martes, 21 de agosto de 2018

CLASIFICACIÓN DE LOS AHADÎZ




Para que un Hadîz sea considerado válido por los musulmanes debe reunir cinco condiciones:
1.- Continuidad en la cadena de transmisores (Ittisâl As-Sanad)
La cadena de transmisores tiene que ser ininterrumpida y cada transmisor tiene que haber escuchado la información del Hadîz del transmisor anterior a él. Todo esto los Muhaddizîn (los expertos en analizar los Ahadîz) tendrán que corroborarlo aplicando las ciencias del Hadîz.

2.- La integridad (Adâla) de los transmisores
La integridad de los transmisores se establece observando si los transmisores practican el Islam en su integridad sin que se descubra que alguno de los transmisores hiciera algo contrario o prohibido del Islam.

3.- Memorización exacta del Hadîz
Deberá comprobarse por medio de las ciencias del Hadîz que los transmisores tenían una memoria fiel. Además se comprueba, cuando en una cadena de transmisión, el Hadîz pasa a varias personas y estas lo relatan palabra por palabra exactamente, con lo cual el Hadîz no ha sufrido cambio alguno. Es de hecho está condición la que determina que un Hadîz sea Sahîh o sea Hasan.

4.- Que no contenga contradicciones
Es importante que el Hadîz no se contradiga con Ahadîz similares sobre las mismas materias, que son más fuertes que el primero. Por ejemplo que un transmisor contradiga otro transmisor del que se tiene mayor seguridad o que exista una diferencia entre el significado de un Hadîz con otro Hadîz más autentificado. Por lo tanto las contradicciones no se pueden dar ni en la cadena de transmisión ni en el texto mismo.

5.- La ausencia de defectos en el Hadîz
Un defecto que ponga en cuestión la autenticidad del Hadîz. El defecto puede estar en la cadena de transmisores, en el texto o en ambos.

CLASIFICACIÓN DEL HADÎZ

A.- El Hadîz no repetido (Al-Hadîz Al-’Ahad)
Se trata de un Hadîz que ha sido narrado por tres o menos de tres personas en su cadena de transmisores y que por tanto no llega a la categoría del Hadîz repetido o recurrente.

B.- El Hadîz repetido o recurrente (Al-Hadîz Al-Mutawatr)
No existe duda alguna de que realmente proviene de Rasûlullâh. La condición principal es que el Hadîz debe haber sido narrado al menos por cuatro personas diferentes y que todas ellas coincidan palabra por palabra. Este tipo de Hadîz puede ser:
1.- Sahîh
Es el máximo rango que puede alcanzar el Hadîz. Se le denomina Sahîh que quiere decir sano o exacto, es decir, en él no hay duda alguna porque en él se dan las cinco condiciones de las que hablamos anteriormente.
2.- Hasan
Es el segundo rango en importancia a la hora de clasificar los Ahadîz. Se considera Hasan o bueno y por tanto tiene la aceptación de los musulmanes aunque no tiene la misma fuerza que los Ahadîz Sahîh. La diferencia está en que cumple los cincos criterios antes mencionados excepto que el tercer criterio lo cumple por la mínima pero lo cumple. Si no cumpliese el tercer criterio entonces no estaríamos hablando de un Hadîz Hasan sino Daif.
El término Hasan apareció cuando los expertos se dieron cuenta de que en las obras de Al-Bujârî y Múslim hay Ahadîz cuyos transmisores no eran excesivamente rigurosos pero que nunca fueron acusados de embusteros. Los recopiladores los habían recogido también, a pesar de la severidad de sus criterios, porque otros Ahadîz auténticos los corroboraban, alzándolos a la categoría de aceptables. Esos Ahadîz buenos y válidos, aunque carentes de todas las condiciones de los auténticos si bien avalados por ellos, recibieron la denominación de Hasan, con la que se les distinguía de los que cumplían con todos los requisitos.
3.- Daif
Es el Hadîz que no cumple con uno de los cinco criterios. Y por lo tanto los Ahadîz Daif son considerados débiles.
Un Hadîz Daif es, simplemente, sospechoso o que no cuenta con las suficientes garantías, y queda en suspenso, no debiendo ser tomado en consideración a menos que otros Ahadîz “más fuertes” lo acrediten.
4.- Mawdû‘
Término que se emplea para designar dichos atribuidos falsamente al Profeta (SAWS) (o a sus Compañeros o a los Seguidores de estos últimos). Se trata de invenciones que no pueden ser considerados Ahadîz. Por tanto, la expresión Ahadîz Mawdû‘ (hadices falsos) es incorrecta, pues ningún Mawdû‘ es realmente un Hadîz (la frase Hadîz Mawdû‘ se emplea, pues, metafóricamente). Cuando se demuestra el Wad’, es decir, la Falsedad de un Hadîz, deja de ser considerado tal para convertirse en una expresión que no debe volver a atribuirse al Profeta (SAWS) ni ser citado como Hadîz suyo. Un Mawdû‘ es rechazado frontalmente al tratarse de una invención.

Todos los sabios en el Islam están de acuerdo que en el Fiqh sólo se tienen que tener en cuenta los Ahadîz Sahîh y Hasan tanto para las Ibadas (actos con los que musulmán se dirige hacia Allah (SWT)) como para la Mu‘amala (actos del musulmán en la vida social), y los Daif sólo se deben de tener en cuenta para las Ibadas y no para la Mu‘amala.

Cada una de las tres categorías de Hadîz (Sahîh, Hasan y Daif) incluye una gran variedad de tipos. Hay tipos que son puramente Sahîh, Hasan o Daif, y tipos compartidos entre el Sahîh y el Hasan y tipos compartidos entre el Sahîh, el Hasan y el Daif. Para designar cada uno de estos tipos, los Muhaddazûn ingeniaron una larga y compleja serie de Términos Técnicos (Mustalah) capaces de resumir sus características. Cada uno de esos tipos (Naw’) es considerado en sí una ciencia (Ilm), tal como dijo Al-Hâcimi: “La ciencia del Hadîz incluye muchos tipos, que alcanzan el número de cien. Cada tipo es, en sí, una ciencia independiente. Si alguien dedicara a ello su vida, no tendría tiempo para alcanzar toda su profundidad”.

Otra autoridad en la materia, Ibn as-Salâh, escribió un libro (‘Ulûm al-Hadîz), en el que analizó sesenta y seis de esos tipos, tras lo cual anotó: “Esto no es todo lo que se puede decir sobre el asunto, pues es posible una clasificación infinita. No hay manera de censar las circunstancias y cualidades de los transmisores ni los de los textos del Hadîz”. Pero Ibn Kazîr, al resumir la obra de Ibn as-Salâh, observó que era posible una sistematización que ofreciera visiones de conjunto sin necesidad de excesivas parcelaciones. Criticó a Ibn as-Salâh considerando que se perdía en los detalles.

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