A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
Es una alegación común de los críticos que El Corán es una mera copia de la Biblia; que el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) simplemente plagió “su” libro de las páginas de la Biblia.
Es cierto que el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) recibió El Corán DESPUÉS de que la Biblia llegó a existir; y también es cierto que los libros de la Biblia y El Corán cubren muchos puntos en común. Pero la conclusión de los Críticos Cristianos de que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) había estudiado la Biblia con el fin de copiar sus Versículos para fabricar de alguna manera El Corán es absurda e insostenible por las razones que se analizan a continuación.
La Biblia árabe
Primero, no había una traducción árabe de la Biblia disponible durante la época del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam), como nos informa Ernst Würthwein en su libro, The Text of the Old Testament:
“Con la victoria del Islam, el uso del árabe se extendió ampliamente y para Judíos y Cristianos en las tierras conquistadas se convirtió en el idioma de la vida cotidiana. Esto dio lugar a la necesidad de versiones árabes de la Biblia, necesidad que fue satisfecha por una serie de versiones principalmente independientes”. (Würthwein 104)
Así, las primeras traducciones de la Biblia Hebrea en árabe aparecieron después del advenimiento del Islam. De hecho, el manuscrito más antiguo del Antiguo Testamento en árabe data de la primera mitad del Siglo IX.
¿Y el Nuevo Testamento?
Sidney H. Griffith, quien ha realizado una extensa investigación sobre la aparición del árabe y el Nuevo Testamento, dice que:
“El manuscrito fechado más antiguo que contiene los Evangelios en árabe es el Códice Árabe Sinaí 72 (Sinai Arabic MS 72, en inglés). Aquí el texto de los cuatro Evangelios Canónicos se marca de acuerdo con las lecciones del ciclo temporal del calendario litúrgico griego de la Iglesia de Jerusalén. Un Colofón (nota o imagen impresa al final de un libro en que se indica el nombre del impresor y el lugar y la fecha de la impresión, o alguna otra circunstancia) nos informa que el manuscrito fue escrito por Esteban de Ramleh en el año 284 de los árabes, es decir, en el año 897 d.C.”. (Griffith 131-132)
Y el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) había muerto en la primera mitad del Siglo VII, para ser específico, en el año 632 d.C.
Profeta iletrado
En segundo lugar, sería irónico si el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam), quien era analfabeto, pudiera haber estudiado y asimilado todas las fuentes, Cristianas, Judías, Zoroástricas, Hanif (el término Hanif describe al hombre monoteísta que vive antes de la revelación de El Corán, que ni es Judío ni Cristiano, pero que renuncia al culto de imágenes y de los astros) y antiguas creencias árabes, antes de compilar El Corán. De hecho, su analfabetismo fue reconocido incluso por los enemigos del Islam hace 1.400 años. Y no hay ningún registro de los Árabes Paganos en Meca que acusaran a Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) de fingir ser analfabeto mientras en realidad sabía leer y escribir.
Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) Todopoderoso también respondió a esto en El Corán:
“Antes de él [el Libro] ni leías ni escribía tu mano libro alguno. Si hubiera sido así, los que dicen falsedades habrían tenido dudas. Por el contrario, son signos evidentes en los pechos de aquellos a los que se les dio conocimiento. Solo los injustos niegan Nuestros signos”. (La Araña 29: 48-49)
Sin traducción
En tercer lugar, el idioma de Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) era el árabe y El Corán le fue revelado en árabe. Es El Corán árabe original el que siempre se llama Corán, no cualquier traducción. Pero el idioma del Antiguo Testamento era el Hebreo Antiguo, e ‘Îsâ (Jesús) era un Judío que hablaba Arameo, que era un Dialecto del Hebreo, un idioma semítico oriental.
Los libros del Nuevo Testamento, incluidos los Evangelios, fueron escritos en Griego, un idioma occidental, algún tiempo después de Jesucristo. La Biblia es una colección de escritos producidos en diferentes momentos de la historia y escritos por diferentes escritores.
Las muchas denominaciones del Cristianismo no están de acuerdo con el Canon (la lista de libros aceptados por la Iglesia como autorizados o inspirados por Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)) de la Biblia Cristiana. Algunos de estos libros no son aceptados universalmente.
La Enciclopedia Católica tiene esto que decir sobre el tema:
“La idea de un Canon completo y bien definido del Nuevo Testamento existente desde el principio, es decir, desde los tiempos apostólicos, no tiene fundamento en la Historia. El Canon del Nuevo Testamento, como el del Antiguo, es el resultado de un desarrollo, de un proceso estimulado a la vez por disputas con escépticos, tanto dentro como fuera de la Iglesia, y retardado por ciertas obscuridades y vacilaciones naturales, y que No llegó a su término definitivo hasta la definición dogmática del Concilio Trento”. (“Canon del Nuevo Testamento”)
Existe mucha confusión acerca de los primeros textos existentes de la Biblia. Se cree que el manuscrito más antiguo de la Biblia es el Codex Vaticanus, (conservado en la Biblioteca Vaticana), que es un poco más antiguo que el Codex Sinaiticus (conservado en la Biblioteca Británica), ambos transcritos en el Siglo IV.
En cuanto a la historia de ‘Îsâ (Jesús), hubo al menos 50 Evangelios escritos en los Siglos I y II d.C. Cuatro de ellos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) se incluyeron en el Canon Oficial durante el Siglo IV d.C. y se encuentran hoy en día en cada Biblia. Todas las copias originales de los Evangelios se perdieron. Lo que tenemos ahora son copias escritas a mano, que son un número desconocido de réplicas tomadas de los originales.
Rudolf Bultmann, un destacado profesor de estudios del Nuevo Testamento del Siglo XX, escribe sobre la vida de ‘Îsâ (Jesús):
“Ahora no podemos saber casi nada sobre la vida y la personalidad de ‘Îsâ (Jesús), ya que las Fuentes Cristianas primitivas no muestran interés en nada de ello, además son fragmentarias y, a menudo, basadas en leyendas; y otras fuentes sobre ‘Îsâ (Jesús) no existen”. (Bultmann 8)
El más antiguo de los cuatro Evangelios es el de Marcos y fue escrito entre el 57 y el 75 d.C., según los estudiosos. Los otros Evangelios fueron compuestos mucho más tarde que este, y el último de los cuatro Evangelios (el de Juan) probablemente fue escrito entre 85 y 100 EC. Todos estos Evangelios estaban originalmente en Griego y su autoría es un tema de controversia.
Autorreferencia
La Biblia no contiene autorreferencia; es decir, la palabra Biblia no aparece en la Biblia. De hecho, solo ciertos grupos Cristianos creen que la Biblia, en su totalidad, es la palabra revelada de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). La presencia de tantas contradicciones e ideas evidentemente cuestionables hace que esta afirmación sea insostenible.
En comparación, la afirmación de El Corán de ser el registro de la palabra de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dictada a Su Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) se ve confirmada por los siguientes hechos: El orador en El Corán es Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) hablando directamente al hombre, mientras que los dichos del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam), llamados Ahadîz, están en otros libros. El Corán dice repetidamente que es la palabra de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Tiene autorreferencia; es decir, se nombra a sí mismo 70 veces como El Corán.
Memorización
Las Aleyas de El Corán fueron reveladas al Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) en el transcurso de 23 años de su vida, ya que los eventos en el desarrollo de la religión de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) requirieron guía divina. Tan pronto como el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) recibía estas Aleyas, se los dictó a sus Discípulos, quienes no solo las escribieron, sino que también los aprendieron de memoria.
Había tanta gente que había memorizado El Corán que podemos decir que desde el primer día de su Revelación, El Corán estuvo en las manos y el corazón de la gente.
Antes de la muerte del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam), él mismo escribió, examinó y verificó todo El Corán. A partir de ese momento, se ha mantenido a salvo de la corrupción, ya que varias copias estaban en posesión de los Musulmanes (Muslimun).
No fue posible hacer ningún cambio en sus Aleyas, incluso si alguien quisiera hacerlo, porque se conservó una copia estándar. Además, tantos Musulmanes (Muslimun) habían memorizado El Corán que habrían reconocido cualquier cambio. Además, Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) ha prometido en El Corán:
“Ciertamente, Nosotros hemos revelado el Recuerdo, y Nosotros lo preservamos”. (Al-Hiŷr 15: 9)
En el momento de la muerte del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam), varios de sus Compañeros ya habían reunido las porciones de El Corán en un volumen. Fue durante la época del primer Califa (Jalifa), Abû Bakr, que se nombró a un destacado Erudito y Escriba del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam), Zaid ibn Thabit, para que compilara una versión oficial. Después de un minucioso trabajo, preparó la Colección Oficial (Mushaf).
Incorruptibilidad
Una de las principales razones de la continua incorruptibilidad de El Corán es que se ha conservado en su idioma original, a diferencia de la Biblia. Nadie en el Mundo Musulmán jamás pensó en reemplazarlo con una traducción. Por lo tanto, El Corán que tenemos hoy es el mismo Corán que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) recibió de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala). Su autenticidad por lo tanto es intachable.
Uno de los milagros de El Corán, que fue revelado hace 14 Siglos, es el hecho de que puede ser leído y entendido por las personas de habla árabe que viven en la actualidad. Cada idioma sufre cambios a medida que pasa el tiempo, y uno o doscientos años es suficiente para que un idioma experimente cambios sustanciales. Así, cualquiera que conozca los rudimentos de la historia de las lenguas sabe que lógicamente debería ser imposible para los pueblos de habla árabe de hoy leer y comprender un libro de 14 Siglos de antigüedad.
Y sin embargo, cada día, cada hora, cada minuto, de hecho, cada segundo de las 24 horas de los 365 días de cada año de los Siglos pasados ha estado vivo con la lectura y el estudio de las Aleyas Coránicas. Y continúa hacia el futuro. El volumen y alcance del mismo se multiplicó de todas las formas imaginables con la llegada de la multimedia. Esto comenzó en la época del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) y ha continuado incesantemente hasta el día de hoy, haciendo de este el milagro omnipresente del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) que rivaliza con todos los demás milagros.
Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“Ese Libro [El Corán], del que no hay duda, contiene una guía para los temerosos [de su Señor]”. (La Vaca 2: 2)
En otra Aleya leemos:
“Y di: Ha llegado la verdad, y se ha desvanecido la falsedad; ciertamente, la falsedad siempre se desvanece”. (El Viaje Nocturno 17: 81)
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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