El
Iŷtihad
es una obligación para todo musulmán. Designa
el esfuerzo de reflexionar, complementario al Corán
y la Sunnah,
que los Ulemas
y los juristas musulmanes emprenden para interpretar y aplicar los
textos fundadores del Islam
y transcribirlos en términos del Derecho
Islámico.
Últimamente
se habla mucho del Iŷtihad
como una solución a los problemas de las sociedades musulmanas. La
pregunta es: ¿quién puede considerarse un Muŷtahid?,
¿quien tiene derecho a realizar un Iŷtihad?
El
Muŷtahid
es quien se esfuerza en la reflexión del Iŷtihad,
es
decir: un esfuerzo de comprensión. Sin
embargo, este esfuerzo también es deber de toda persona, ya que si
un jurista es considerado apto para extraer una respuesta legal a
partir de las fuentes del
Islam,
cada individuo deberá necesariamente aplicarlas a su contexto. Por
ello, si la vida no consiste en inscribirse en los límites
jurídicos, cada uno deberá esforzarse en aplicar los principios
universales a su contexto individual.
Todo
musulmán y musulmana son de hecho Muŷtahid,
en la medida que están obligados a estudiar Fiqh
(Derecho
Musulmán)
y
a decidir sin coacción alguna sobre cuestiones que afectan a su
práctica del Dîn
(actos
de culto, cuestiones jurídicas o espirituales).
La
palabra Iŷtihad
procede
de la raíz Trilítera
Y-H-D
expresa la noción de esfuerzo (Ŷahâd
o
Ŷuhd),
tal y como nos recuerda el conocido término Ŷihâd.
La octava forma de la raíz (Iŷtihâda)
se refiere a la acción de realizar un esfuerzo para levantar algo
pesado.
Según
Ibn
Rushd,
Aristóteles
es un gran Muŷtahid,
pues realiza un esfuerzo de interpretación en el Libro
de la Naturaleza.
Cuando dice esto, Ibn
Rushd
tiene en consideración las Aleyas
Coránicas
donde se señala a la Naturaleza
como parte de la Revelación,
como signos para la gente que razona.
En
un sentido técnico el término Iŷtihad
se
aplica en el Fiqh
(Derecho
Musulmán),
y puede definirse como:
“realizar
la máxima reflexión de que seamos capaces para investigar y
actualizar los estatutos jurídicos de acuerdo con las nuevas
situaciones que concurren en las sociedades musulmanas”.
En la práctica, el Iŷtihad
implica
volver a las fuentes (el Corán
y la Sunnah)
para encontrar nuevas soluciones a nuestros problemas actuales.
En
contra de lo que muchas veces se dice, el Muŷtahid
no
es un experto que deba tener estudios especializados, ni cumplir con
unos requisitos establecidos
a
priori. Esta
es una idea totalitaria, sin fundamento en el Corán
ni en la Sunnah,
y que pretende otorgar el control de la religión a los
"expertos
religiosos".
Por
el contrario, el Iŷtihad
no
es el derecho de unos pocos, sino una obligación para todo musulmán
y musulmana.
Entonces,
¿cual es el papel de los Ulemas?
La postura tradicional en el mundo islámico es la de consultar a
estos en las materias que el creyente tiene dudas. Cada uno puede
consultar a cuantos Ulemas
considere oportuno en orden a clarificar sus dudas sobre cualquier
aspecto de la religión. También puede acceder directamente a los
textos (el Corán
y la Sunnah)
y prescindir por completo de los Ulemas.
El acceso directo a las fuentes es algo asequible a todos los
creyentes, lo cual garantiza el ejercicio libre del Islam.
En ningún caso el creyente está obligado a aceptar como un dogma la
postura de ningún Ulemas,
por prestigioso que sea.
El
Iŷtihad
es
obligatorio, pues implica la responsabilidad del creyente, en orden a
cumplir con sus obligaciones ante Allah
(SWT).
Cada uno es únicamente responsable de si mismo, con lo cual delegar
el Iŷtihad
está prohibido.
Sobre
esto, vale la pena citar a Ibn
Hazm
de Córdoba,
el gran Jurista
Andalusí:
No
está permitido a ningún hombre imitar (Taqlid)
a cualquier otro, vivo o muerto, porque cada uno está obligado a
realizar, en la medida de sus posibilidades, un Iŷtihad
(…)
Aquellos
que pretenden que es admisible desde el punto de vista de la religión
que un hombre del pueblo (un ciudadano) reproduzca ciegamente la
posición de un jurisconsulto (Mufti),
están perfectamente equivocados y no están acreditados por ningún
texto del Corán,
ni por la Sunnah,
ni por el consenso (Iŷmâ’).
Su punto de vista no puede ni siquiera ser justificado por
razonamiento analógico (Qiyâs).
(…)
El Iŷtihad es igualmente un método de elaboración del derecho, pero para las Escuelas Jurídicas (Madhab) Sunitas, el tiempo del Iŷtihad terminó en el siglo X con la constitución de las cuatro grandes escuelas de derecho y un Califa Abasida cerró las “puertas del Iŷtihad”. En principio un musulmán puede declarar su adhesión a una de las escuelas jurídicas y practicar el Taqlid. Sin embargo en las condiciones de la vida moderna, fuentes cercanas a los Ulemas tienen la tendencia a reivindicar la re-apertura del Iŷtihad.
El Califato Abasí (750-1258), llamado también Califato Abásida, fue una Dinastía Califal fundada en 750 por Abû al-Abbâs, descendiente de Abbâs, tío de Muhammad (SAWS), que se hizo con el poder tras eliminar a la Dinastía Omeya
y
trasladó la capital de Damasco
a Bagdad.
Bagdad
se convirtió en uno de los principales centros de la civilización
mundial durante el califato de Harûn
al-Rashid.
En
el orden cronológico de aparición, tenemos las siguientes Escuelas
Jurídicas Sunitas:
1.-
La
Escuela
Hanafi:
fundada por Abû
Hanîfa Annu‘mân
(80-150
AH),
esta escuela apareció en Irak,
en la ciudad de Kufa,
y se difundió en Bagdad.
Adoptó los métodos de su fundador y las de sus maestros después de
él como Abû
Yûsuf
y Abû
al-Hassan.
Sus fundamentos comprenden, además del Coran
y de la Sunnah,
el Istihsân,
al
‘urf
(la costumbre) y qawl
as-Sahâbî
(las palabras de los compañeros del Profeta
(SAWS)).
Esta escuela está caracterizada principalmente por la utilización
de la razón y de la opinión: Ar-ra’y.
Está considerada la escuela la más literal, dado que el contexto de
su aparición está relacionado con una sociedad muy compleja y con
muchas nuevas necesidades. Se difundió hoy en día en Afganistán,
en India,
en Turquía,
en Irán,
en Siria,
en Rusia
y en la China.
2.-
La
Escuela
Maliki:
fue fundada por Mâlik
ibn Anas
(93-179
A.H)
(el Sabio
de Medina
como lo había augurado el Profeta
(SAWS).
Aparecida en Medina,
esta escuela hace hincapié en el aviso de los compañeros del
Profeta
(SAWS)
y en la práctica de los Medinenses
(‘Amal
Ahl al-madina),
estos siendo los descendientes de los compañeros del Profeta
(SAWS).
También da mucha importancia a las costumbres de la sociedad
mientras no contradicen la Ley
Divina,
así como al establecimiento de normas jurídicas a partir del
interés general de la sociedad, llamado al-Masâlih
al-Mursala.
El Imâm Mâlik era famoso por su narración del Hadîz, está considerado uno de los mejores de esta disciplina.
Las obras de referencia de esta escuela son, entre otras, el Muwatta (la vía hecha fácil) (primera compilación de Ahadîz y de Fiqh en el Islam) del Imâm Mâlik y la Mudawanna, una compilación de avisos jurídicos de Mâlik que compiló su alumno Sahnûn ibn Saïd at-Tanûkhî. La mayoría de los discípulos del Imâm Mâlik se fueron a África del norte y a España. Esta escuela se difundió en Andalucía, en África del norte, en el Mali, en Senegal, en los Emiratos, en Sudán y en el Khurâsân.
El Imâm Mâlik era famoso por su narración del Hadîz, está considerado uno de los mejores de esta disciplina.
Las obras de referencia de esta escuela son, entre otras, el Muwatta (la vía hecha fácil) (primera compilación de Ahadîz y de Fiqh en el Islam) del Imâm Mâlik y la Mudawanna, una compilación de avisos jurídicos de Mâlik que compiló su alumno Sahnûn ibn Saïd at-Tanûkhî. La mayoría de los discípulos del Imâm Mâlik se fueron a África del norte y a España. Esta escuela se difundió en Andalucía, en África del norte, en el Mali, en Senegal, en los Emiratos, en Sudán y en el Khurâsân.
3.-
La
Escuela
Shâfi‘i:
fue fundada por Muhammad
ibn Idriss Ash-Shâfi‘î
(150-204
A.H)
que vivió en Meca,
después en Irak,
y que finalmente se mudó a Egipto.
Aprendió el Fiqh
según la Escuela
Maliki
y después según la Escuela
Hanafi.
Su Escuela
se posicionó entre la Escuela
Hanafi
que prima la opinión personal (Ar-Ra‘y),
y la Escuela
Maliki
que se basa esencialmente en la Sunnah.
Para el Imâm
Ash-Shâfi‘i,
la Sunnah
está valorizada como fuente de derecho y se le da una gran
importancia al consenso de toda la comunidad (Ijmâ‘).
Esta Escuela
se difundió en Egipto,
en el Kuwait,
en el Yemen
y en algunos países de Asia
así como Indonesia,
Malasia
y Tailandia.
4.-
La
Escuela
Hanbali:
fue fundada por Ahmad
ibn Hanbal
(164-241
A.H).
Nació prácticamente del conflicto que oponía Ibn
Hanbal
a los Mu'tazili
(racionalistas helenistas un tanto intolerantes) y a las autoridades
políticas que sostenían entonces los Mu'tazili.
La reputación de Ibn
Hanbal
se forjó durante estos acontecimientos durante los cuales fue
perseguido y encarcelado sin negar nunca. El Imâm
Ibn
Hanbal
está considerado por muchos Ulema
(sabios de la Ley) un tradicionalista (hombre del Hadîz)
más que un jurista. Ibn
Hanbal
no estaba de acuerdo con su maestro Ash-Shâfi‘î
con respecto al uso de la opinión personal. Primó antes de todo el
Hadîz
del Profeta
(SAWS)
al cual consagró una compilación llamada “Al-Musnad”
que comprende aproximadamente 40.000
Ahadîz.
Esta Escuela
adopta la interpretación aparente (Zâhir)
del Coran
y de la Sunnah
y niega el razonamiento por analogía excepto en casos raros.
Pues
Ibn
Hanbal
desconfiaba del Ra‘y
(opinión personal) y del Qiyâs
(analogía), siendo que, según él, habían abierto la puerta a la
Herejía
Mu'tazili,
fuente de innovaciones pecadoras y de división de la comunidad.
Esta
Escuela
se desarrolló y sus misioneros llevaron su Madhhab
hasta en comarcas lejanas, en el norte de Irán
donde iba a nacer el Sheikh
Abd
al-Qâdir al-Jilânî
(muerto en 1.166
después de Cristo).
Ibn
Taymiyya
y su discípulo Ibn
Al-Qayyim
eran los principales defensores de esta Escuela.
La visión de Ibn
Taymiyya
es muy diferente de la del fundador Ibn
Hanbal.
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