A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
Como muchos sabéis, la mujer es libre de casarse con quien ella quiera. Es libre de elegir con quien casarse. Al igual que es libre de querer divorciarse por un motivo tan simple como por ejemplo que ya no quiera a su marido. El problema es que la gente que no conoce el Islam, tiene una idea errónea de este acto.
Creen que las Musulmanas (Muslimuna) se casan obligadas, y que mantienen Matrimonios Concertados. Les diré que eso suele pasar en algunos países, pero no por ser Musulmanes (Muslimun). Sean de la religión que sean, en ese país se practica así. Con esto quiero volver a repetir como he hecho en muchas otras ocasiones, que el Islam no es lo mismo que cultura y debemos aprender a diferenciarlo.
Si el padre de una mujer Musulmana (Muslima) quiere que su hija se case con el vecino, con el panadero, con el pescadero, con su primo con quien el padre quiera.... y ella acepta, es porque ella quiere. El padre sólo puede aconsejarla, NUNCA OBLIGARLA. Si a ella no le gusta el pretendiente que su padre quiere, sólo tiene que decirlo, y su padre debe respetar su decisión.
Si alguna persona conoce algún caso donde el padre haya obligado a un hijo o hija a casarse, esto no quiere decir que es porque sea Musulmán (Muslim) y que el Islam lo apruebe. Eso quiere decir que el hijo/a es tonto o tonta y no tiene su propia personalidad. Que sin faltarle el respeto a sus padres puede decidir por su vida y con quien llevarla.
Ahora os daré pruebas de ello con el siguiente Hadîz (dicho del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam)):Dijo Al-Jansâ’ bint Jidâm: Mi padre me casó con un sobrino que no me gustaba, por eso me quejé ante el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam). Y él me dijo: “Acepta lo que tu padre ha dispuesto”. Dije: “Yo no deseo aceptar lo que mi padre ha dispuesto”. Él dijo: “Entonces este Matrimonio (Nikâh) es inválido. Ve y cásate con quien desees”. Le dije: “He aceptado lo que mi padre dispuso, pero quiero que las mujeres conozcan que los padres no tienen derecho en los asuntos de sus hijas (es decir, que no tienen derecho a forzarlas a casarse)”. (Citado por el Imâm Al-Bujârî)
En primer lugar, el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) le dijo a Al-Jansâ’ que obedeciera a su padre, y así es como debe ser, porque la preocupación de los padres por el bienestar de sus hijas es algo bien conocido. Pero cuando el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) se dio cuenta de que su padre quería forzarla a un Matrimonio (Nikâh) que ella no quería, le dio la libertad para elegir, salvándola de la opresión de un padre que quería forzarla a un Matrimonio (Nikâh) no deseado.
El Islam no quiere imponer una carga insoportable sobre las mujeres, forzándolas a casarse con un hombre que les desagrada, pues quiere Matrimonios exitosos, basados en la compatibilidad entre los cónyuges. Debe haber un terreno en común entre ellos, en términos de parecido físico, actitudes, hábitos, inclinaciones y aspiraciones. Si algo va mal, y la mujer siente que no puede amar a su marido sinceramente, y teme cometer el pecado de la desobediencia y oposición a su marido, a quien no ama, entonces puede pedir el Divorcio (Talâq). Esto fue confirmado en un relato, cuando la esposa de Zâbit ibn Qais ibn Shammâs, Yamîlah, hermana de ‘Abdullâh ibn Ubai, se presentó ante el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) y le dijo: “¡Oh, Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam)! No tengo nada contra Zâbit ibn Qais con respecto a su religión o comportamiento, pero odio cometer un acto de Incredulidad (Kufr) siendo una Musulmana (Muslima)”. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “¿Le devolverás su jardín?”, su Dote (Mahr) había sido un jardín. Ella contestó: “Sí”. Entonces el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) envió un mensaje a él: “Toma de vuelta tu jardín, y concedele a ella una declaración de Divorcio (Talâq)”.
De acuerdo a un relato recopilado por Al-Bujârî de Ibn ‘Abbas, ella dijo: “Yo no culpo a Zâbit de nada, con respecto a su religión o su comportamiento, pero no lo quiero”.
El Islam ha protegido la dignidad de la mujer y su humanidad, y ha respetado sus deseos con respecto a la elección de un marido, con quien pasará el resto de su vida. No es aceptable para nadie, (no importa quién sea el pretendiente), forzar a una mujer a un casamiento con un hombre a quien no quiere.
Que aquellos obstinados e insensibles padres que oprimen a sus propias hijas escuchen la enseñanza del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam).
También se cree que el hombre en el Islam tiene derecho a maltratar a su mujer. Otra vez confundiendo cultura con religión. Es España muchos hombres maltratan a sus mujeres, y no son Musulmanes (Muslimun). La persona que practica el mal, no practica ninguna religión.
Dice el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam): El más generoso de vosotros es aquel que es generoso con las mujeres, y el más ruin de vosotros es el que desprecia a las mujeres.
En otro Hadîz dice: El mejor de los Creyentes (Mu‘minin) es el que muestra mejor conducta, y el mejor de todos ellos es el mejor con su mujer.
Nuestro Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) aconsejaba a los hombres a tratar bien a sus mujeres.
Tal vez el Matrimonio (Nikâh) es uno de los temas más importantes para aclarar algunos puntos malentendidos por No-Musulmanes. El Islam estimula el Matrimonio (Nikâh), prohíbe todo tipo de relaciones sexuales fuera de la vida conyugal, prescribe que esta relación no debe existir solo para conseguir un placer efímero y momentáneo. Es una relación que deberá ser institucionalizada bajo la forma del Matrimonio (Nikâh) y dentro de una vida familiar estable. Es una relación permanente y duradera, y se espera que cada uno de los esposos haga un esfuerzo considerable para mantener una buena vida en común y desempeñar su papel en la sociedad.
La mujer es libre de manejar su dinero y sus bienes sin recurrir a nadie. Aunque su marido se endeude ella no está obligada a hipotecar sus propiedades por ello. Ella es libre de hacer con su dinero y sus propiedades lo que quiera y su marido no tiene derecho sobre él.
Con esto ha quedado claro una vez más que el Islam no oprime a las Musulmanas (Muslimuna) ni las obliga a nada.
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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