A‘udu Billâhi Min as-Saitâni Rayîm
Bismillâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm
No hay nada en El Corán o en las enseñanzas auténticas del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) que justifique, sancione o legitime el asesinato de personas por oponerse, criticar, humillar o mostrar irreverencia hacia personajes piadosos, artefactos religiosos, costumbres, y creencias del Islam.
Las muchas Respuestas Coránicas a la Blasfemia siempre han sido “no respondas y apártate” y “aférrate al perdón”.
Orientación Coránica
Ejemplos de El Corán en respuesta a la Blasfemia y Humillación contra el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam):
“Sabemos que tu pecho se encoge por lo que dicen. ¡Pero, glorifica a tu Señor con Su alabanza y sé de los que se postran!”. (Al-Hiŷr 15: 97-98)
“¡Adopta la indulgencia como conducta, ordena el bien y apártate de los ignorantes!”. (Al-A‘râf 7: 199)
“Divulga pues, lo que se te ordena y apártate de los idólatras”. (Al-Hiŷr 15: 94)
“Aférrate a lo que te ha sido revelado por tu Señor, no hay más divinidad que Él, y apártate de quienes Le asocian copartícipes”. (Los Rebaños 6: 106)
“Y no insultes a los que invocan a otros fuera de Al-lâh; no sea que reaccionen hostilmente e insulten a Al-lâh sin tener conocimiento. Así es como hemos hecho gratas sus obras a cada pueblo, luego habrán de volver a su Señor que les hará saber lo que hacían”. (Los Rebaños 6: 108)
“¡Vosotros que creéis! Que no se burlen unos hombres de otros, porque pudiera ser que éstos fueran mejores que ellos. Ni unas mujeres de otras, porque pudiera ser que éstas fueran mejores que ellas. No os difaméis unos a otros ni os insultéis con apodos. Malo es dar un nombre infame a alguien que se ha hecho creyente, y quienes no se vuelvan, arrepentidos, ésos serán los injustos”. (Las Habitaciones Privadas 49: 11)
“Las cosas que se os dan son solo para disfrute de la vida de este mundo; pero lo que hay junto a Al-lâh es, para los que creen y se abandonan en su Señor, mejor y más duradero. Los que se apartan de las faltas graves y las obscenidades; y cuando se enfadan, perdonan”. (La Consulta 42: 36-37)
“Y que no juren, los que de vosotros tengan de sobra y estén holgados, dejar de dar a los parientes [esta Aleya descendió en relación a Abû Bakr as-Siddîq, que Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) esté complacido con él, cuando juró dejar de ayudar a un Pariente pobre que tenía llamado Mistah porque había participado en las murmuraciones sobre ‘Â’ishah], a los pobres y a los emigrantes por la causa de Al-lâh, sino que perdonen y lo pasen por alto. ¿Acaso no os gustaría ser perdonados por Al-lâh? Al-lâh es Perdonador, Compasivo”. (La Luz 24: 22)
Los desafíos del Profeta
Si la Blasfemia fuera castigada con la muerte en el Islam, entonces el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) habría sido el primero en ordenar la muerte de cientos de sus enemigos que luego se convirtieron en sus Compañeros más cercanos.
Excepto por un pequeño número de árabes anteriores que aceptaron al Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) como el Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam), la mayoría de la gente de Meca se opuso a él, lo humilló, lo maldijo, blasfemó o incluso intentó matarlo. Él prefería practicar el perdón buscando la misericordia divina para ellos. Incluso después de ser gravemente herido en Taif, se negó a buscar venganza.
La mujer mayor que solía arrojar basura sobre el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) fue visitada por él cuando ya no la vio, para saber si se encontraba bien.
Cuando Suhail ibn Amr, un poeta que compuso poesía blasfemando contra el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam), fue tomado como prisionero de guerra después de la Batalla de Badr, el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) pidió a sus Compañeros que le mostraran amabilidad.
Ejemplos de misericordia en los Ahadîz
Abû Huraira narró: Se le dijo al Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam): “Invoquen la maldición sobre los Politeístas (Mushrikîn)”. Ante lo cual dijo: No se me ha enviado como invocador de la maldición, sino que se me ha enviado como misericordia. (Muslim)
Abû Huraira narró: At-Tufail bin ‘Amr se acercó al Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam) y le dijo: “¡Oh Mensajero de Al-lâh (Salallahu Alaihi Wa Salam)! La Tribu de Daus ha desobedecido (a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) y Su Mensajero) y se ha negado (a abrazar el Islam), por lo tanto, invoca la ira de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) por ellos”. La gente pensó que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) invocaría la ira de Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sobre ellos, pero él dijo: ¡Oh Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Guía a la Tribu de Daus y deja que vengan a nosotros. (Al-Bujârî)
Hay ejemplos que demuestran que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) nunca recurrió a la violencia contra aquellos que le estaban mostrando una falta total de respeto a él o a Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) Todopoderoso.
La violencia contra cualquiera que critique el Islam, Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) Todopoderoso o el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) es inaceptable, como lo establecen claramente las enseñanzas divinas.
El castigo contra la llamada Blasfemia es una puñalada en el corazón del Islam y una Humillación del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) por parte de aquellos que dicen ser sus seguidores.
Aquellos que apoyan el asesinato de personas acusadas de Blasfemia son enemigos del Islam porque no lo entienden ni respetan al Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam). No importa quiénes sean, El Corán y las enseñanzas del Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) los desafían.
Desafortunadamente, algunos Eruditos Musulmanes exigen la muerte por actos de Apostasía (Ridda) y Blasfemia. La influencia política es la causa de su juicio corrupto según los verdaderos estándares del Islam.
La idea de la Blasfemia es ajena al Islam. De hecho, pocos Eruditos Musulmanes medievales lo justificaron basándose en su comprensión de los textos Cristianos y Judíos que respaldan las leyes contra quienes Blasfeman y Difaman sus religiones.
Y Al-lâh (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más.
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