El Adân
o llamada a la oración fue instaurada en el 1º año de la Hégira.
Cuando el sello de los Profetas,
Muhammad
(SAWS)
se estableció en Medina,
la gente tenía dudas acerca del momento de la oración (Salât).
Los musulmanes se reunieron para decidir cual sería la modalidad de
anunciar los tiempos del rezo, algunos sugirieron el uso de la
Campana,
a lo que el Profeta
(SAWS)
dijo: “Es de los Cristianos”,
otros dijeron el sonido del Cuerno
y el Profeta
(SAWS)
dijo: “Es de los Judíos”,
otros dijeron el Tambor
y el Profeta
(SAWS)
dijo: “es de los Bizantinos”,
otros propusieron el Fuego,
al o que el Profeta
(SAWS)
dijo: “es de los Mazdeos”.
Ese día no se llegó a una conclusión favorable y este asunto le
preocupaba al Profeta
(SAWS).
Abdullah
ibn
Záid
vió en sueños a un ángel que le indicaba como llamar a la oración,
dictándole las bellas frases que componen al Adân
y la
Iqâma;
al otro día se lo informó al Profeta
Muhammad
(SAWS)
quien estuvo muy complacido y contó con el consenso de todos.
El Adân
anuncia el tiempo de la oración y la Iqâma
indica el momento exacto de comienzo de la oración, la Iqâma
se realiza con posterioridad al Adân
y debe haber un intervalo de tiempo entre ambos.
El Adân
es un claro llamado al Tawhîd
(Lâ
Ilâha Illâ Allah)
(creencia en la unicidad absoluta de Allah
(SWT)),
es por eso que cada vez que se alza, se manifiesta el rechazo del
Islam
por todo tipo de asociación de algo o alguien con Allah
(SWT)
y por la Idolatría
(Sirk),
el Paganismo
y la Superstición.
Esto quedó más que
evidenciado en la liberación o Conquista
de Meca.
Una vez el Mensajero
de Allah
(SAWS)
hubo entrado en la ciudad y limpiado de los Ídolos
y fetiches que eran adorados en vez de Allah
(SWT),
le ordenó a su Muecín,
Bilal,
que Allah
(SWT)
esté complacido con él, que subiera al techo de la Ka‘ba
e hiciera el Adân.
Esta voz fue el anuncio que se les dio a los de la Tribu
de Quraish
y a todos los que adoraban deidades con o diferentes a Allah
(SWT),
de que una nueva era había iniciado, la era de la creencia en la
unicidad absoluta de Allah
(SWT),
de justicia e igualdad entre todos los seres, pues nada ni nadie es
más que Allah
(SWT),
Quien
está por encima de todo y de todos.
El Islam
rompió con todos los prejuicios que las tradiciones había
instaurado. Cuando Bilal,
que Allah
(SWT)
esté complacido con él, subió al techo de la Ka‘ba
y entonó el Adân,
hubo quienes se resistieron a este nuevo orden. Vemos que uno de
estos Politeístas
adorador de las tradiciones antiguas dijo: “¡Qué le pasa a
Muhammad
(SAWS)!
¿No encontró a otro más que a este cuervo negro como pregonero?”,
y otro asintió diciendo: “Alabado sea Allah
(SWT)
que se llevó a mi padre antes de que viera este día”. Estos
enunciados representan la razón por la que, durante casi 20 años,
Quraish
trató de eliminar de la existencia al Islam
y sus seguidores. Pero cuando de la verdad se trata, la falsedad se
desvanece y relega.
Bilal,
que Allah
(SWT)
esté complacido con él, no fue el único Muecín
que tenía el Mensajero
de Allah
(SAWS),
pero pasó a la historia como el representante del Adân.
Cuando el Profeta
(SAWS),
falleció, Bilal
dejó de hacer el Adân
y prefirió embarcarse en las legiones liberadoras que abrieron
nuevos caminos al Islam
en el mundo. Así fue como llegó a Damasco,
que cuando fue liberada, el mismo Califa,
‘Umar
Ibn al-Jattâb,
que Allah
(SWT)
esté complacido con él, se dirigió a hacia ella. Estando allí, le
pidió a Bilal
que entonara una vez más el Adân,
cuando alzó su voz, todos los presentes no pudieron frenar su
llanto, pues recordaron los maravillosos días vividos junto al
Profeta
(SAWS).
El Adân
se realiza desde los Minaretes
de las Mezquitas
para que la gente de la zona conozca los momentos de la oración y el
Muecín
es quien realiza la llamada.
“Allâhu
Akbar,
Allâhu
Akbar”
se convirtieron en frases que llenaban de ánimo a los musulmanes y
los motivaba a llevar el Islam
a todo rincón de la tierra que les fuera posible. Este fue el
“eslogan” que hacía que los enemigos de la verdad temblaran y
huyeran al escucharlo. Por él los musulmanes, cada vez que llegaban
a una ciudad o población nueva, se ocupaban inmediatamente en
construir la Mezquita
con el Minarete
que le permitiera a al Muecín
elevar la voz de la verdad. Por esta razón, es que siempre que hubo
una invasión y agresión de fuerzas enemigas, los primeros objetivos
en destruir eran los Minaretes.
Claro que este no fue el caso de los Tártaros,
quienes una vez mataron a todos los musulmanes que se les
atravesaron, usaron los Minaretes
para que se alzara el Adân.
Cuando el llamado sonó, luego de su ataque, los musulmanes que
estaban escondidos salieron pensando que ya estaban seguros, pues el
Adân
era anuncio de buenas nuevas para ellos; sin embargo, a la espera
estaban estos asesinos despiadados que buscaban acabar con todos
ellos.
El Adân
expresa la esencia pacífica, tolerante y moderada del Islam.
Es una invitación abierta que llama a todos los seres a la sumisión
a la voluntad de Allah
(SWT)
Es aconsejado por la Sunnah
(Tradición
Profética)
recitar el Adân
en el oído derecho del recién nacido y la Iqâma
en el oído izquierdo.
Dice Allah
(SWT)
en el Sagrado Corán:
“¡Vosotros
que creéis! Cuando se llame a la oración del Viernes
[Al-Ŷum‘a],
acudid con prontitud al recuerdo de Allah
y dejad toda compraventa; eso es mejor para vosotros, si supierais”.
(El
Viernes
62: 9)
Allâhu
Akbar
(Allah
es más grande)
- dos
veces
Ash
hadu an la ilaha il-la Allah
(Testifico
que no hay más que un Dios)
- dos veces
Ash
hadu anna Muhammadan Rasul Allah
(Testifico
que Muhammad es mensajero suyo)
- dos veces
Hayya
'ala as salah
(Venid
a la oración)
- dos veces
Hayya
'ala al falah
(Venid
a la victoria)
- dos veces
Assalat
jairun min annaum
(La oración es mejor que dormir -Esta frase solo se pronuncia en la
oración de la mañana-) - dos veces
Allâhu
Akbar
(Allah
es más grande)
- dos
veces
La
ilaha il-la Allah
(No hay dios sino el
Dios) - una vez
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