A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
Alabado sea Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), Quien nos guió (agraciándonos con la Fe (Îmân)) y no hubiéramos podido encaminarnos de no haber sido por Él. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), Único, sin asociados. Atestiguo que Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) es Su siervo y Mensajero. ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Bendice a Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam), su familia, sus compañeros y todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.
¡Hermanos y hermanas en el Islam! Tengan temor de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), pues la Piedad (Taqwa) es la mejor provisión. Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice en El Sagrado Corán:
“¡Vosotros que creéis! Temed a Al-lâh como debe ser temido y no muráis sin estar sometidos [es decir, no muráis sin ser Musulmanes]”. (La Familia de ‘Imrân 3: 102)
También dice Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) en El Sagrado Corán:
“¡Hombres! Temed a vuestro Señor, Quien os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres. Y temed a Al-lâh, por Quien os pedís unos a otros [es decir, en nombre de Quien os pedís, o podéis pediros, unos a otros], y respetad los lazos de sangre. Realmente, Al-lâh os observa continuamente”. (Las Mujeres 4: 1)
¡Hermanos! La Familia Musulmana es la semilla de una sociedad virtuosa, porque si se logra la Piedad (Taqwa) del individuo se logra la de la Familia, y así la de la sociedad que conforma. El Islam se preocupa por la salud de la Familia y establece bases para conformarla. Propone medios para que perdure la unión de la Familia y su armonía, para que convivan en el amor y la misericordia, Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“Y uno de Sus signos es que creó esposas sacadas de vosotros mismos, para que encontrarais sosiego en ellas, y puso entre vosotros amor y Misericordia; realmente, en eso hay signos para gente que reflexiona”. (Los Bizantinos 30: 21)
Para que la Familia viva en una unidad de sentimientos y ternura, Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“Se os ha permitido la noche del día de ayuno tener relación sexual con vuestras mujeres: Ellas son un vestido para vosotros, y vosotros lo sois para ellas. Al-lâh supo que os traicionabais a vosotros mismos, se volvió a vosotros con Su favor y os perdonó; así pues, ahora uníos con ellas y buscad lo que Al-lâh ha escrito para vosotros [en El Corán]. Comed y bebed hasta que distingáis el hilo negro [de la noche] del hilo blanco de la aurora; luego completad el ayuno hasta la noche. Pero si hacéis retiro en las Mezquitas, no vayáis a cohabitar con ellas mientras éste dure. Estos son los límites de Al-lâh, manteneos alejados de ellos. Así aclara Al-lâh Sus signos a los hombres. Tal vez sean temerosos”. (La Vaca 2: 187)
El Sagrado Corán explica que los cónyuges se complementen entre sí:
“Él es Quien os creó a partir de un solo ser, del que hizo a su pareja para que encontrara sosiego e intimidad en ella. Y después de cubrirla, quedó embarazada con una carga ligera que llevó consigo hasta que se hizo pesada y entonces ambos pidieron a Al-lâh, su Señor: ¡Si nos das un hijo justo, estaremos siempre agradecidos!”. (Al-A‘râf 7: 189)
El concepto de Familia en el Islam se edifica sobre la mutua comprensión, la consulta, la aceptación del otro tal cual es y el deseo de satisfacer las necesidades del prójimo.
El Sagrado Corán evidencia estas pautas sublimes, por ejemplo cuando llega el momento de la lactancia del hijo:
“Las madres deberán amamantar a sus hijos durante dos años completos, si se desea completar la lactancia. Sustentarlas y vestirlas es responsabilidad del progenitor, según lo que es reconocido. A nadie se le obliga sino en la medida de su capacidad. Ninguna madre deberá ser perjudicada a causa de su hijo ni tampoco ningún padre [porque el Padre le impida Amamantarlo o por el contrario, la obligue a hacerlo; o en el caso de ella, por negarse a Amamantarlo, etc. Y en general, cualquier perjuicio que uno ocasione al otro a causa de los Hijos]. Y la misma obligación corresponde al heredero [entiéndase Heredero del Padre, es decir, el Tutor del Huérfano (Yatîm). Y la obligación se refiere a lo que se menciona al principio de la Aleya]. No hay falta si ambos, de común acuerdo, desean destetarlo. Y si queréis que alguien amamante a vuestros hijos [por imposibilidad de la Madre], no hay falta en que paguéis por ello [a una Nodriza], según lo que es reconocido. Temed a Al-lâh y sabed que Al-lâh ve lo que hacéis”. (La Vaca 2: 233)
La construcción de la Familia, comienza desde el momento mismo que se busca o analiza un posible cónyuge. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) aconsejó tanto a hombres como a mujeres, qué es lo que deben buscar y analizar.
En el caso de los hombres dijo: Narró Abû Huraira que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “Se buscan cuatro características en una mujer con objetivos de Matrimonio (Nikâh): Riqueza, linaje, belleza física o religión. Escoge por su religiosidad, y serás bendecido”. (Al-Bujârî y Muslim)
En el caso de las mujeres dijo: “Si se os presenta alguien con cuya religión y buen carácter están satisfechos, entonces concreten el Matrimonio (Nikâh)…”. (Hadîz Hasan narrado por At-Tirmidî)
La Familia que busca la felicidad y la estabilidad, construye su vida en el respeto a los derechos del cónyuge, el buen trato, los buenos sentimientos, el amor y el cuidado de la unión. Cuando se vive con esta actitud, ambos esposos encuentran la paz y el sosiego que hace mención El Corán.
Pero si una Familia se relaciona sobre lo opuesto a estas actitudes, rápidamente se irá desgastando y el amor se irá disolviendo.
Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), el Sapientísimo, Quien está enterado de todo, sabe que en ocasiones las Familias pasan por momentos difíciles y discusiones, y allí Shaytán (Satanás) encuentra una brecha para intenta destruir las Familias, por eso, El Sagrado Corán guía los sentimientos para que los integrantes de la Familia alcancen nuevamente la paz y la tranquilidad. Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“¡Vosotros que creéis! No os está permitido heredar a las mujeres por la fuerza, ni que les pongáis impedimentos para llevaros parte de lo que les distéis [es decir que les impidáis casarse o las maltratéis para forzarlas a que os compren el Divorcio (Talâq) dándoos sus Dotes. La opinión más fundamentada sobre esta Aleya es la que hace alusión a la situación de la Mujer en la Época Pagana (Ŷahilîya), la cual, al morir su Marido, pasaba a depender de los Parientes y allegados de éste que tenían derecho a casarse con ellas, sin respetar su voluntad ni darles Dote (Mahr) alguna, o que incluso podían impedirles casarse. En este sentido la expresión “Heredar” significa pasarse las Mujeres de uno a otro. También alude a algunos Hombres, que sin cumplir con sus obligaciones conyugales, retenían a las Mujeres contra su voluntad y sin permitirles el Divorcio (Talâq), solo para heredar de ellas], excepto que hayan cometido un acto probado de indecencia. Convivid con ellas según lo reconocido y si os disgustan, tal vez os esté disgustando algo en lo que Al-lâh ha puesto mucho bien”. (Las Mujeres 4: 19)
El Imâm Ibn Kazír dijo que significa: “Tener Paciencia (Sabr) con la esposa en los momentos difíciles y no recurrir (pronto) al Divorcio (Talâq), a pesar de no sentirse plenamente a gusto, trae gran beneficio en esta vida y en la otra”. Y esta enseñanza es obviamente aplicable a los dos esposos.
Puede que una persona ignorante siga simplemente sus pasiones y así destruya si propia vida cuando cambia el amor y la misericordia por sus caprichos. Esa actitud es una advertencia y el comienzo del desmoronamiento de la Familia, las discrepancias pequeñas se convierten en grandes diferencias y se pierde la ternura y la Paciencia (Sabr).
Como en toda Familia, existen momentos de buena relación, y también, momentos difíciles en los que hay desentendimientos y discusiones, pero… ¿cómo nos enseña nuestra religión a afrontar esos momentos?
Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice en El Sagrado Corán:
“Los hombres están a cargo de las mujeres en virtud de la preferencia que Al-lâh ha dado a unos sobre otros y en virtud de los que [en ellas] gastan de sus riquezas. Las habrá que sean rectas, obedientes y que guarden en ausencia de ellos, aquello que Al-lâh manda guardar. Pero aquellas cuya rebeldía temáis [esto es interpretado por muchos comentaristas como certeza, es decir: “Y aquéllas de las que tengáis certeza de su rebeldía”], amonestadlas, abandonadlas en los lechos, y pegadles; pero si os obedecen no busquéis ningún medio contra ellas. Al-lâh es siempre Excelso, Grande. Y si teméis una ruptura entre ellos, nombrad un árbitro de la familia de él y otro de la familia de ella. Y si quieren reconciliarse, Al-lâh propiciará su reconciliación. Ciertamente, Al-lâh que es Quien sabe y conoce lo más recóndito”. (Las Mujeres 4: 34-35)
¡Cuántas Familias hemos visto derrumbarse en sus comienzos como resultado de la falta de consideración y entendimiento!
Muchos investigadores concuerdan en que la separación es el motivo principal del desvío y de la mala conducta; por ello es que la Familia debe procurar cuidarse antes de que se produzcan rupturas, indudablemente la vida no siempre es impecable, sino que está expuesta a momentos de felicidad y otros difíciles, pero debemos tener presente que en este mundo todas las cosas, por pequeñas que fuesen, suceden por la Sabiduría de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala).
¿Cuál es la función de la Familia Musulmana?
La Familia Musulmana tiene sublimes objetivos: Hacer que se respeten los límites establecidos por Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y buscar la complacencia de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) al construir una Familia Musulmana. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “El Casamiento (Nikâh) es parte de mi Sunnah, aquel que no obra según mi Sunnah no es de los míos. Casaos, que yo estaré orgulloso de que se multipliquen ante las demás comunidades”. (Registrado por Ibn Mâŷah)
La preparación para la crianza de los hijos es una de las funciones de la Familia. Brindarles una buena educación, ya que la Familia es la primera escuela del niño donde aprende las bases de su creencia, los principios del Islam y los valores.
La Familia Musulmana es responsable ante Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) por la crianza de sus hijos en el Islam ¿Está cumpliendo la Familia Musulmana verdaderamente este rol? ¿Está preparada para enfrentar los desafíos que propone una sociedad que contradice en muchos aspectos al Islam? ¿Los hijos reciben de sus padres una educación beneficiosa y un buen ejemplo?
Todo descuido o negligencia en la educación traerá malos resultados en la conducta de los hijos y por ende en toda la Comunidad Islámica: Su desarrollo, su pensamiento y su seguridad.
Ocuparse como es debido es un deber de cada integrante de la Familia y deberán rendir cuentas de ello el Día del Juicio (Qiyamah). El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “Todos son pastores, y son responsables de su rebaño. El Gobernador es responsable de su pueblo. El hombre es responsable de su Familia. La mujer, es responsable de su casa…”. (Al-Bujârî y Muslim)
Es una responsabilidad purificar el hogar de cosas indebidas, hacer cumplir con los preceptos obligatorios a cada miembro de la Familia y exhortarles a realizar las obras recomendables.
Uno de los objetivos principales de la Familia es fortalecer la unión entre los miembros de la misma Familia, que se sientan apegados a los Actos de Adoración (‘Ibâdât), que sientan atracción por los lugares donde hay un Ambiente Islámico, como la Mezquita (Masyid), que es un lugar fundamental para el desarrollo del Musulmán (Muslim). Acudir a la Mezquita (Masyid) en sí brinda una educación de profundo efecto porque siembra en el alma virtudes, valores y buena educación.
Una Familia Musulmana que se construye en la Fe (Îmân) en Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), aferrada a la buena moral, que se mantiene relacionada a la Mezquita (Masyid), puede, con el permiso de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala), hacer surgir sabios, creyentes piadosos, altruistas, líderes sinceros, hombres y mujeres virtuosos, que escriban una página brillante en la historia de las Comunidades Musulmanes en estos países que vivimos.
¡Hermanos y hermanas! Si se destruye la Familia ¿puede sobrevivir una Comunidad (Ummah)? Causa mucho dolor ver Familias que no están cumpliendo con su rol educativo, no transmiten la creencia ni de los ideales de la Fe (Îmân).
La construcción de una Familia en forma correcta no es un asunto fácil, sino que es una gran tarea para la cual se necesita de una preparación y deseo. La Vida Matrimonial no es un juego, no es solamente placer y diversión, sino que implica esfuerzo, responsabilidad y deberes.
Aquel que maltrate a su Familia, o no cumpla con sus obligaciones merece el castigo de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Por ello es que el siervo debe buscar la Piedad (Taqwa) y prepararse para llevar adelante una misión tan importante como conducir una Familia. Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“¡Vosotros que creéis! Guardaos a vosotros mismos y a vuestras familias del Fuego, cuyo combustible serán los hombres y las piedras. Sobre él habrá ángeles duros y violentos que no desobedecerán a Al-lâh en lo que les ordene, sino que harán lo que se les ordene”. (La Prohibición 66: 6)
Que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) nos bendiga con El Grandioso Corán y nos guíe para que Le temamos como Se merece. Y pido a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) que perdone nuestros pecados, pues Él es Absolvedor, Misericordioso.
Hermanos y hermanas en el Islam pidan paz y bendiciones por el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam), tal como Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) nos enseña en El Corán:
“Ciertamente, Al-lâh y Sus ángeles hacen oración por el Profeta. ¡Vosotros que creéis! Haced oración por él y saludadle con un saludo de paz”. (La Coalición 33: 56)
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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