A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
Los Islamófobos hacen todo lo posible para desacreditar los signos presentes en El Noble Corán, y los primeros versos de Sura Los Bizantinos (Ar-Rûm) presentan uno de sus mayores desafíos.
Las Aleyas no solo contienen una Profecía que se comprobó que era cierta, sino que esta Profecía se consideró casi imposible en el momento de su Revelación.
La siguiente es una traducción al español de las primeras cinco Aleyas de esta Sura 30 de El Corán. Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“Alif, Lâm, Mîm. Los bizantinos han sido vencidos [se refiere a la victoria de Cosroes, Rey de los Persas, sobre los Romanos] en la tierra más próxima. Pero ellos, a pesar de su derrota, vencerán [se dice que la victoria tuvo lugar el Día de Badr y se dice también que el Día de Hudaybiya], dentro de algunos años. El Mandato pertenece a Al-lâh antes y después. Ese día se alegrarán los creyentes [puesto que los Romanos eran Gente del Libro] por el auxilio de Al-lâh. Él auxilia a quien quiere, y Él es el Poderoso, el Misericordioso”. (Los Bizantinos 30: 1-5)
Las Aleyas se refieren a la derrota del Imperio Romano de Oriente Bizantino por el Imperio Persa Sasánida en 614-615 EC, y afirman que esta derrota ocurrió en la tierra más cercana o más baja. Las Aleyas afirman que en un período de tres a nueve años, los Romanos saldrían victoriosos y que en ese momento, los Musulmanes (Muslimun) se regocijarían con la victoria de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala).
Según los Eruditos Musulmanes (Muslimun Iyma‘a), las Aleyas, revelados en el momento de la derrota romana, contienen la promesa de un evento futuro.
Debido a que la promesa resultó ser cierta, los Islamófobos concentran sus refutaciones en argumentar que:
a) Las Aleyas no se leen de la manera indicada.
b) Fueron reveladas después de la victoria romana y, por lo tanto, simplemente relatan eventos que ya han tenido lugar.
El conjunto final de Guerras Bizantino-Sasánidas se libró entre 602 d.C. y 628 d.C. Cuando el Emperador Bizantino Mauricio fue derrocado por su oficial del ejército Phocus, el Rey Sasánida Cosroes II declaró la guerra a Bizancio. Después de capturar Damasco en 613 d.C., los Persas tomaron Jerusalén en 614-615 d.C., donde masacraron a muchos Cristianos, robaron la Cruz Verdadera y destruyeron la Iglesia del Santo Sepulcro.
En 622 d.C., el Emperador Bizantino Heraclio comenzó un contraataque y obtuvo varias victorias sobre los Persas.
En 624 d.C., se dirigió al centro de la tierra Persa, donde marchó a Azerbaiyán y Armenia, quemó el palacio del Rey en Ganzak y dejó un rastro de ciudades en llamas detrás de él.
La derrota final para el Ejército Persa fue en la Batalla de Nínive en 627, donde los Romanos pudieron recuperar la mayor parte de sus territorios, así como traer la Cruz Verdadera de regreso a Jerusalén.
Como se dice en los Libros de Historia, los Bizantinos perdieron Jerusalén alrededor del 615 d.C. y comenzaron su recuperación en el 622 d.C. Por lo tanto, los Romanos comenzaron su victoria dentro de los siete años de su pérdida.
Según los Libros de Historia Islámica, los Musulmanes (Muslimun) recibieron la noticia de la Victoria Romana durante la Batalla de Badr en 624 d.C., que marca la fecha de una Victoria Romana importante y estratégica, lo que hace que el período transcurrido entre la Derrota Romana y su Victoria sea de nueve años.
Los refutadores argumentan que la victoria total de los Romanos fue en la Batalla de Nínive en 627 d.C., 12 años después de su derrota. El argumento es simple: Si bien esta Batalla marca la Victoria Romana final, las Aleyas se referían a victorias estratégicas anteriores.
Ya sea que las Aleyas se refieran al inicio de las Victorias en el 622 d.C. o a la gran victoria en el 624 d.C., ambas referencias se encuentran dentro del marco de tiempo establecido.
En el idioma árabe, las palabras con letras similares y una disposición de caracteres similar aún pueden tener diferentes significados según los signos diacríticos y los puntos vocales adjuntos a sus letras. Los refutadores afirman que existe una segunda recitación válida con una vocalización diferente que se lee Ghalabat-ir-Rum, que se traduce como “los romanos han salido victoriosos”. Argumentan que debido a que la Aleya tiene dos recitaciones con significados contradictorios, no puede existir una Profecía.
Algunos pasan mucho tiempo tratando de falsificar la Profecía analizando las Aleyas de acuerdo con la segunda recitación. Sin embargo, este esfuerzo es en vano ya que esta segunda recitación es en sí misma inválida. El examen de las diez posibles Lecturas Coránicas muestra que ninguna reconoce esta segunda lectura.
Los refutadores apoyan su argumento que se afirma en los Comentarios Coránicos del Imâm Al-Qurtubî y el Imâm At-Tabari, donde la segunda recitación fue leída por algunos de los Compañeros del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam). Sin embargo, optan por no mencionar que en las mismas páginas, ambos Imames coinciden en que la única lectura correcta es el Ghulibat-ir-Rum, debido al consenso de todos los Eruditos Musulmanes (Muslimun Iyma‘a) sobre su validez, y debido a la debilidad de los dichos que apoyan la otra recitación.
Además, At-Tabari explica que leer la segunda Aleya con la segunda recitación implica leer la tercera Aleya para significar que los Romanos serán derrotados, de modo que se lea Sayoghlabun en lugar de Sayaghlebun. Sin embargo, todos los Eruditos (Iyma‘a) de El Corán están de acuerdo en que la palabra solo se leyó como Sayaghlebun. En consecuencia, si consideramos la segunda recitación, las Aleyas afirmarían que los Romanos salieron victoriosos, y luego, después de su Victoria, saldrán victoriosos, lo cual no es lingüísticamente correcto.
Los refutadores afirman que las Aleyas fueron reveladas el Día de Badr en 624 d.C. y, por lo tanto, simplemente relatan eventos que ya habían ocurrido. Ellos apoyan su argumento con este Hadîz narrado por Imâm At-Tirmidî: “Abû Sa‘îd informó que durante la Batalla de Badr, (se supo que) los Romanos derrotaron a los Persas. A los Creyentes (Mu‘minin) les gustó esto y se reveló la Aleya: “Alif, Lâm, Mîm Ghulibat-irr-rum” hasta “Yafraho al-mu’minun”, los Creyentes (Mu‘minin) estaban felices por el éxito Romano sobre los Persas”. (Sunan At-Tirmidhi)
Los Islamófobos que se encuentran con este Hadîz se regocijan al creer que han descubierto que la Profecía no existe. La Ciencia del Hadîz, sin embargo, no es tan simple. Los libros de Eruditos (Iyma‘a) expertos en Hadîz están escritos con una metodología que solo pueden ser plenamente apreciados y analizados por Eruditos (Iyma‘a) e investigadores de esta ciencia.
En la Ciencia del Hadîz, existe una notación que indica el grado de solidez o validez de un Hadîz. At-Tirmidî describió este Hadîz como “Hasan Garîb” o “Extraño”. Explorando las metodologías de At-Tirmidî muestra que cuando se juzga de esta manera, la Cadena de Transmisión del Hadîz (Sanad), o el grupo de hombres que lo narraron, contenía algo inusual y que esto puede ser una razón para ignorarlo por completo.
Uno de los narradores de este Hadîz es Attia al-Oufy, a quien todos los Eruditos (Iyma‘a) Islámicos consideran débil y poco fiable. Por lo tanto, este Hadîz no debe usarse para respaldar ningún argumento. Además, este Hadîz contradice la clasificación indiscutible de Sura Los Bizantinos como Mecana, que significa que fue revelada antes de la migración del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) a Medina en el 622 d.C. (Tafsîr Al-Qurtubî)
En su Libro Asbab an-Nuzul, Imâm An-Nisabori afirma que las Aleyas fueron reveladas cuando las fuerzas Persas tomaron el Imperio Romano, una noticia que entristeció al Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) y sus seguidores. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) odiaba que los Persas Paganos superaran a los Romanos Cristianos. Los Paganos de Meca se regodearon con la Derrota Romana y acosaron a los Musulmanes (Muslimun) diciendo que los derrotarían como los Persas derrotaron a los Romanos.
Las maneras en que se usan los tiempos verbales en las Aleyas indican una clara referencia a un evento que aún está por ocurrir. La Aleya 3 establece que los Romanos, después de su derrota, vencerán, “Sayaghlebun”. La Aleya 4 dice: “Yawma-edhin yarfraho al-mo’minun”, que se traduce como: “Ese día se alegrarán los creyentes”. En todas sus ubicaciones en El Noble Corán, la palabra “Iawma-idin” se usa para señalar un suceso futuro. Con toda la belleza lingüística de El Corán, si las Aleyas se refirieran a eventos pasados, se habrían expresado de manera diferente.
La tercera Aleya dice que los Romanos fueron derrotados en “Adna al-ard”. La palabra Adna es homónima, por lo que la Aleya puede significar que la derrota ocurrió en la tierra más cercana o más baja. Los libros académicos traducen Adna como la “más cercana”, porque la derrota de los Romanos tuvo lugar en el área más cercana de la Tierra Romana a la Región Árabe.
Los Eruditos (Iyma‘a) Islámicos creen que Adna también podría significar “la más baja” porque estudios recientes muestran que el área de la cuenca del Mar Muerto, además de ser la tierra ocupada por los Romanos más cercana a la Península Arábiga, es también el punto más bajo de tierra seca en la Tierra, alcanzando casi 418 metros por debajo del nivel del mar.
Aunque la Historia no señala las ubicaciones exactas de todas las Batallas, la proximidad de Damasco y Jerusalén a esta área presenta un fuerte apoyo a esta interpretación.
Al ver la posibilidad de un signo científico tan importante, los refutadores primero argumentan que Adna no significa “más baja”, aunque este significado está disponible en los Diccionarios Árabes y se usa como tal en varias Aleyas de El Noble Corán.
Luego argumentan que la mayoría de los Libros de Comentarios Coránicos traducen Adna como la más cercana, no la más baja. La razón es que este descubrimiento geográfico apareció recientemente. Aquí es donde reside la belleza de El Corán; revelando continuamente nuevos significados que coinciden con la ciencia moderna.
Reconociendo la debilidad de sus argumentos, los refutadores luego argumentan que esta es una afirmación falsa y que la Fosa Subglacial de Bentley en la Antártida es la parte más baja de la Tierra. De hecho, tienen razón. Sin embargo, deben darse cuenta de que El Corán se refiere explícitamente a la tierra seca más baja, y no al hielo.
Con la difusión de refutaciones de El Corán en los diferentes medios, es importante que los Eruditos Musulmanes (Muslimun Iyma‘a) presenten refutaciones adecuadas. La mayoría de los debates se realizan entre no académicos que apoyan sus afirmaciones utilizando información de libros académicos que no comprenden completamente.
Si uno quiere usar un Hadîz para respaldar un argumento, primero debe educarse a sí mismo con la ciencia de los Ahadîz, comprender las metodologías de los diferentes Imames de los Ahadîz y aprender cómo los entendieron y evaluaron otros Eruditos (Iyma‘a).
Mientras que el Islam nos anima a leer e investigar, Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) también nos dice:
“Antes de ti no hemos enviado sino a hombres a los que les inspiramos; preguntad, pues, a la gente del Recuerdo si no sabéis”. (Los Profetas 21: 7)
En caso de duda, debemos admitir nuestra ignorancia y consultar a Eruditos (Iyma‘a) Islámicos especializados.
Nuestro esfuerzo aquí es simplemente desglosar las refutaciones, aunque es cierto que los temas discutidos pueden requerir una gran cantidad de explicaciones.
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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