El Infierno
que presenta el Islam,
llamado
Ŷahannam,
es realmente terrorífico
y el
Árbol
del Zaqum
contribuye a los sufrimientos de los condenados.
¿Habías oído
hablar de este macabro árbol?
El
Zaqqûm
es un árbol terrorífico,
muy alejado de otros árboles mitológicos. Es en el Corán
dónde
lo encontramos mencionado varias veces y las descripciones sobre él
y sus efectos sobre los condenados son pavorosas.
El
Corán
dice que
el Zaqqûm
existe únicamente en el Infierno.
Los condenados
necesitan comer
y lo único que tienen a su disposición son los frutos de ese árbol.
La fruta
es amarga, espinosa y despide un olor nauseabundo,
pero los que están sufriendo la pena del Infierno
sienten un hambre desmedida que los hace enloquecer y se ven
impelidos a engullir sus frutos. Una vez los han comido
sus rostros se desprenden y se les da a beber un brebaje hirviendo.
La
mezcla hace que sus
cuerpos se quemen por dentro,
desde el estómago ardiente, como si hubieran bebido petróleo y se
desintegren entre horribles sufrimientos. Primero salen
los líquidos corporales
y luego los
cuerpos se desgarran hasta quedar convertidos en un montón de carne
y huesos.
El fuego infernal en el que se queman los restos
invierte el proceso
y el condenado queda en situación
de volver a empezar,
una y otra vez, en un suplicio
eterno
su macabra relación con el Árbol
de Zaqqûm.
El Corán
dice:
“¿Qué
es mejor hospedaje, ésto o el árbol del Zaqqûm? Lo hemos hecho
como castigo
[fitna]
para
los injustos. Es un árbol que brota de la raíz misma del Yahîm,
cuyos brotes parecen cabezas de demonios. De él comerán y se
llenarán el estómago. Y además tendrán una pócima de agua
hirviendo. Luego, su lugar de destino será el Yahîm”
(Los
que se ponen en Filas 37: 62-68)
“No
tendrán más alimento que un espino ponzoñoso
[darî’u].
Que ni nutre ni sacia el hambre. Ese día habrá rostros dichosos”.
(El
Envolvente 88: 6-7)
“Ciertamente
el árbol de Zaqqûm, será el alimento del malvado. Cual metal
fundido, se derretirá en sus vientres como el hervor del agua
hirviendo”.
(El Humo 44:
43-46)
“Luego
vosotros, los extraviados, los que negasteis la verdad,comeréis del
árbol de Zaqqûm, con el que llenaréis
vuestros
vientres. Y sobre ello beberéis agua hirviendo,beberéis como bebe
el camello enfermo que no puede calmar su sed. Éstos serán sus
presentes el día de la Retribución”.
(Lo que ha de
Ocurrir 56: 51-56)
Algunos eruditos apoyan la
teoría de que las semillas que hacen crecer al Zaqqûm
son los males hechos por los hombres pecadores y frutos del árbol no
son otra cosa que el fruto de las malas acciones realizadas a lo
largo de la vida.
Varias plantas existentes en
países de religión tradicionalmente musulmana como Sudán
Oriental o
Jordania
han nombrado árboles de su flora autóctona como “Zaqqûm”,
ya sea por lo amargo de sus frutos o savia o por otros diferentes
motivos.
El Profeta
(SAWS)
dijo:
“Si el fruto de Zaqqum
llegase a caer en esta tierra, las personas de la tierra y sus
pertenencias serían destruidas. Por lo tanto ¿Cómo será para
alguien tener que comerla?”. (At-Tirmidî)
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