A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
Gloria a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), y alabado sea Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), no hay más Dios que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)
Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) es el más grande, Gloria a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y alabado sea Él, Gloria a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) el Grande, no hay fuerza ni poder sino con Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), le pido perdón a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y me arrepiento ante Él.
¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! La paz y las bendiciones sean con nuestro Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam), no hay Dios sino solo Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) que no tiene compañero.
A Él pertenece el reino y Su alabanza, y Él es sobre todas las cosas, Poderoso. Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) me basta. No hay más Dios que Él. Confío en Él y Él es el Señor del Gran Trono.
Tu luz si la oscuridad desciende, oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), sálvame de Tu castigo el Día en que Tus siervos resuciten. ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Perdóname a mí y a aquellos a quienes he ofendido y agraviado. ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Perdónanos. El amor de cada buena acción me acerca a tu amor.
¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Si cometo un pecado que impide mi gozo y la respuesta a mis Súplicas, perdóname, ¡Oh Señor!, ¡Oh Señor!, Límpiame de todos los pecados y cambia mi condición a un estado al que me amas, oh Señor, Tu poder es más fuerte que el debilidad de mi engaño y tu Tu misericordia es más ancha que mi ansiedad.
Fortalece mi corazón, ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Te encomiendo mi mandato, y confío en Ti, que no me fallarás, que me darás mi petición, ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Busco tu perdón hasta estar satisfecho, ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Te pido perdón hasta que respondas, ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Te pido perdón hasta que fuerces mi corazón.
¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Haznos entre aquellos que han aumentado la cercanía a Ti y quitado las desgracias del mundo. ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! No nos hagas nada difícil, y concédenos la suerte del mundo y la dicha del Más Allá (Âjira). ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! He confiado en Ti y te he entregado mi orden, no hay refugio sino en Ti.
¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Te confío un sueño que mi corazón desea y ocupa mis pensamientos, la pobreza de mis ojos. ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Hazme llorar de alegría por un sueño que pensé que era imposible, así que lograr por el bien de la Sura Yâsîn, Sura La Vaca, Sura Muhammad y Sura La Familia de ‘Imrân para deleitar el corazón de todos los que entraron, porque es una palanca beneficiosa y un tesoro de los tesoros del Paraíso”.
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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