A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) promovía los buenos modales; solía decir: “Los que se sienten más cerca de mi en el Día de la Resurrección serán los de mejores Modales”. (Modales: Ética esas son las claves, él no dijo: Quienes tengan la barba más larga, así que tomad nota los que quieran estar cerca del Al-Habib, El Amado, (Salallahu Alaihi Wa Salam))
El Sagrado Corán rindió testimonio de que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) era el mejor ejemplo para los modales nobles: Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) le dijo: “Ciertamente que tu tienes un gran comportamiento” y dijo el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam): “Por cierto que fui mandado para completar los Buenos Modales”.
Era la persona de Mejores Modales. ‘Â’isha fue preguntada acerca de los Modales del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam); respondió: “Sus Modales eran los de El Corán”.
Otra muestra de su buen comportamiento era que cuando llegaba a la puerta de alguien nunca se paraba en frente de esta sino que se quedaba a un lado para no ver a los que estaban adentro; siempre llegaba de un lado y decía antes “As-Salâmu ‘Aleikum” (que la paz sea sobre ustedes, saludo de los Musulmanes (Muslimun)).
Su regla al tratar con la gente era la Palabra de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala): “No se equipara obrar el bien con obrar el mal. Si eres maltratado responde con una buena actitud (sabiendo disculpar), y entonces verás que con aquel con quien tenías una enemistad, se convertirá en tu amigo ferviente”.
Era de lo más paciente, tolerante y generoso. Un Beduino llegó y lo jaló de su capa con fuerza, luego le dijo: “¡Dame de los bienes de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) que tienes!”. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) se rió y le dio pues nunca rechazaba al que pedía.
La costumbre más odiosa para él era la mentira.
Le gustaba hacer las cosas empezando por la derecha, siempre que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) le daba a elegir entre dos cosas el escogía lo mas sencillo siempre que no sea una falta.
Cuando se trataba del pecado era la persona que más se alejaba y le decía a sus Discípulos: “Den buenas nuevas y no atemoricen a la gente, faciliten y no dificulten”.
Era muy humilde siempre se sentaba donde empezaba la gente a sentarse, aunque le tocase quedarse atrás. Siempre saludaba él primero. Cuando le venían visitas se levantaba para solucionar su problema y les acompañaba por el camino. Si alguien lo tomaba de la mano sostenía el saludo hasta que el otro lo soltaba.
Visitaba a la gente enferma y asistía a los funerales. Solía preocuparse por sus Discípulos y oír su opinión hasta que cada uno de ellos pensaba que era el más querido por el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam).
Solía saludar a los niños y conversar con ellos; hacía bromas con ellos y cargaba a los más pequeños y los mimaba. Una vez estaba el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) besando a sus nietos Al-Hasan y Al-Hussein y fue visto por un Beduino que le preguntó sorprendido: “¿Ustedes besan a sus niños?”. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) le respondió: “Si”. El Beduino dijo: “Nosotros, en cambio, nunca lo hacemos”. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) le dijo entonces: “Al que no es misericordioso no se le tendrá misericordia”. Solía decir: “Sean misericordiosos con los de la tierra y El que esta en el cielo lo será con ustedes”.
Nunca golpeó a una mujer ni a un sirviente. Era la persona que más evitaba enojarse y la más rápida en complacerse. Era el más considerado con la gente, el más útil y benefactor.
Solía lavar los recipientes para que beba un gato y decía: “Una mujer entró al Infierno por un gato. Lo encerró sin darle de comer ni soltarlo para que cace los bichos del suelo”.
Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) atestiguó en El Sagrado Corán que Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) fue enviado como clemencia para los mundos.
“Y no te hemos enviado sino como una Misericordia para todos los mundos”. (Los Profetas 21: 107)
El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) mismo dijo: “Por cierto que he sido enviado como clemencia y no como castigo”.
Era el mejor ejemplo en todo: Hasta en su casa con su familia. Siempre fue tierno y clemente con ellos; los mimaba y bromeaba con ellos. Hizo carreras con su esposa y ella le ganó luego ella lo desafió a correr y el le ganó, luego le dijo “esta va por aquella”, otra vez, solía decir: “El mejor entre ustedes es el mejor con su familia y yo soy el mejor con mi familia”.
Le gustaba mucho usar perfume y cepillarse los dientes. Era tan humilde que el mismo se zurcía la ropa y remendaba su calzado.
Anas Ibn Mâlik dijo: “Serví al Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) por diez años; nunca dijo: ¡Uf! Y nunca dijo por nada ¡por qué no lo hiciste así lo hubieras hecho así!”.
El Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) nunca fue grosero ni brusco era suave y majestuoso. Temía mucho a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y le pedía perdón más de setenta veces al día. Solía decir: “Soy el que más conoce a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) entre ustedes y soy el que más temor le tiene entre ustedes”.
Y decía también: “Si supieran lo que yo sé reirían poco y llorarían mucho”. Rara vez iba más allá de una sonrisa y cuando reía no lo hacía a carcajadas.
Que la paz de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sea con el, y con su familia.
Quien desee ser un buen Musulmán (Muslim), que imite el ejemplo del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam). El hablaba poco y hacía mucho.
¡Ciertamente, el fue misericordia para TODOS! Musulmanes (Muslimun), Judíos, Cristianos, niños, mujeres, hombres, animales, ricos, pobres, huérfanos, Creyentes (Mu‘minin), Incrédulos (Kuffâr) … Hasta con sus enemigos cuando tuvo el poder de castigar.
La pregunta que se impone para cada persona que se considera Musulmán Creyente (Muslim Mu‘min) en este Siglo y en el lugar en el que le ha tocado estar, es: ¿Eres misericordia para los demás como lo fue el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam)? O en cambio eres un castigo (para ser suaves) para los demás?
El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) fue un hombre real, no una fantasía creada en un cuento. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) fue realidad y nos enseñó a ser reales a través de El Corán y de su Sunnah, me refiero a la Sunnah de verdad no a la Sunnah de pelos, telas, colores y palillos… La Sunnah de sus modales, su ética, esa que sólo unos poquísimos imitan. ¿O somos realidad como el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) o nos convertimos en una mera etiqueta?
¡Tú eliges !
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.