A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
1.- No hay nada de malo en que el Musulmán (Muslim) recite Ruqiah sobre sí mismo. Eso es permisible; de hecho, es una buena Sunnah, porque el Mensajero (Salallahu Alaihi Wa Salam) recitó Ruqiah para sí mismo, y algunos de sus Compañeros recitaron Ruqiah para sí mismos.
Se narró que ‘Â’isha (que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) esté complacido con ella) dijo: “Cuando el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) estaba enfermo, recitaba las dos últimas Suras de El Corán (Al-Mi‘wadhatain) sobre él y luego soplaba. Cuando su dolor se intensificó, recité sobre él y le pasé su propia mano, buscando su Bendición (Baraka)”. (Narrado por Al-Bujârî, 4728; Muslim, 2192)
Con respecto al Hadîz narrado por Muslim (220), según el cual el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) describió a los setenta mil de esta Comunidad (Ummah) que entrarán en el Paraíso sin rendir cuentas o castigados, y en el cual dice: “Son aquellos que no recitaron Ruqiah ni pidieron que se hiciera la Ruqiah, y no creyeron en malos augurios y confiaron en su Señor”, la frase “no recitaron Ruqiah” son palabras del narrador, no del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam). Por lo tanto, Al-Bujârî narró este Hadîz (5420) pero no mencionó esta frase.
El Sheij al-Islam Ibn Taymiyah (que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) tenga piedad de él) dijo: Estas personas son elogiadas porque no le pidieron a nadie que recitara Ruqiah para ellas, y la Ruqiah es un tipo de Súplica (Du‘â), o sea, no pidieron a otros que oraran por ellas. La frase mencionada en el Hadîz “y no recitaron Ruqiah” es un error (por parte del narrador), porque la Ruqiah para sí mismo y para otros es una buena acción. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) recitó Ruqiah para sí mismo y para otros; no le pidió a nadie que le recitara Ruqiah. Su recitación de Ruqiah para él y para otros fue como hacer Súplica (Du‘â) para él y para otros; esto es algo que se ordena, porque todos los Profetas le pidieron a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y le rezaron como Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) nos cuenta en las historias de Âdam, Ibrâhîm (Abraham), Mûsâ (Moisés) y otros. (Maymu’ al-Fataawa, 1/182)
Ibn al-Qayyim (que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) tenga piedad de él) dijo: Esta frase se inserta en el Hadîz, pero es un error por parte de algunos de los narradores. (Haadi al-Arwaah, 1/89)
Ruqiah es uno de los mejores remedios que el Creyente (Mu‘min) puede usar regularmente.
2.- Con respecto a la Súplica (Du‘â) prescrita para que el Musulmán (Muslim) haga, si quiere recitar Ruqiah para sí mismo o para alguien más, hay muchos de esas Súplicas (Du‘â), el mayor de los cuales es la Sura La Apertura (Al-Fâtihah) y Al-Mi‘wadhatain (Sura El Amanecer (Al-Falaq) y Sura Los Hombres (An-Nâs)).
Un grupo de Compañeros del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) emprendieron un viaje hasta que llegaron cerca de una de las tribus árabes. Le pidieron hospitalidad, pero estos se negaron. Entonces el líder de esa tribu fue picado y lo intentaron todo, pero nada lo ayudó. Luego, algunos de ellos dijeron: ¿Por qué no vas con esas personas que se quedan (cerca)? Tal vez algunos de ellos tengan algo que beneficie. Entonces fueron y les dijeron: “Oh, gente, nuestro líder ha sido herido y hemos intentado todo y nada lo ayudó. ¿Alguno de ustedes tiene algo que lo pueda ayudar?”. Uno de ellos dijo: “Sí, por Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Le haré una Ruqiah, pero por Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) les pedimos hospitalidad y ustedes no nos dieron nada, así que no le haremos una Ruqiah a menos que nos den algo a cambio”. Así que acordaron un rebaño de ovejas, luego comenzó a soplarle y recitar Al-Hamdu Lillaahi Rabb il-‘Aalamin. El líder se recuperó rápidamente de su queja y comenzó a caminar, como si no tuviera nada malo en él. Obtuvieron lo que habían acordado, y algunos de ellos (los Sahâba) dijeron: “Compartámoslo”. El que había realizado la Ruqiah dijo: “No hagas nada hasta que lleguemos al Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) y le contemos qué sucedió, y veremos qué nos dice que hagamos”. Entonces llegaron al Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) y le contaron lo sucedido. Él dijo: “¿Cómo sabías qué es una Ruqiah?”. Después dijo: “Hiciste lo correcto. Compártelo y dame una parte”. Y el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) sonrió. (Narrado por Al-Bujârî, 2276, y Muslim, 2201)
Se narró que ‘Â’isha (que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) esté complacido con ella) dijo: “Cuando el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) estaba enfermo, recitaba las dos últimas Suras de El Corán (Al-Mi‘wadhatain) sobre su persona y soplaba secamente. Cuando su dolor se intensificó, lo recité sobre él y le pasé su propia mano, buscando su Bendición (Baraka)”.(Narrado por Al-Bujârî, 4728; Muslim, 2192)
Las Súplicas (Du‘â) que se han narrado en la Sunnah incluyen lo siguiente:
Muslim (2202) narró de ‘Uzmán ibn Abi'l-Aas que se quejó al Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) sobre el dolor que había sentido en su cuerpo desde que se convirtió en Musulmán (Muslim). El Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) le dijo: “Pon tu mano en la parte de tu cuerpo donde sientes dolor y di Bismillâh (en el nombre de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)) tres veces, luego di siete vece: “A‘udhu bi 'izzat-illaah wa qudratihi min sharri ma ayid wa uhaadhir (busco refugio en la gloria y el poder de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) del mal que siento y por el que me preocupo)”.
At-Tirmidî (2080) agregó: Él dijo: “Hice eso, y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) me quitó lo que había estado sufriendo, y indiqué a mi familia y a otras personas que hicieran lo mismo”. (Clasificado como Sahîh por Al-Albani en Sahîh At-Tirmidî, 1696)
Fue narrado que Ibn ‘Abbas (que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) esté complacido con él) dijo: El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) solía buscar refugio para Al-Hasan y Al-Hussein, y decía: “Tu ancestro (o sea, Ibrâhîm (Abraham), la paz sea con él) solía buscar refugio en Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) para Ismâ‘îl (Ismael) e Ishâq (Isaac) con estas palabras: A‘udhu bi kalimaat Allah al-taammah min kulli shaitaanin wa haammah wa minikulli ‘ainin laammah (busco refugio en el palabras perfectas de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), de todos los Demonios (Sayâtîn) y todo mal deseo, y de todos los ojos malvados)”. (Narrado por Al-Bujârî, 3191)
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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