martes, 21 de agosto de 2018

EL IŶTIHAD (ESFUERZO INTERPRETATIVO)




El Iŷtihad es una obligación para todo musulmán. Designa el esfuerzo de reflexionar, complementario al Corán y la Sunnah, que los Ulemas y los juristas musulmanes emprenden para interpretar y aplicar los textos fundadores del Islam y transcribirlos en términos del Derecho Islámico.

Últimamente se habla mucho del Iŷtihad como una solución a los problemas de las sociedades musulmanas. La pregunta es: ¿quién puede considerarse un Muŷtahid?, ¿quien tiene derecho a realizar un Iŷtihad?

El Muŷtahid es quien se esfuerza en la reflexión del Iŷtihad, es decir: un esfuerzo de comprensión. Sin embargo, este esfuerzo también es deber de toda persona, ya que si un jurista es considerado apto para extraer una respuesta legal a partir de las fuentes del Islam, cada individuo deberá necesariamente aplicarlas a su contexto. Por ello, si la vida no consiste en inscribirse en los límites jurídicos, cada uno deberá esforzarse en aplicar los principios universales a su contexto individual.

Todo musulmán y musulmana son de hecho Muŷtahid, en la medida que están obligados a estudiar Fiqh (Derecho Musulmán) y a decidir sin coacción alguna sobre cuestiones que afectan a su práctica del Dîn (actos de culto, cuestiones jurídicas o espirituales).

La palabra Iŷtihad procede de la raíz Trilítera Y-H-D expresa la noción de esfuerzo (Ŷahâd o Ŷuhd), tal y como nos recuerda el conocido término Ŷihâd. La octava forma de la raíz (Iŷtihâda) se refiere a la acción de realizar un esfuerzo para levantar algo pesado.

Según Ibn Rushd, Aristóteles es un gran Muŷtahid, pues realiza un esfuerzo de interpretación en el Libro de la Naturaleza. Cuando dice esto, Ibn Rushd tiene en consideración las Aleyas Coránicas donde se señala a la Naturaleza como parte de la Revelación, como signos para la gente que razona.

En un sentido técnico el término Iŷtihad se aplica en el Fiqh (Derecho Musulmán), y puede definirse como:realizar la máxima reflexión de que seamos capaces para investigar y actualizar los estatutos jurídicos de acuerdo con las nuevas situaciones que concurren en las sociedades musulmanas”. En la práctica, el Iŷtihad implica volver a las fuentes (el Corán y la Sunnah) para encontrar nuevas soluciones a nuestros problemas actuales.

En contra de lo que muchas veces se dice, el Muŷtahid no es un experto que deba tener estudios especializados, ni cumplir con unos requisitos establecidos a priori. Esta es una idea totalitaria, sin fundamento en el Corán ni en la Sunnah, y que pretende otorgar el control de la religión a los "expertos religiosos". Por el contrario, el Iŷtihad no es el derecho de unos pocos, sino una obligación para todo musulmán y musulmana.

Entonces, ¿cual es el papel de los Ulemas? La postura tradicional en el mundo islámico es la de consultar a estos en las materias que el creyente tiene dudas. Cada uno puede consultar a cuantos Ulemas considere oportuno en orden a clarificar sus dudas sobre cualquier aspecto de la religión. También puede acceder directamente a los textos (el Corán y la Sunnah) y prescindir por completo de los Ulemas. El acceso directo a las fuentes es algo asequible a todos los creyentes, lo cual garantiza el ejercicio libre del Islam. En ningún caso el creyente está obligado a aceptar como un dogma la postura de ningún Ulemas, por prestigioso que sea.

El Iŷtihad es obligatorio, pues implica la responsabilidad del creyente, en orden a cumplir con sus obligaciones ante Allah (SWT). Cada uno es únicamente responsable de si mismo, con lo cual delegar el Iŷtihad está prohibido.

Sobre esto, vale la pena citar a Ibn Hazm de Córdoba, el gran Jurista Andalusí: No está permitido a ningún hombre imitar (Taqlid) a cualquier otro, vivo o muerto, porque cada uno está obligado a realizar, en la medida de sus posibilidades, un Iŷtihad (…)

Aquellos que pretenden que es admisible desde el punto de vista de la religión que un hombre del pueblo (un ciudadano) reproduzca ciegamente la posición de un jurisconsulto (Mufti), están perfectamente equivocados y no están acreditados por ningún texto del Corán, ni por la Sunnah, ni por el consenso (). Su punto de vista no puede ni siquiera ser justificado por razonamiento analógico (Qiyâs). (…)

El Iŷtihad es igualmente un método de elaboración del derecho, pero para las Escuelas Jurídicas (Madhab) Sunitas, el tiempo del Iŷtihad terminó en el siglo X con la constitución de las cuatro grandes escuelas de derecho y un Califa Abasida cerró las “puertas del Iŷtihad”. En principio un musulmán puede declarar su adhesión a una de las escuelas jurídicas y practicar el Taqlid. Sin embargo en las condiciones de la vida moderna, fuentes cercanas a los Ulemas tienen la tendencia a reivindicar la re-apertura del Iŷtihad. 

El Califato Abasí (750-1258), llamado también Califato Abásida, fue una Dinastía Califal fundada en 750 por Abû al-Abbâs, descendiente de Abbâs, tío de Muhammad (SAWS), que se hizo con el poder tras eliminar a la Dinastía Omeya
y trasladó la capital de Damasco a Bagdad. Bagdad se convirtió en uno de los principales centros de la civilización mundial durante el califato de Harûn al-Rashid.

En el orden cronológico de aparición, tenemos las siguientes Escuelas Jurídicas Sunitas:
1.- La Escuela Hanafi: fundada por Abû Hanîfa Annu‘mân (80-150 AH), esta escuela apareció en Irak, en la ciudad de Kufa, y se difundió en Bagdad. Adoptó los métodos de su fundador y las de sus maestros después de él como Abû Yûsuf y Abû al-Hassan. Sus fundamentos comprenden, además del Coran y de la Sunnah, el Istihsân, al ‘urf (la costumbre) y qawl as-Sahâbî (las palabras de los compañeros del Profeta (SAWS)). Esta escuela está caracterizada principalmente por la utilización de la razón y de la opinión: Ar-ra’y. Está considerada la escuela la más literal, dado que el contexto de su aparición está relacionado con una sociedad muy compleja y con muchas nuevas necesidades. Se difundió hoy en día en Afganistán, en India, en Turquía, en Irán, en Siria, en Rusia y en la China.

2.- La Escuela Maliki: fue fundada por Mâlik ibn Anas (93-179 A.H) (el Sabio de Medina como lo había augurado el Profeta (SAWS). Aparecida en Medina, esta escuela hace hincapié en el aviso de los compañeros del Profeta (SAWS) y en la práctica de los Medinenses (‘Amal Ahl al-madina), estos siendo los descendientes de los compañeros del Profeta (SAWS). También da mucha importancia a las costumbres de la sociedad mientras no contradicen la Ley Divina, así como al establecimiento de normas jurídicas a partir del interés general de la sociedad, llamado al-Masâlih al-Mursala.
El
Imâm Mâlik era famoso por su narración del Hadîz, está considerado uno de los mejores de esta disciplina.
Las obras de referencia de esta escuela son, entre otras, el
Muwatta (la vía hecha fácil) (primera compilación de Ahadîz y de Fiqh en el Islam) del Imâm Mâlik y la Mudawanna, una compilación de avisos jurídicos de Mâlik que compiló su alumno Sahnûn ibn Saïd at-Tanûkhî. La mayoría de los discípulos del Imâm Mâlik se fueron a África del norte y a España. Esta escuela se difundió en Andalucía, en África del norte, en el Mali, en Senegal, en los Emiratos, en Sudán y en el Khurâsân.

3.- La Escuela Shâfi‘i: fue fundada por Muhammad ibn Idriss Ash-Shâfi‘î (150-204 A.H) que vivió en Meca, después en Irak, y que finalmente se mudó a Egipto. Aprendió el Fiqh según la Escuela Maliki y después según la Escuela Hanafi. Su Escuela se posicionó entre la Escuela Hanafi que prima la opinión personal (Ar-Ra‘y), y la Escuela Maliki que se basa esencialmente en la Sunnah. Para el Imâm Ash-Shâfi‘i, la Sunnah está valorizada como fuente de derecho y se le da una gran importancia al consenso de toda la comunidad (Ijmâ‘). Esta Escuela se difundió en Egipto, en el Kuwait, en el Yemen y en algunos países de Asia así como Indonesia, Malasia y Tailandia.

4.- La Escuela Hanbali: fue fundada por Ahmad ibn Hanbal (164-241 A.H). Nació prácticamente del conflicto que oponía Ibn Hanbal a los Mu'tazili (racionalistas helenistas un tanto intolerantes) y a las autoridades políticas que sostenían entonces los Mu'tazili. La reputación de Ibn Hanbal se forjó durante estos acontecimientos durante los cuales fue perseguido y encarcelado sin negar nunca. El Imâm Ibn Hanbal está considerado por muchos Ulema (sabios de la Ley) un tradicionalista (hombre del Hadîz) más que un jurista. Ibn Hanbal no estaba de acuerdo con su maestro Ash-Shâfi‘î con respecto al uso de la opinión personal. Primó antes de todo el Hadîz del Profeta (SAWS) al cual consagró una compilación llamada “Al-Musnad” que comprende aproximadamente 40.000 Ahadîz. Esta Escuela adopta la interpretación aparente (Zâhir) del Coran y de la Sunnah y niega el razonamiento por analogía excepto en casos raros. Pues Ibn Hanbal desconfiaba del Ra‘y (opinión personal) y del Qiyâs (analogía), siendo que, según él, habían abierto la puerta a la Herejía Mu'tazili, fuente de innovaciones pecadoras y de división de la comunidad.

Esta Escuela se desarrolló y sus misioneros llevaron su Madhhab hasta en comarcas lejanas, en el norte de Irán donde iba a nacer el Sheikh Abd al-Qâdir al-Jilânî (muerto en 1.166 después de Cristo).

Ibn Taymiyya y su discípulo Ibn Al-Qayyim eran los principales defensores de esta Escuela. La visión de Ibn Taymiyya es muy diferente de la del fundador Ibn Hanbal.

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