWT) no puso “ni un átomo de misericordia y compasión”.

Los habitantes del Infierno tienen el rostro negro, la mirada vaga, el conocimiento perturbado, la cabeza como una montaña, ojos rasgados y cabellos como tallos de junco. No tienen muerte pero mueren, ni vida pero viven. Cada uno tiene setenta pieles y entre piel y piel hay setenta capas de fuego. En sus entrañas hay serpientes de fuego cuyas voces se oyen como las de los animales salvajes. Dan vueltas con las cadenas y las argollas, son golpeados con palos ganchudos y arrastrados sobre sus rostros”.

Los castigos serán terribles y los condenados suplicarán una disminución del sufrimiento. Rogarán un poco de lluvia y sobre ellos lloverán piedras de fuego que les traspasarán. Rogarán un poco de agua y se les dará agua hirviendo que les comerá las entrañas. Comerán del fruto del árbol del Zaqqum, que una vez comido hervirá en sus entrañas, sus cerebros y sus muelas. Saldrán llamas de fuego de sus bocas y caerán sus entrañas a los pies. Tendrán como vestidos corazas de alquitrán que les desollarán la piel. Son ciegos, mudos y sordos y sólo desearán la muerte.

Al-Asari clasifica los castigos en según las obras terrenas.
- La renuncia a la fe acarreará el castigo mayor, el fuego entrará en sus cuerpos por la parte posterior y les saldrá por la boca, orejas y ojos, será encadenado, colgado por la lengua y el cerebro le saldrá por la nariz. No dormirá ni un instante.
- El adúltero, el usurero y los que omitieron la oración permanecerán en el infierno durante un Huqb, medida de tiempo que equivale a cientos de miles de años. Los alacranes y las serpientes les proporcionarán su castigo y sólo beberán agua hirviendo.
- También los que beben vino merecen capítulo a parte: serán crucificados sobre maderos de fuego y posteriormente sufrirán otros castigos como permanecer en un ataúd o una cárcel de fuego durante mil años.
- Pero los musulmanes condenados, tras un larguísimo periodo de castigo e infinitos ruegos obtendrán el favor de Muhammad (SAWS), que intercederá ante Allah (SWT) y conseguirá que los de su comunidad salgan del Infierno. Saldrán del Infierno todos aquellos que sepan pronunciar la profesión de fe:
No hay más que un solo Dios y Muhammad es su enviado”.

Él mismo será el encargado de bajar al infierno a recoger a los suyos. Saldrán hechos carbón, pero se lavarán en un río situado en la puerta del paraíso y saldrán jóvenes y limpios. Los de otras religiones se lamentarán de no haber creído a Muhammad (SAWS).
- El Día de la Resurrección será sacrificada la muerte y los hombres tomarán conciencia del carácter eterno de los castigos o premios.

Ibn Arabi

Para él, el Infierno es un pozo con 7 peldaños. Cada uno de ellos se reserva a una tipología de pecados, basada en una división corporal. Así, se separa a los condenados en: pecadores con los ojos, oídos, lengua, manos, vientre, órgano sexual y pies. Esta división sigue un criterio ético, aunque pueda parecer rudimentaria. Cada uno de los pisos esta a su vez dividido en cuatro departamentos: para Incrédulos (Kuffâr), Politeístas, Ateos e Hipócritas de la fe. Cada círculo se divide en dos subcírculos, uno de ellos para los pecados consumados y otro para los de pensamiento. Las penas se basan en la aplicación de una especie de Talión: el ladrón sufrirá la amputación de las manos, el Adúltero será colgado de un madero por sus órganos genitales, el falso testigo será colgado por la lengua, el embustero sufrirá el desgarramiento de la comisura de los labios, etc...

Otras redacciones de textos escatológicos de menor importancia que las anteriores citan gran número de castigos para cada réprobo, en función de sus pecados. Todos ellos son castigos de carácter físico y relacionados con sus pecados y se sufren eternamente gracias a la regeneración de los cuerpos que impide el fallecimiento.

Algunos ejemplos:
- Los beodos beberán una pócima de sangre, sudor, pus y podre que mana de las llagas de los otros condenados.
- El suicida sufre eternamente su suicidio, perpetrado esta vez por los Ángeles.
- El avaro caminará con toda su riqueza a cuestas mientras serpientes le pican alternativamente en la mano derecha e izquierda.
- Los sabios que no conformaron su conducta con su enseñanza darán vueltas como los asnos alrededor de una noria.

Además de ser prolijo en la descripción de los castigos, la tradición también se explaya con descripciones orográficas y nos habla de montes, ríos, mares de fuego, lluvia ígnea y otras características del entorno que servirán para atormentar al condenado.

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