1.-
Di:
Él,
Allah
es Uno.
Es
decir, el Único,
el Impar.
Aquel
que no tiene parecido ni compañero; no tiene hijos ni asociado.
2.-
Allah,
el
Señor
Absoluto.
Es
decir, Aquel
a quien se dirigen para las necesidades. Como dijo Allah
(SWT):
“Los
dones que tenéis vienen de Allah.
Sin embargo, cuando os toca algún mal, es cuando Le
imploráis”.
(Las
Abejas 16: 53)
“As-Samad”
es el Eterno,
el Que
permanece imperecedero. Nadie lo aparta ni Él
se aparta a Sí
mismo. Y su explicación es lo que sigue después en la Sura.
3.-
Ni
engendró ni ha sido engendrado.
Porque,
cualquier cosa tiene que morir irremisiblemente. Y todo mortal deja
una herencia tras él menos Allah
(SWT),
el Altísimo.
Dijeron
‘Alî,
Ibn
‘Abbâs
y otros: “As-Samad
es el Señor,
el que ha culminado Su
dominio y toda clase de honorabilidad”.
Dijo
Abû
Huraira:
“Verdaderamente, Él
puede prescindir de todos, sin embargo, todos lo necesitan a Él”.
Dijo As
Suddî:
“Él
es el objetivo en los deseos; y el ayudante en las desgracias”.
Dijo Al
Hussein Ibn Al Fadl:
“Verdaderamente, Él
hace lo que quiere y gobierna como quiere”. Dijo Muqâtil:
“Él
es el Perfecto,
no tiene defecto alguno”.
La
gente del Tafsîr
ha dicho: “Esta Aleya
se reveló como respuesta a los Asociadores,
cuando preguntaron al Profeta
(SAWS):
“¡Descríbenos a tu Dios!
¿Si es de oro, de cobre o de bronce? Dijo Allah
(SWT),
el Altísimo,
contestandoles: “Di:
Él,
Allah
es Uno”.
Relató
At
Tirmidî,
de Ubai
ibn Ka’b:
“Los Asociadores
(Musrikûn)
dijeron al Mensajero
de
Allah
(SAWS):
Dinos el linaje de tu Señor.
Y Allah
(SWT),
Poderoso
y Majestuoso,
reveló: “Ni
engendró ni ha sido engendrado”.
“As-Samad,
es el que no engendró ni ha sido engendrado. Porque todo el que es
engendrado muere; y todo mortal deja herencia, mientras que Allah
(SWT),
el Altísimo,
no muere y por lo tanto no deja herencia.
Dijo
Ibn
‘Abbâs:
“Ni
engendró”,
como concibió y dio a luz Maryam
(María),
“ni
ha sido engendrado”
como lo fueron ‘Îsa
(Jesús)
y ‘Uzair
(Esdras).
Y esto es en respuesta a los Cristianos
y a los Judios
que dijeron: ‘Îsa
(Jesús)
es hijo de Allah
(SWT)
y ‘Uzair
(Esdras)
es hijo de Allah
(SWT).
4.-
Y
no hay nadie que se
Le
parezca.
Es
decir, no hay nada como Él
ni nadie que pueda ser comparado a Él.
Y sobre las excelencias de esta Sura
se han recopilado varios Ahadîz
y vertido diversas opiniones.
En
Sahîh
Al-Bujârî
se transmitió de Abû
Sa’îd Al Judrî:
Un hombre escuchó a otro recitar: “Di:
Él,
Allah
es Uno”,
repetidamente. Cuando amaneció, éste hombre acudió al Mensajero
de
Allah
(SAWS)
y le
mencionó
el hecho como una acción pequeña. Y dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“¡Por Aquel
que tiene mi alma de Su
mano! Equivale a un tercio del Corán”.
En
otro Hadîz,
dijo el Profeta
(SAWS)
a sus compañeros: “¿Alguno de vosotros sería capaz de recitar un
tercio del Corán
en una sola noche?”. Eso les pareció difícil y dijeron: ¿Quién
de nosotros puede hacerlo, Mensajero
de
Allah
(SAWS)?
Y dijo: Allâhu
Al-Wâhidu As-Samad,
es un tercio del Corán.
Refiriéndose a la Sura:
“Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”).
De
Abû
Huraira
se transmitió que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“¡Congregaos que os voy a recitar un tercio del Corán!”.
Y les recitó: “Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”).
Han
dicho algunos ulemas
que esta Sura
equivale a un tercio del Corán
porque en él se encuentra el nombre de “As-Samad”,
y que no se encuentra en ninguna otra. Así como “Ahad”.
Se
ha dicho: “El Corán
se ha revelado por tercios: Un tercio lo constituyen las leyes; otro
tercio son promesas y advertencias; y el otro son nombres y
atributos. Y la Sura:
“Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”),
resume el tercio de los nombres y atributos”. La prueba de ello es
el Hadîz,
recopilado en Sahîh
Muslim,
en el que se transmitió de Abû
Dardâ
que dijo el Profeta
(SAWS):
“Ciertamente, Allah
(SWT),
el Altísimo,
ha dividido el Corán
en tres partes. Y ha hecho de “Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”),
una de ellas”.
En
un relato de Muslim,
se transmitió de ‘Â’isha
que el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
envió a un hombre como emir
de una expedición y solía recitar en el Salât
el Corán
y terminaba con la Sura
“Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”).
Al regreso de la expedición le contaron al Profeta
(SAWS)
lo sucedido, y éste les dijo: Preguntadle por qué lo hace así. Le
preguntaron y contestó: Porque es un atributo del Misericordioso.
Y a mí me gusta recitarlo en la oración.
Dijo
el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Notificadle que Allah
(SWT)
le ama”.
En
un relato de At
Tirmidî,
se transmitió de Anas
Ibn Mâlik
que dijo: “Había un hombre de los Ansâr,
Imâm
de la mezquita
de Qubâ
y siempre que empezaba una Sura
lo hacía con “Al-Fâtiha”,
“Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”)
y después otra Sura
del Corán.
Haciendo lo mismo en todos los Raka’ât.
Le dijeron sus compañeros: ¿No te basta con recitar: “Di:
Él,
Allah
es Uno”
(“Qul
Huwa Allâhu Ahad”)
para que tengas que recitar además otra Sura?
De manera que recitas solo esa, o lo dejas y recitas otra Sura.
Contestó: No voy a dejar de hacerlo así, si queréis que yo sea
vuestro Imâm.
Y si no queréis, dejaré de ser vuestro Imâm.
Sabían que él era el mejor de ellos y querían a otro Imâm
que no fuese él, en su lugar. Cuando vino el Profeta
(SAWS),
le informaron del hecho y le dijo: “¿Qué te impide hacer lo que
te piden tus compañeros. Y qué es lo que te hace recitar esta Sura
en cada Rakâ’a?”.
Contestó: ¡Yo amo esta Sura,
Mensajero
de
Allah
(SAWS)!
Y dijo el Profeta
(SAWS):
“¡Tu amor por él te hará entrar en el Jardín!”.
Se
transmitió de Anas
Ibn Mâlik,
en un relato de At
Tirmidî
que dijo: Me encontré con el Profeta
(SAWS)
y al oír
a un hombre recitar La
Adoracíon Pura,
dijo: “¡Se ha asegurado!”. Pregunté: ¿Qué es lo que se ha
asegurado? Contestó: “El Jardín”.
En
otro Hadîz
de Anas
Ibn Mâlik,
se transmitió que dijo el Profeta
(SAWS):
“Quien recite cada día doscientas veces La
Adoracíon Pura,
le serán borradas las faltas de cincuenta años, excepto que tuviera
alguna deuda”.
Con
la misma cadena de transmisión, dijo el Profeta
(SAWS):
“Quien se vaya a dormir que lo haga sobre el costado derecho,
después recite la Sura
La Adoracíon Pura
cien veces. Y cuando llegue el Día
del Juicio,
dirá el Señor:
¡Siervo mío, entra por tu derecha al Jardín!”.
En
otro Hadîz
dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Quien recitara La
Adoracíon Pura
cincuenta veces, le serían perdonadas sus faltas de cincuenta años”.
Dijo Sa’îd
Ibn Al Musaiyib:
El Profeta
de
Allah
(SAWS)
dijo: “Quien recitara La
Adoracíon Pura
diez veces, se le construiría un palacio en el Jardín;
si lo recitara veinte veces se le construirían dos palacios en el
Jardín;
y si lo recitara treinta veces, se le construirían tres palacios en
el Jardín”.
Dijo ‘Umar
Ibn Al Jattâb:
¡Mensajero
de
Allah
(SAWS)!
Entonces van a aumentar nuestros palacios. Y le contestó: “Allah
(SWT)
es más espléndido que todo eso”. En otro Hadîz
dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Quien recitara La
Adoracíon Pura,
en la enfermedad de su muerte, no sería probado en su tumba. Se verá
a salvo de la estrechez de la tumba. Y los Ángeles
en
el Día
del Juicio
lo cogerán de las manos hasta cruzar el Sirât
hacia el Jardín”.
Se
transmitió de Ibn
‘Umar,
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Quien entre en la Mezquita
en el día del Yumu’a,
rece cuatro Raka’ât
y en cada uno recite Al-Fâtiha
y La
Adoracíon Pura
cincuenta veces, haciendo un total de doscientas veces entre los
cuatro Raka’ât,
no morirá sin haber visto su casa en el Jardín
o se mostrará”. Se transmitió de Yarîr,
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“La
Adoracíon Pura,
al entrar en su casa, se alejaría la pobreza de la gente de dicha
casa y la de los vecinos”.
Se
transmitió de Anas
que dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Quien recite la Sura
La Adoracíon Pura,
una vez, será bendecido; quien recite la Sura
dos veces, será bendecido él y su familia; quien lo recite tres
veces, será bendecido él y
todos
sus vecinos; quien lo recite doce veces, Allah
(SWT)
le construirá para él doce palacios en el Jardín;
y los Ángeles
Protectores
dirán: ¡Partid con nosotros a ver el palacio de nuestro hermano!
Quien lo recite cien veces, Allah
(SWT)
le perdonará las faltas de cincuenta años; quien lo recite
cuatrocientas veces, Allah
(SWT)
le perdonará las faltas de cien años; y quien lo recite mil veces,
no morirá hasta ver su lugar en el Jardín,
o se le mostrará”.
Se
transmitió de Sahl
Ibn Sa’d
que dijo: “Un hombre se quejó al Mensajero
de
Allah
(SAWS)
de su pobreza y estrechez en la vida diaria. Y le dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“Cuando entres en casa, saluda si hay alguien y si no hay nadie
salúdame a mí, después recita la Sura
La Adoracíon Pura
una vez”. Así lo hizo y Allah
(SWT),
el Altísimo,
derramó a raudales sobre él la provisión y le colmaron con creces
sus vecinos.
Dijo
Anas:
“Estábamos en Tabûk
con el Mensajero
de
Allah
(SAWS)
y se levantó el sol blanco y desprendiendo rayos y luz, como jamás
lo había visto levantar antes. Acudió el ángel
Yibrîl
y le dijo el Mensajero
de
Allah
(SAWS):
“¿Cómo es que veo alzarse el sol blanco y con rayos
resplandeciente, como jamás los había visto antes?”. Le contestó
Ŷibrîl
(Gabriel):
“Eso es porque Mu’âwiya
Al Laitî
ha muerto hoy en Medina,
y Allah
(SWT)
ha enviado setenta mil Ángeles
a orar por él”. Dijo: “¿Y eso por qué?”. Contestó: “Porque
solía abundar repetidamente en la recitación de la Sura
La Adoracíon Pura,
de noche y de día, mientras caminaba estando de pie o sentado.
¿Quieres, Mensajero
de
Allah
(SAWS),
que sujete para ti la tierra y ores por él?”. Le contestó:
“¡Sí!”. Oró por él y después regresó”.
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